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Jueves, 8:47 pm.

- ¿Sabes conducir? - Preguntó Valentina saliendo del estadio, luego de hablar lo suficiente con el sargento y senitrse mas al corriente la situación.

- Si. -

- Claro, a veces olvido que eres una versión de Barbie y sabes hacer todo. - Juliana frunció el ceño al oir aquello.

- Pero si tu también sabes manejar. -

- Si pero bueno, es de las pocas cosas que se hacer, a diferencia de ti. El punto es que... - Extendio una mano al frente con las llaves colgando de sus dedos... De sus largos y delicados dedos observo la diseñadora. - ¿Podrías conducir tu? Me siento agotada y con sueño, de todos modos eres tu quien sabe nuestro próximo destino, ya sabes, la cena. - Una sonrisa caprichosa se plantó en su rostro esperando la respuesta de Juliana.

- Tengo la leve impresión de que te gusta usar esa sonrisa preciosa que tienes para convencer a las personas. - Juliana la miro con ojos entrecerrados en acusación, sintiendose valiente para lanzarle un cumplido a la ojiazul.

- Habrías sido excelente detective me parece. - Frente al auto, la dueña de la Tahoe abrió la puerta del piloto para la otra chica. - Llevala con amor y cuidado ¿ok? Te estoy confiando una parte de mi. -

- Tranquila, Val. Cualquier parte de ti esta segura conmigo. - Le dio una sonrisa prepotente y cerró la puerta dejando a la castaña con la palabra en la boca, aun así sonrió, por supuesto que Juliana estaba interesada en ella, así sea una mínima posibilidad.

La luz de los autos que venían en dirección opuesta le daban a Valentina una visión clara pero breve del rostro de Juliana, como alguien podía ser tan atractiva y tan indiferente de serlo, estaba perdida en cada centímetro de su rostro, desde sus muy cuidadas cejas hasta ese mentón partido que le daba un toque sexy a su cara. Notó como la mirada de la conductora se desviaba a un lado de la calle, siguiendola llego a una fila de carritos de comida chatarra, perros calientes hamburguesas, sintió el auto bajar la velocidad para luego retomarla y volver su vista a la carretera.

- ¿Querías comer allí? -

Juliana se encogió de hombros sin mirarla.

- A veces como allí. -

- Pues vamos, solo da la vuelta en la siguiente entrada. - Los ojos cafes la miraron incrédula y bufó. - ¿Qué? -

- ¿Tu comerias allí? - Ahora quien dio la mirada incredula fueron los ojos azules, para rodar sus ojos en señal de fastidio.

- Solo gira. Es increíble que me tengas estereotipada aun cuando no te he dado ningun indicio de ser la tipica niña de familia rica. - El auto cambio de dirección cuidadosamente para ir por la comida chatarra.

- No estoy estereotipandote, simplemente no esperaba que alguien como tu... Bueno, que tu quisieras... Va, lo siento, a veces es inevitable y no por eso esta bien, así que, te debo otra salida en señal de mis sinceras disculpas. - Valentina sonrió con suficiencia.

- Me parece justo, nuevamente. - Aparcaron cerca del puesto de comida que Juliana frecuentaba cuando iba allí.

Se sentaron en una mesa y observaron el menú que era simplemente una hoja plastificada con diversos tipos de perros calientes, tacos, hamburguesas, tortas y de ese tipo de comida.

- ¿Qué pedirás? - Preguntó Juliana.

- Una hamburguesa de pollo y tocino, con papas y una cerveza. - Al hablar sabía que la cabecita de Juliana seguía teniendo estereotipos sobre ella, donde era impensable imaginarse a Valentina Carvajal bebiendo cerveza en un puesto a un lado de la calle con las manos llenas de grasa y salsa de hamburguesa, pero no negaria que habia algo divertido en eso, en mostrarse a si misma ante la chica que la traiga colgada desde que hizo contacto visual.

- Esta bien, ya vuelvo. - Se levantó y podía verse tensa, quizás pensó que la castaña si se había tomado mal lo que dijo de ésta en el auto, aunque realmente no fuera así. Desde su silla observo a la diseñadora caminar hasta el carrito para hacer su pedido, y se tomó la libertad de bajar un poco la mirada, ¿cual seria la rutina de piernas de Juliana? Le funcionaba de maravilla, creando completa armonía entre sus marcadas piernas y su buen trasero, ¿Que se sentirá tocarlo?. Ladeo la cabeza y apartó la mirada, debía calmarse un poco, parecia niño de 16 años teniendo sus primeros ataques hormonales.

Distrayendo su mente volvió a la conversación de hace un rato en el estadio, si aquellos homicidios habían sucedido cada 6 meses, el proximo debería ser en un par de semanas, menos de un mes de hecho, así que debía moverse rápido, buscar información y asistir al calendario de exposiciones que le habia dado el Sargento esa noche, solo habían 3 exposiciones más.

Cuando Juliana volvió traía para si misma lo mismo que había pedido su acompañante.

- Dios, estoy muriendo de hambre ahora mismo. - Exclamó Valentina tomando una papa de su plato.

- Igual yo. Hoy ha sido un dia demasiado largo. -

- ¿Todo bien en el atelier? -

- Si, si. Solo no estoy acostumbrada al ritmo al que se mueve todo allí, los cambios de último momento y los gustos y exigencias de Amanda, pero Flavie ha estado ayudando a que todo sea mas fácil. - Flavie, claro, pensó Valentina, la muy amable y atenta señorita Roux, todo un amor de persona cuando quería.

- Me alegra que tengas ayuda y que se lleven bien ustedes dos. -

- Tu y ella son amigas también ¿no? Por como se saludaron en la cena el otro día. -

- Ah, si. Nos conocemos por Amanda, por supuesto, cubrí uno de sus desfiles y ella estaba haciendo su primera pasarela con Amanda así que nos presentó allí. - Respondió sin ganas queriendo salir del tema. - Esto está muy bueno. No puedo creer que fueramos a otro sitio solo porque creíste que no querría. -

- Ya, ya, lo siento ¿ok? La neta, déjalo ir. -

- Dame un par de cervezas más y así será. -

Entre breves fraces, risas y manchas de salsa, terminaron la cena, luego de eso, vinieron un par de cervezas para Valentina y solo una más para Juliana.

- ¿No bebes mucho usualmente o es porque mañana es dia de trabajo? - Preguntó bebiendo su tercera cerveza de la noche.

- No bebo mucho, generalmente lo evitó. Ni siquiera me encanta la cerveza, puedo tomar vino ocasionalme para una cena o a veces champán, pero vodka, cerveza, mezcal, no es de mis bebidas favoritas. -

- ¿Mezcal? ¿En serio no te gusta? - Movio su cabeza en negación de izquierda a derecha, con una sonrisa sin mostrar los dientes. - Tuve una epoca donde beber era mi actividad fija de cada día, fue durante la epoca difícil con mi familia, cuando ocurrieron los secuestros y esas cosas, no conseguía una mejor manera de sobrellevarlo. -

- ¿No tenías a tu novio? Ya sabes, para ayudarte. -

- Para Luis, mientras mas ebria estuviera, mejor era. No se si lo notaste pero es un completo imbécil. -

- Oh... Llevaban mucho tiempo juntos entonces. -

- Si, en ese entonces aun lo quería pero luego solo lo toleraba y ahora ni siquiera puedo mantener una conversación con él. - Juliana asintió sin decir nada, dandole oportunidad de continuar. - ¿Qué hay de ti? ¿Alguna persona que quisieras romanticamente y ahora detestas? - Aprovechó para indagar en la vida amorosa de Juliana.

- No, solo tengo un ex y creo que quedamos en buenos términos al menos de mi parte. - Valentina pensó antes de responder, de que manera seguir en el tema, antes de saber que pensaba su acompañante de las mujeres... De relacionarse con ellas de "esa" manera.

- Luis también es mi único ex, un verdadero desperdicio de 5 años de universidad. -

- Empecé a salir con este chico a mediados de mi carrera, asi que, yo no lo desperdicie todo. - Sonrió antes de seguir. - Disfruté de un poco de esto, un poco de aquello, chicas, chicos. - Se encogió de hombros restandole importancia. - Y si me arrepintiera de una cosa, sería no haber pasado mas tiempo con chicas, los hombres me daban flojera, aun ahora creo, me emocionaba tener citas con chicas, con los chicos todo era muy... Meh. - Bingo, una sonrisa satisfecha salió de los labios de la castaña.










Lienzo y Armas || JuliantinaWhere stories live. Discover now