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Domingo, 8:37 pm

Ambas parecían estar demasiado sumidas es sus pensamientos para intercambiar palabras dentro del auto, aun así, como un acuerdo mutuo silencioso se habían dirigido al apartamento de Valentina, quien siendo aún un manojo de nervios abría al puerta torpemente, dándole paso a Juliana primero para cerrar la puerta de tras de ella.

- Creo que... Hay que conversar acerca de todo eso, fue... Tan extraño.- Habló primero la castaña. - Y honestamente me siento mareada así que pediré una pizza. - Juliana asintió, sentándose en el mueble, aun tratando de calmar la velocidad en la que su mente se movía, era eso por lo que Ramírez había solicitado a Juliana para la Unidad de Inteligencia, si bien ella no mataba ni le era fácil disparar, tenía una mente audaz, que buscaba cómo y por qué constantemente, encontrando patrones y detalles que otros no, pudo haber sido detective pero ese era otro largo camino académico que habría tenido que costear con más esfuerzo que el policial.

- Si, me siento igual, así que estaría bien. - Se recostó y echó su cabeza hacia atrás, descansando sobre el sofá, recordando y memorizando al hombre peculiar que las miraba antes de que todo se pusiera raro, no quería olvidar ese rostro, no aún. Mientras que Valentina usaba su teléfono para ordenar su cena a través de alguna aplicación, la diseñadora escuchaba como la otra mujer se movía de un lado a otro, abriendo los ojos sin moverse para ver que hacía, se quitaba los zapatos, el collar lo colocaba cuidadosamente sobre la mesa de centro frente a ella, recogía su cabello en una cola alta y si bien no era el mejor momento, fue inevitable para Juliana pensar en lo atractiva que era Valentina, sus brazos expuestos y tonificados alzándose para recoger su largo y ondulado cabello, continuó moviéndose, tomó su laptop y la coloco al lado del collar, también su cargador, un cuaderno con tapas de cuero algo gastado, un par de lápices, y un teléfono adicional, luego se perdió de su vista al entrar al pasillo, tras unos cortos minutos estaba de vuelta, solo con aquel top con el que había salido y unos pantaloncillos largos y anchos rosados, posiblemente hacían juego con alguna pijama. Valentina tenía un cuerpo que le robaría el aliento a quien lo vea, la afectada en este caso particular era Juliana, apenas logrando pensar en lo importante de la noche, pero como hacerlo teniendo a esta mujer a su lado.

- ¿Qué haces? - Preguntó enderezándose y con interés hacia la ojiazul, que estaba sentada con ambas piernas sobre el sofá, rozando su rodilla con la pierna de Juliana, y posicionando la laptop en sus piernas.

- Veremos que hay de interesante en el video, tomare algunas notas, haré un archivo y como la mujer de palabra que soy, se lo haré llegar a Ramírez a través de ti. - Le dio una mirada rápida a Juliana mientras hacía algo con él collar, él teléfono, un cable USB y la laptop. - Y gracias... Por sacarnos a las dos de allí. - Esa vez si detuvo lo que hacía para mirarla.

- Solo hice lo que tenía que hacer, y por suerte fue fácil. -

- Eso no quita que me sienta agradecida contigo, realmente tuve miedo en ese instante y honestamente no soy de asustarme fácilmente, he pasado cosas peores pero esto fue... Inquietante, como si desde el principio hubiera jugado con nuestros sentidos, todo el dramatismo de la luz, la muisca, el arte. -

- Lo fue, también he estado en situaciones peores, pero había estado ansiosa desde que entramos a la exposición. - Se miraron un par de segundos en silencio, como si quisieran decir algo más pero ni ellas sabían que era. Valentina continuó lo que hacía con la laptop bajo la atenta mirada chocolate, una barra de traspaso de archivos apareció y se cargo de inmediato.

- Va... Veamos que hay aquí - El video comenzó a reproducirse, al principio sonrisas tontas pasaron por sus labios y se dieron una mirada rápida.

"Si, Claro. Solo sonríe le a la cámara"

Lienzo y Armas || JuliantinaWhere stories live. Discover now