15. Accidentes, recuerdos y besos

197K 10.5K 2.5K
                                    

Aparté las cosas de la mesa cuando la clase concluyó por completo, aún no dejaba de ver de reojo la mirada de asesina que la señorita Louise Cambar me regalaba con amabilidad. Cuando me cansé de escuchar su respiración de toro, me levanté para marcharme de ahí. Pero cuando iba a cruzar por donde ella, colocó su inmenso tacón abortando mi misión de salida.

-¿A dónde va la ratita?-preguntó con un tono demasiado chillón. Llegó a darme migraña en ese instante.

-Creo que iré por mi queso, con tu permiso-dije, con mi pies levanté su tacón y lo aparté de mi camino. No debía tener peleas, no debía.

-Has malentendido todo. Se nota que eres una chica sin cerebro-insistió ella. Suspirando volteé hacia ella con una gran sonrisa.

-Creo que tienes la pura razón, ya que sin neuronas funcionales en mi cerebro entiendo perfectamente el porque estoy contigo hablando. ¡Nos entendemos de maravilla!

Antes de que su rostro explotara de rojo que se encontraba corrí dando zancadas. No pude evitar reir con el recuerdo de sus mejillas poniendose como dos bolitas de tomate mal hechas.

Caminando sin rumbo alguno choqué con alguien, levanté mi cabeza para dar las disculpas. Pero apenas sus inmensos ojos oscuros se fijaron en mi, callé.

-Con que al fin nos volvemos a ver, Dan.

-Creo que estuviste esperando mucho, Nick.

-Demasiado.

-Pues....tengo que decir adiós ya que hay como cuatro chicos esperandome para irnos juntos.

-¿Acaso has pensado en montar una orjía?-levantó una de sus cejas. Puse mi mayor cara de asco.

-¡No!

-Bueno, eso dejaste entender.

-¡Eso no es cierto!-exaltada por lo que ocurría decidí ignorarlo y caminar de largo, pero su voz me detuvo a medio paso de desaparecer de su vista.

-¡Vale, no te me enojes...ven a cenar esta noche conmigo y te lo compenso!

Volteé con delicadeza, no pasó ni un segundo para que mi dedo corazón dejara pálido a Nick. Imbécil. De cierta forma había algo en el que me lograba poner nerviosa, pero una más me volvía irritante. Caminé-de nuevo sin rumbo-hasta que mi hombro chocó contra un muro y sentí como mi pie se salía de su camino. Un sonido de algo moverse dentro de mi me alertó, pero aún más cuando mi pie giró dandome una terrible sensación de dolor. Maldije por mis adentros. No tenía a nadie cerca. Genial.

El dolor se hacía mucho más intenso, hacía que cada movimiento que realizaba fuera como si me clavaran algo en mi tobillo.

No puedo creerlo.

Traté de tomar mi mochila pero esta había desaparecido de mi lado para encontrarse a varios metros de mi. Había dejado mi celular ahí. Alcé un poco la voz para ver si alguien aparecía pero nada. Maldigo el día en el que me puse estos zapatos. O mejor dicho, maldigo al piso.

Me arrastré un poco pero el dolor se hacía presente a cada movimiento y opté por quedarme quieta.

De la nada, unas manos enrollaron mi cintura y trataron de ponerme de pie, el dolor se intensifico apenas lo puse en el suelo, pegué un grito ahogado y me tiré de nuevo al suelo. Alcé mi cabeza para ver de quien se trataba.

-¿Sean?

-Se nota que no has tenido un buen día. ¿Qué te ha ocurrido?-preguntó preocupado. Con la mirada señalé mi pie. Frunció el ceño, sus manos recorrieron mi pierna hasta llegar a mi pie donde el dolor no paraba. Un extraño calor se me hizo en el cuerpo al recibir su toque.

Lords & Ladies in Conflict  [MAMP#3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora