Capítulo 2.

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Me despierto y hago la rutina de siempre. Mi apartamento tiene dos habitaciones, una cocina, un pequeño comedor, una sala de estar y un pequeño espacio de lavandería.

Toda mi vida he estado en grandes casas, sé que debería ver este lugar muy pequeño, sin embargo lo siento inmenso, frío y vacío.

Sacudo mi cabeza y me termino de vestir.

Una vez listo me voy a la oficina.

En el camino recibo un mensaje de Sean.

Hermano: En cuánto llegues a la oficina, ven a mi oficina.

Suspiro.

La última vez que fui me degradó, eso hace tres semanas. Derek aprende muy rápido y se adaptó muy bien a todos.

«Quizás ya llegó el momento de que me despida.»

Estacionó mi auto en su lugar y voy al ascensor. Por lo general entro por la entrada principal, sin embargo ya no me siento con muchos ánimos.

Al ascensor entran un par de gemelos idénticos.

—Buenos días.—Los saludo.

—Hola ¿Podrías decirnos dónde es la oficina del jefe mayor?—Me pregunta uno con corbata azul.

—Claro, allá me dirijo.

—Que bueno.—Dice el otro con corbata roja.

—Disculpen ¿Las corbatas son para diferenciarlos?

Ellos se ríen.

—Algo así, nuestra hermana nos pidió venir para ayudar a su amigo. Pero sabe que nos gusta jugar con ser iguales y nos pidió ser profesionales.

—¿Ustedes son?

—Jaime y Julio, abogados.

—Soy Thomas, pero todos me dicen Tommy.

El ascensor se abre, salgo con los gemelos y veo a Alex.

—Buenos días, Alex.

—Hola, Tommy.—Se frota los ojos cansado.

—¿Mal día?

—Es difícil acostumbrarse a trabajar así mientras estudio.

—Lo entiendo.—Asiento.—Pero hay algo que pueden hacer.

—¿Qué?

—Según entiendo cada uno trabaja en el área que están estudiando, hagan unas cartas dónde se estipule que trabajan para tener conocimiento práctico.

—Y así se aligeran nuestras clases, claro. No había pensado en ello.

Le sonrío.

—Sean me dijo que deseaba hablar conmigo.

—Ya le digo.

Se detiene y ve a los gemelos.

—Hola, ya le digo a Sean que ustedes llegaron también.

Lo llama por el teléfono y asiente.

—Pasen todos.

Me extraño un poco por eso, pero camino en dirección a la oficina.

Toco y espero a que me deje pasar. Entro junto con los gemelos, veo a Derek y Carlos.

Eso me desanima un poco.

—Buenos días a todos.—Saludo.

—Pero es que te apareces hasta en mi sopa.—Escucho que dicen uno de los gemelos.

Un nuevo comienzo.Where stories live. Discover now