Capítulo XI

5K 765 671
                                    

Miércoles.

Me levante con una sonrisa radiante y de comercial en los labios.

—Nueva pasta dental —vociferé mirando el tubo de pasta entre mis dedos —¿Kellie? Sí —aclaré para mí misma —pasta dental Kellie.

Solté un pequeño grito de emoción cuando recordé a donde iría ese día.

¿A dónde vamos?

Al cine con Mike.

¿A dónde vamos?

Al cine con Mike.

Esa mañana busque algo lindo en mi armario, indecisa tome un jean café con tirantes y una blusa de manga corta negra.

Felicidad era mi segundo nombre ese día. Baje las escaleras de casa apresurada, mis padres se encontraban desayunando en el comedor de la cocina.

—¡Buenos días, familia!

Papá me miró con una ceja levantada, entre sorprendido y curioso, mamá tenia la confusión evidente en el rostro.

Ella no era de muchas sonrisas, era más bien estricta y hasta un poco amargada, muy distinta a papá.

—¿Cómo amanecieron hoy?, ¿ya le dieron las gracias al señor sol por salir? —cantarurie acercándome hasta la ventana de la cocina y mirar hacía afuera.

Sentía un par de atentas miradas sobre mi espalda, respiré profundamente, todo el aire limpio de la mañana entró a mis pulmones.

En las esquinas de la ventana había un par de mesetas con flores que regaba mi padre, porque a mi madre y a mi se nos olvidaba. El polen y algo más entró a mi nariz.

Pero luego lo expulse de nuevo todo el aire, sonandome con fuerza. Un maldito insecto se había colado por mis fosas nasales.

—¡ALGO ENTRO A MI NARIZ!

El chirrido de una silla desplazándose por el piso me tranquilizó, gire sobre mis talones. Papá llegó hasta a mí con una servilleta en las manos.

—¡Oh, ya la vi! —papá me ofreció la servilleta —. Saca a esa pobre abeja —palmeo mi hombro —antes de que entre a tu cerebro y lo devoré.

—¡Papá! —chillé sonando mi nariz al borde de que casi se me saliera el cerebro.

La alegría se había esfumado por ese segundo. Papá comenzó a reír por esos segundos.

No había tal abeja dentro de mi nariz, así que quizá el insecto nunca entro, no sentía incomodidad o algún indicio de que caminará dentro de mí.

—¡Te quiero mucho, Millie! —inclinó mi cabeza hacía abajo y depósito un beso sobre ella —hubieras visto tu cara.

«Recuerda lo que pasará hoy, Millie»

Como dijera una actriz: Sonríe, que nadie te quite esa sonrisa de la cara.

Ni siquiera una abeja, que nadie te quite esa sonrisa, Millie.

Hice caso a mi motivación semanal, ¡ah, pero claro había demasiada motivación!

Mike y yo iríamos al cine.

Yo y Mike iríamos al cine.

Era miércoles, con olor a viernes y viernes con inició de temporada de béisbol.

¿Ya dije que iría al cine con Mike?

Pues, iba a ir al cine con Mike.

Entre pláticas sobre la feria del pueblo y los trabajos de mis padres terminamos el desayuno.

¿Y si te enamoras de mí? ©✔ En Edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora