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Lunes 6:00 am

Con un movimiento veloz pero aun medio dormida, Juliana apago la alarma de su teléfono para no incomodar a Valentina, quien dormía a su lado sin tocarse pero lo suficientemente cerca para sentir el calor que emanaba de ella, a demás del olor a shampoo y crema corporal, si bien eran de Juliana, era distinto al mezclarse con el olor natural y agradable de la castaña.

Sonrió al notarse a si misma disfrutando de la mera existencia de Valentina Carvajal a su lado.

Aun adormilada se obligó a salir de la cama, debía estar a las 8:30 en el taller, Amanda haría una reunión, Flavie le comentó que eran para ver los avances y hacer modificaciones de los modelos diseñados. Elegir el outfit, lavarse los dientes, un baño rápido con rutina de skin care, ir a la cocina a encender la cafetera...

Por más que intentara hacer el menor ruido posible, aún así Valentina despertó lentamente, estirándose y bostezando. La ojiazul era una persona de la mañana, de despertar a las 6 am, disfrutar los primeros rayos del sol, salir a trotar, un buen desayuno y cuidado personal. Lo primero que hizo fue ir al baño a lavarse el rostro y los dientes, tras eso, ver que hacía Juliana era importante.

-Hey, Juls. Buenos días. - La voz ligera ronca de una Vale recién despierta fue una fantasía que Juliana no sabía que tenía hasta ese instante. Seguido de esa sensación, lo siguiente fue sentirse expuesta por estar aún en su toalla de baño con el cabello desaliñado cayendo sobre sus hombros.

- Hola, Val. Buen día, lamento si te desperté. -

- No, usualmente despierto a esta hora, me gusta trotar por la mañana o hacer un poco de yoga, dependiendo del día. -

- Admirable en verdad, si das esa vibra, lógico que salgas a la misma hora que los rayos solares, eres uno. ¿Te molestaría vigilar que estas tostadas no se quemen? Debo vestirme. - Habló rápido, como si no quisiera seguir hablando con ella en ese momento, percatándose de una aparentemente incomoda diseñadora, asintió acercándose a la estufa.

La ojiazul suspiró, la pequeña cocina del apartamento había quedado lleno del aroma a Juliana Valdés y para ella no era suficiente su olor, ni su presencia, ni siquiera la cercanía que habían tenido hasta ahora lo era. Se sentía con ganas de enredar sus dedos en el cabello ondulado, suave y oscuro de Juliana, pensaba que una mujer así debía ser irreal, quería llevar sus propias manos a su rostro y gritar, como cuando tienes 13 años y tu crush de la televisión se ve jodidamente inalcanzable.

¿Qué diablos debía hacer? Ya Juliana había expresado su no-desinterés por las mujeres románticamente pero ¿Cuál debía ser el siguiente paso? En cuanto a hombres era toda una Regina Georges pero con esto de coquetear con una chica se sentía verdaderamente tonta, quizás por eso los hombres son tan torpes tratando de ligar con ella, pensó.

Tomó dos platos de una de los muebles superiores y los dejó a un lado, para abrir la tostadora y sacar dos tostadas de queso y dejarlas sobre los platos, buscó dos tasas de café tras abrir un par de puertas equivocadas y servir el liquido marrón de la cafetera.

- ¡Juls, ven! - La diseñadora salió en cosa de segundos, colocándose apresuradamente un collar, con torpeza. - Dios, cálmate un poco, ni siquiera es tarde aún, déjame ayudarte con eso y siéntate.- Ella levaba ropa cómoda para un día de trabajo pero siempre al mejor estilo de revista de modas, aun con zapatos deportivos blancos de plataforma y una camisa grande se veía como una foto de VOGUE o algo así, a Valentina le encantaba. Entre sus manos abrochaba un collar de perlas hasta la mitad y la otra mitad era una cadena plateada.

- Hoy hay una especie de "junta" Amanda vera lo que hemos hecho en la primera semana para dar "criticas y comentarios" - Comentó dando su primer bocado.

Lienzo y Armas || JuliantinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora