Capítulo 10.

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Miré a mi al rededor en busca de alguien, no encontré a nadie "digo de Frank Iero".

Me puse a ver la pequeña televisión que se encontraba en la parte superior del bar cuando depronto siento una mano en mi hombro, seguido de un hola amigable. Era un hombre de cabello negro, llevaba un peinado estilo emo, parecido al de David, estaba usando unos jeans, blusa blanca, chaleco negro y tenía delineados los ojos, le devolví el saludo amablemente y comenzamos a hablar.

-¿Cómo te llamas? -Preguntó aquel chico.
-Frank, Frank Iero ¿y tu?
-Pete Wentz, oye, te vi desde lejos y no pude resistir las ganas de conocerte ¿tienes novio?
-Uh, bueno, es algo complicado ¿sabes? Digamos que no.
-Genial, yo estaba tras de un rubio que me gustaba mucho pero tu te ves mucho más lindo -dijo mirándome.
-¿Ah sí? -le respondí dándole un trago a mi cerveza.

Nuestra conversación avanzó, tenía gustos similares a los míos pero yo me inclinaba más al hardcore y él al pop, pero coincidíamos muy bien en el rock clásico y el punk.

-Oye ¿te gustaría ir a un lugar más tranquilo a charlar? -Preguntó Pete, creo que ya sabía a dónde iba.
-Por supuesto -le respondí.

Salimos del bar, otra de las cosas que amaba de ese lugar era que había un hotel cerca que todas las noches se llenaba de borrachos homosexuales con intenciones de tener sexo, provinientes del bar situado a dos cuadras.

Me detuvé frente al hotel, arrinconé a Pete en la pared y lo besé.

-Quiero hacerlo contigo- le confesé al oido
Pete se me quedó viendo muy sorprendido por la propuesta que acababa de hacerle pero de inmediato se transformó en una cara de deseo y sonriendo con malicia con una mano me tomó del rostro y me besó apasionadamente y con la otra pegaba mis caderas a las suyas y frotaba un poco nuestras partes que poco a poco se sentía como comenzaban a calentarse.
-Entonces vamos adentro corazón-dijo sobre mis labios y sin quitar sus manos de mis caderas entramos al hotel.
Supongo que ya había estado ahí antes porque cuando el encargado lo vio nos dio la llave y nos dejó entrar como si nada y sin prestarnos importancia.
-La tres-dijo Pete observando la llave y la sostuvo con una mano mientras con la otra me jalaba de la playera hacia la habitación y yo le seguía. 
No prestaba mucha atención a lo que estaba pasando en ese momento, me sentía tan mal que cualquier cosa que viniera de algún otro cuerpo que no fuera el mio bastaba para controlarme.
Encontramos la habitación y entramos y como si estuviera planeado antes me colgué del cuello de Pete y lo empecé a besar mientras el me tomaba del trasero y me pegaba a él mientras con pasos torpes intentábamos encontrar la cama, o el sofá, lo que estuviera primero. 
Había una lucha desesperada entre nuestras bocas y nuestras lenguas y cada vez comenzábamos a calentarnos más y más hasta que con pasos torpes dimos tope con la mesa y nos detuvimos mientras nos veíamos a los ojos con lujuria y deseo.
-Te voy a hacer mio-susurró Pete mientras yo lo veía mordiéndome el labio- serás sólo mio, cueste lo que cueste.
Me subí a la mesa y me senté en ella mientras veía como Pete se bajaba los pantalones y los dos nos calentabamos cada vez más.
Yo lo agarré por la espalda y cerré los ojos mientras por un momento vino a Gerard a mi mente, pensar en mi pelinegro me calentó más, no pude contenerme y alejando a Pete de mi me paré de la mesa y como si mi piel quemara me quite toda la ropa ante la desconcertada mirada de Pete.
-No, tú no te escaparás de mi-
Desnudo me acerqué a él y tomándolo del cuello lo subí violentamente a la mesa y arranque sus pantalones y le bajé el bóxer sobre su ya desesperada erección y lo comencé a besar desesperadamente dejando de pensar en Gerard, dejando de pensar en todo.
Me enojaba bastante recordar todo lo que pasamos juntos hasta pensar en el punto por el que llegué a esta desesperada situación con un extraño solo para saciarme del sexo que mi supuesto novio no podía darme.
-Haré esto rápido-pensé en mi mente y sin dejar de besar a Pete mi mano se posó en la punta de su endurecido pene y con los dedos empecé a trabajarlo en círculos mientras sentía los desesperados gemidos de Pete sobre mi boca.
Subía y bajaba mi mano aprendando y soltando mientras observaba la reacción de Pete ante mis movimientos. Si algo sabia hacer bien, en esto era muy bueno.
Le besé el cuello mientras mi mano seguía con su trabajo y Pete luchaba por contenerse debajo de mi.
Por mi parte, mi erección se hacia cada vez más grande que el sólo respirar dolía, así que sin pensarlo mas acomode a Pete y abriendo sus piernas lo penetré rápido y me hundí completamente en el escuchando sus fuertes gemidos aun en mi boca y sus movimientos causados por el dolor de mi pene dentro de el.
-Tranquilo- le susurré al oído y con mi mano seguía masturbándolo y mis movimientos dentro de el se hacían mas rápidos y constantes.
-Frank... frank..- comenzó a gritar Pete desesperadamente por el dolor y arañando mi espalda se movía al compás de mis movimientos.
Saqué mi pene de dentro de él y soltándolo me subí y senté en la mesa y lo senté sobre mi volviéndolo a penetrar rápido subiéndolo y bajándolo mientras los dos estábamos en un éxtasis de sudor y orgasmos sin pensar en nada más que el placer que sentíamos en ese momento.
Mordía mi cuello, arañaba mi espalda y gritaba mi nombre incontables veces y sin dejar de penetrarlo y mirarlo sonreí guardando aquel momento en mi mente.
Seguí mis embestidas más y más rápido hasta venirme finalmente dentro de Pete, quedando tumbado y sudando sobre él.
-¿Siempre eres tan delicado?-me dijo al oído apenas respirando.
Yo sonreí satisfecho por el comentario y sin más me quede dormido sin pensar en las consecuencias de mis actos.

Un Mundo Autista: La Cortina (Fan fic Frerard)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora