12

382 62 7
                                    

Sábado, 6:00 pm.

Valentina tomó la mano de Juliana entrelazando sus dedos antes de dar los primeros pasos sobre los dos cortos tramos de escaleras. Dentro del lugar no habían más de 15 personas, todas con sus respectivas mascaras, por la hora era evidente que la subasta estaba por empezar, las personas charlaban en grupos no mayores de cinco, entre murmullos y risas entre dientes, todos parecían ser planos, sin ninguna particularidad demasiado llamativa o característica.

No había nada nuevo que apreciar en cuanto a las obras, eran las mismas que ya observaron antes, la única diferencia era más bien una pieza ausente, no estaba la pintura de la terraza y las cajas de vidrio y luz azul, ambas lo notaron, por supuesto y compartieron una mirada para asegurarse que estaban en la misma pagina. Juliana y Valentina se percataron de como las personas caminaban hacia la salida al patio trasero, donde sillas blancas estaban frente a un pódium y detrás de este, una gran pantalla, siguiendo a los demás caminaron y tomaron asiento, esperando hasta que solo hubo silencio, entonces un hombre vestido de negro en su totalidad, usaba sombrero y una mascara también, buena forma de proteger la identidad de todos estos sujetos adinerados.

- Buenas tardes, estimados invitados. Nuestro protagonista de la noche y artista principal, bajo el pseudónimo de Edgar Allan Poe no podrá estar con nosotros durante la subasta, en su lugar nos acompaña el señor John. - Hizo una seña hacía la primera fila, un hombre con demasiadas canas, un cabello casi blanco, por sus manos era evidente que era un hombre mayor, con arrugas y pecas en sus pálidas manos. Bien, para iniciar, comenzaremos con "Viernes de risas, 10:56 pm." - En la pantalla aparecieron 8 cuadros, al parecer se vendía la colección.

- Es la hora en que murió, Valentina, la autopsia lo determinó. - Diana Rivas era la protagonista de los cuadros, Juliana había susurrado al oído de la ojiazul, pero esta no hizo contacto visual, se concentro en ver al frente y solo tomo la mano de la morena, dándole un suave apretón y dejándola entre las suyas.

En ese momento, la periodista se sintió en posición de exigir, mañana mismo quería tener en sus manos los expedientes de dichos casos. Manos que sostenían un pequeño cartel empezaron a elevarse... 500, 700, 1000, 1500, por ahora no intentarían nada, habían unas cuantas colecciones más, no apresurarse estaba bien. Entre las personas que se disputaban esta primera ronda había un hombre y una mujer, parecían pareja, que estaban decididos a llevárselo, estaba sentado al borde de la silla, erguido y el brazo siempre arriba lanzando montos cada vez mas altos, ganó, como era de esperarse, abrazó a su pareja y se relajo en el asiento, una factura les fue entregada por una persona del staff.

Dos colecciones mas fueron vendidas, 2500 y 1850, sin tanta emoción e insistencia como la primera, la ultima ya estaba en la pantalla, era el momento de ellas, por suerte estuvo fácil y a buen precio, 1500, asunto de la policía el de donde pagarían eso. Terminada la subasta era el momento de entrar otra vez, beber champaña y admirar las recientes adquisiciones costosas y perturbadoras de estas personas.

- Dos bellas damas, interesadas en una bella obra. - Por la voz y la apariencia, debía ser un hombre cerca de los 30 años, sonrió, pero no lucia como una sonrisa agradable y bebió de su copa. - ¿Han venido solas? - La mala cara que puso Valentina al oír aquello fue perfectamente ocultada por la mascara.

- ¿Disculpa?... Ninguna de las dos esta sola, es evidente. -

- No lo suficiente creo yo. ¿Dónde están sus caballeros? -

- No hay ninguno y no por ello significa que estamos solas. - Diplomáticamente Juliana extendió su mano en saludo formal. - Soy Bárbara Lopez-Achaga, y ella es mi esposa, Macarena Lopez-Achaga. - Valentina había sido tomada por sorpresa con esas nuevas identidades, pero, ¿esposas? ah si... definitivamente podía imaginarse siendo la mujer de Juliana Valdes, de la malditamente atractiva diseñadora Juliana Valdés. El hombre no reparó en la ausencia de anillos, su boca dibujó una o instantánea antes de volver a hablar.

Lienzo y Armas || JuliantinaWhere stories live. Discover now