El prometido de Kitty Gang (YOONMIN)

Gang 8

Yoongi miraba desde una de las ventanas del segundo piso como llegaba la comitiva luego de salir hacía tres días habían abandonado la casa en pos de una misión.
En las primeras horas en las que su prometido, el famoso Kitty Gang, se había marchado, Min quiso tomar y mostrar una pose despreocupada, a fin de cuentas sí que era su prometido pero sólo llevaban una semana como tal y desde que habían sido presentados.

Perdió vilmente en ello.

El pobre dedo pulgar de la mano izquierda del pálido chicho era una prueba de ello; mientras su madre sentada a su lado curaba por décima vez a la pobre extremidad Yoongi miraba el suelo a sabiendas de que no pasaría mucho tiempo más en que su progenitora comenzara con un sermón.

—Yoongi, ya eres mayor para que te esté diciendo lo mal que está esto, además, creí que ya lo había superado. ¿No habíamos trabajado en ellos con el psicólogo?— mientras su hijo asentía, la dulce mujer suspiraba recordando las palabras de su esposo, "no lo asustes o se encerrará"— Ellos saben lo que hace, pequeño...ya verás como regresa sano y salvo.

Yoongi levantó la vista mirando a su madre unos segundos dejando escapar todo el aire contenido, sonrió cuando esta le dio un besito en su dedito ya curado y vendado.

—Yo...lo sé sí pero... no... no es solo eso es que...ellos...ellos se han ido de...misión...

—Mi niño...—Acarició la espalda del menor con suavidad—Siento tanto haberte metido en este lío...si tan solo hubiéramos sabido que al venir a trabajar aquí tu-

—No mamá, no te culpes de nada...Jimin...él me ha dicho que puedo romper el compromiso

—Hijo, no seas tan ingenuo, que no estamos hablando de una ONG precisamente.

—Él...él me ha dado un USB con pruebas sobre algunos de sus trabajos personales...ahora mismo podría hundirlo.

La Sra. Min miró a su hijo entre incrédula y sorprendida. Con su mano acomodó el flequillo rebelde de su hijo mayor para tomar sus manos y al encontrarse con los ojos de su hijo lo vio bien claro.

—Tu le crees...

—Yo...No sé como explicártelo, mamá, pero...Jimin me está diciendo la verdad.

Solar se puso de pie dando un pequeño rodeo en la habitación abrigándose así misma con sus brazos, necesitaba de su marido en esos instantes pero a la vez no quería que por el momento supiera lo que acontecía con su hijo mayor.

—No te enamores, Yoongi.

—¿Qué?

—No te enamores de Kim Jimin.

—Pero...ustedes han aceptado a casarme con él ¿Lo has olvidado?

—¡Pero te ha liberado, Yoongi!

—Pero yo creí que...

—Yoongi, si te enamoras de él irremediablemente te convertirás en uno de ellos.

El joven lo miraba sin comprender nada, hasta hacía cinco minutos era Min Yoongi el hijo al que sus padres mismos lo habían comprometido .

—No me mires así Min, no es lo mismo. ¿Qué pretendías? ¿Decirle que no a unos asesinos? ¡Pero ahora podemos irnos de aquí! 

Al mirar como todo el grupo de mafiosos entraba por la parte trasera del jardín, su corazón parecía desbocarse a cada segundo que pasaba esperando verlo, aún cuando la charla o discusión con su madre no terminó en los mejores términos, aún cuando sabía a qué habían ido los Kim, aún cuando estaba mirando desde la ventana de una mansión construida con dinero manchado de sangre.
Pero de todos los panoramas que se esperaba con el que se encontró cortó su respiración.

Yoongi bajaba corriendo como si su vida dependiera de ello, en su mente tenía solamente la imagen de Jimin siendo bajado de una de las furgonetas malherido y sangrando, no era así como debía regresar, era el famoso Kitty Gang, sagaz, veloz, con la mejor puntería, frío, calculador y rápido. Heredero de la mayor y más peligrosa mafia de Corea. Engreído, suspicaz y con un sentido del humor ácido. 
Todo eso para Min era sinónimo de que Kim debía regresar y estar bien. Iluso él.

Al salir por los grandes ventanales que daban al jardín se detuvo tan solo a unos metros del pelirrosa, quien era sujetado por dos de sus hombres de confianza; su ropa de diseño rasgada, su pelo enmarañado, su preciosa cara con cortes, sus abultados labios partidos y sus ojos brillando como si de dos diamantes se tratasen, sin saber que era él quien ocasionaba que la mirada de Jimin se iluminase al verlo correr hacia él.

—Novio... ¿Qué tienes en la cara? ¿Acaso estás preocupado por mi?— preguntó Jimin con un intento de sonrisa y la voz débil— Estoy bien Yongo Bongo, soy duro de roer...aunque por ti me dej-—quienes lo estaban sujetando hicieron fuerza en los brazos de su joven jefe para que no cayera al suelo al acentuarse más su debilidad.
Yoongi con preocupación acortó los metros que lo separaban y contra todo pronóstico y sorprendiendo hasta al más duro de los mercenarios que allí se encontraban, tomó al doncel en sus brazos para ser él quien entrase a su prometido en la casa.

Fue seguido por el resto de los hombres heridos y observado por unos padres preocupados a la lejanía que murmuraban algo entre ellos. 
Jungkook al estar cerca de sus padres, sin ser descubierto se alejó de allí rumbo a la dirección que había tomado su hermano mayor.

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DEDICATORIAS EN ESTE CAP PARA 

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