⏸ 𝑷𝑨𝑼𝑺𝑨

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       De nuevo en el hospital.
      ¿Qué tenían que hacer para dejar de llegar a ese asqueroso lugar?

Tobías jugaba con el borde de su camisa rasgada para tratar de distraerse con algo, llevaba horas de pie deseando recibir noticias, en una sala donde esperaban otras personas que al verlos solo le contagiaban la sensación de tristeza y estrés, él odiaba los hospitales, todo lo que tuviera que ver con médicos, nunca había estado enfermo como para asistir a esos lugares y los programas que veía eran suficientes para crear en su interior el desagrado, era peor cuando estaba ahí esperando noticias de alguno de sus amigos.

La madre de Jeff estaba sentada con la cara escondida entre las manos, el proceso para que atendieran al chico había sido muy lento, no estaban en el hospital donde trabajaba el hermano de Harlam así que no había alguna palanca que los ayudara y ni siquiera se apuraron cuando vieron la gravedad de las heridas, por eso y más Tobías odiaba los hospitales.

—Ten. —Harlam se acercó para entregarle una taza de café, Tobías le dio un sorbo y arrugo la cara de inmediato, cosa que hizo reír un poco a Harlam.

—Esta horrible.

—Lo sé, pero esta bueno para despertar. —Tobías intento terminar de bebérselo, pero los tragos eran una tortura tras otra.

—Agh, quiero vomitar, tómatelo tú. —No pudo continuar y le entrego el vaso plástico a su amigo— Deberías decirle a Jeremías que vaya a su casa a dormir. —Apunto Tobías a su pequeño compañero que cabeceaba sentado en una de las sillas azules de la sala de espera.

—Ya le dije, pero no quiere irse.

Los tres esperaban junto a la madre de Jeff, habían permitido su permanencia en el lugar porque la gente que había era muy poca. Tobías reviso su teléfono, eran las doce de la noche y Jareth no había respondido luego del primer aviso que mando Harlam por el grupo de WhatsApp, lo iba a llamar de nuevo, pero de la nada el pelinegro apareció, con evidentes rasguños en la cara, la ropa rasgada y el cabello alborotado.

—Oh por Dios, dime que no hiciste lo que creo. —El primero en acercarse fue Harlam para revisar al otro. Tobías se acercó en silencio.

—No hice nada.

—¡¿Estás loco?! Tienes heridas que sanar.

—Te dije que estoy bien.

—Explícate. —Intervino Tobías.

—Nada, se dónde vive el idiota que ataco a Jeff y lo visite. Estaba solo así que no paso mayor cosa.

—Espero enserio que no te metas en más problemas. Deberías hacer que te revisen. —Harlam tenía esa forma tan preocupada e intensa de ser que a Tobías a veces exasperaba— ¿Cómo rayos lo golpeaste teniendo ese cabestrillo inmovilizador de hombro?

—No te contare mis trucos. Nadie se mete con mis amigos y pasa la vida tranquilo. Así que déjame en paz. —Jareth se sentó al lado de Jeremías que despertó luego del escándalo que hizo Harlam.

Finalmente, cerca de las dos de la mañana un médico les informo que Jeff se encontraba estable, muchos golpes, pero no había fracturas y se recuperaría pronto si se cuidaba. Con el amanecer y urgencias empezando jornada intensa los sacaron del hospital, alcanzaron a ver a Jeff, pero este dormía, solo su madre podía quedarse. Los cuatro amigos salieron resignados.

—¿Qué hacemos ahora? La vida nos está dando una señal. —Dijo Jeremías, estaban reunidos en una pequeña cafetería desayunando.

—Señal de nada. —Comento Harlam.

𝑵𝑨𝑺𝑬𝑬𝑴 (PAUSA)Where stories live. Discover now