Capítulo 20.

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Vanessa.

—¿Mami, él vendrá para mí cumpleaños?

—Hija, solo hay que esperar, recuerda que está de viaje.

Me duele mucho mentirle a mi hija. No sé si Tommy vendrá a su cumpleaños, ni siquiera sé dónde está.

Ya mañana es el cumpleaños de Cindy y aún Tommy no aparece. Debido al ataque de histeria que me dió al entender que se había ido, Sean se tragó su orgullo y habló con sus padres, estos a su vez dejaron el enojo y orgullo para buscar a Tommy e informar a Sean.

Layla es quien me ha dicho todo esto, ella y Sharon prácticamente se han mudado a mi nueva casa. No me he querido ir creyendo que cuando Tommy vuelva, vendrá aqui.

Mi adorada hija es quien más sufre, no deja de preguntar cuando va a venir Tommy, ni el hecho de que su cumpleaños es mañana la ha distraído.

A veces siento rabia hacia él, si yo puedo ver lo importante que es Tommy para mi hija, él también pudo verlo.

Pero mi enojo se pasa cuándo recuerdo que fuí yo quien lo alejó de las dos.

—Mami, no es necesario una fiesta, solo quiero a Tommy.

Últimamente he llorado mucho y justo ahora tengo ganas de volver a llorar.

—Nessa, Cindy, ya llegué.—Esa es Layla.

Llega llena de bolsas, ella se ha encargado de las compras para el cumpleaños de mi bebé.

—Esto ya es lo último, creo.—Nos ve y nota mi tristeza.—¿Quieren palomitas?

Me río.

Layla trata de distraernos con comida, a este paso nos engordará.

—Si, Lala.

Ella se va a la cocina, yo sigo en la computadora arreglando algo para Cody, mientras Cindy ve tele.

Pasan cinco minutos cuando mi hija grita.

—¡Tommy! ¡Volvió!

Veo que ella está en la ventana, cuando me asomo hay un auto similar al de Tommy.

«Pero su auto está aquí.»

Cindy corre para abrir la puerta y no alcanzo a detenerla.

—No eres Tommy.—Mi hija se deprime.

—Supongo que tú eres Cindy.—Escucho la voz de una mujer, esa voz la conozco.

Me asomo y sorprendo.

Es la madre de Tommy y Sean.

—Vanessa, hola, querida.

Detrás de ella aparece su esposo.

—¿Podemos pasar?

—Si, claro.

Los dejo pasar y mi hija los observa confundida.

—¿Quiénes son, mami?

—Son los padres de Tommy, hija.

—¡Oh! Tommy me dijo que a usted le gusta la música.—Le habla al papá de Tommy.

Él le sonríe y se ve un poco extraño. Se agacha y habla con mi hija.

—Sí, tengo entendido que tú tocas piano ¿Podría escucharte tocar?

—¿Nessa, todo bien?—Layla sale y se queda sorprendida.

—Si, linda. Cindy va a tocar para el señor Anderson y yo hablaré con la señora.

Un nuevo comienzo.Where stories live. Discover now