Capítulo LVIII.

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Cuenta regresiva. 10.


—Entonces Dylan, ¿has invitado a alguna chica al baile de graduación?

Me tambalee con la enorme caja que llevaba entre mis manos, no sabía si el chico a mi lado me veía o si me estaba dando atención.

—Dobla la siguiente esquina —ordenó—. Y no, no he invitado a ninguna chica al baile.

Alcanzó a atrapar unos documentos que volaron de la caja con el movimiento del ventilador, le agradecí y él las colocó encima de los papeles que llevaba.

Nos dirigiamos a la cancha de baloncesto donde se suponía que debíamos hablar con todo el alumnado. Yo hablando enfrente de todos mis compañeros solo significaba una cosa:

Parecerme a Josh de la serie de Drake y Josh cuando da el reporte del clima.

Había preparado algunas propuestas en compañía de Luca y otros alumnos de segundo y primer año, como era habitual en nuestro colegio se organizaban propuestas para nuestra graduación, teníamos que convencer a los alumnos de que éramos uno de los mejores equipos para ganar.

Dudaba mucho que yo ganara, no conocía a ninguno de mis compañeros, tampoco era muy sociable; a diferencia de Lary y Mike que tenían a todos comiendo de las palmas de sus manos.

La motivación del día era que: llevaría a Luca a un partido de béisbol de su equipo favorito por la tarde, en la ciudad.

—Entonces, ¿no asistiras ese día?

Dylan abrió las puertas para que yo entrará, había mucho ruido, muchas voces mezclándose.

—Quizá no, ¿quieres que asista? —encuestó animado.

Cerré los ojos, mi boca se abrió y cerró sin saber que emitir... Más bien, buscando palabras correctas para no lastimarlo.

—No pienses en mí o lo que yo quiero —argumenté—, si no en ti. Tal vez Luca y yo tampoco asistamos...

—¿Bromeas..?

Es un papucho, su cara parece tallada por los mismos ángeles.

Mi voz interior aprovechaba cualquier palabra para sacar diálogos de películas.

—... él y tú son muy importantes esa noche, tienen que estar aquí —siguió—. Tenemos que ganar.

—Creeme que eso es lo que más deseo —admití—, es muy difícil, todos ellos son... perfectos.

Vi al equipó de siete personas que tenía enfrente, todos ellos parecían presentables con sus trajes y ropa de gala.

Vale entró a la cancha de manera épica, en serio, lo hizo como si de una película se tratará. Abrió las puertas de par en par, todos fijaron su vista en ella, la pelirroja mantenía la sonrisa de siempre, llevaba su mochila en el pecho, cubriéndola de un... Ladrón de mochilas, quizá.

Fue hasta nosotros, Dylan y yo dejamos nuestras cajas en una de las gradas vacías, Vale saludó a Dylan antes de tomarme de la mano y alejarme del chico.

—Como tú no has tomado el valor de decirle a Luca de su problema, yo tuve que comprar... —Se acercó lo más que pudo a mi oído y susurro—. Una prueba de embarazo.

Fruncí el ceño apartándola de mí, era como si ella se quisiera colar por mis fosas nasales.

—¿Por qué tanto afán en saber si estoy o no?

—Porque soy tu amiga y me importas Millie, no me agradezcas se que harías lo mismo por mí si estuviera en tu lugar.

Asentí moviendo la cabeza, tome una gran bocanada de aire.

¿Y si te enamoras de mí? ©✔ En Edición.Where stories live. Discover now