Una familia.
Mucho poder.
Un heredero.
Y un matrimonio que contraer.
Donde el poderoso matrimonio Kim, jefes de la mayor mafia de Corea, han de casar a su primogénito, Kim Jimin.
-¡Papi! ¡Quiero a ese!
Capítulos cortos.
Mpreg.
Mafia.
Yoonmin.
Namji...
No sean tímidas mi chiKISS, saben que adoro sus mensajes. Estoy tan sorprendida por el éxito de este fic, veo que lo sigue mucha gente y que otra tanta se lo guarda en sus bibliotecas. GRACIAS, AMORES MÍOS!!!
Dedicado a cada una de ustedes, bellas personitas ♥
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Siendo los primeros minutos del amanecer los hermanos Min se hallaban ya en la sala familiar, allí donde solo la familia podía entrar, de hecho la servidumbre les dejaba todo lo pedido en un cubículo con aperturas en ambos lados, pasillo y habitación, para no ingresar. Solo una vez por semana los dos miembros más antiguos de los trabajadores ingresaban para ocuparse de la limpieza.
Yoongi masajeaba sus sienes intentado aliviar el dolor por no haber pegado ojo. Se encargó de consolar a su prometido quien el suceso le había afectado en demasía. Como Jimin le había contado, cierto que en su mundo la mierda rodaba de mano en mano pero en lo personal él jamás quiso verse envuelto en trata de personas ni nunca fue culpable ni cómplice de violación o cualquier tipo de abuso. Como doncel sabía que también estaba expuesto a este tipo de cosas y que no faltaron momentos en que tuvo que enseñar a base de palizas a quien ponía la mano donde no debía. Ver como ese cerdo violaba a alguien tan frágil como WonYoung fue mucho para él. Bajo ningún concepto se arrepiente de haberle perforado la cabeza.
Su hermano menor estaba un poco en las mismas, pocas horas de sueño. Su esposo, quizás Yoongi era el único al que tampoco le había sorprendido que su hermano se casase de un día para el otro a los 18 años sin avisar nada a nadie, era la mano derecha de los jefes de Geondal y estos junto a sus hombres de confianza debían reunirse y tomar decisiones. Lo que no terminaban de entender era que tipo de decisiones.
BangChan entró seguido de JeongYeon, ambos considerados los mejores bajo el mando de Hoseok, sus rostros eran ojerosos y serios. Si ellos tenían permiso de entrar era por ser parte de la familia Kim también, ellos eran sus sobrinos al igual que Hoseok, hijos de un primo de Jin, tres chicos que habían quedado huérfanos y crecieron bajo el cuidado del mafioso matrimonio. No había ni palabras ni tiempo para agradecer lo que habían hecho por ellos, por ende los tres habían decidido que ser sus mejores trabajadores era parte de pago.
— Se quieren llevar a las muchachas a la casa de campo. — les contó BangChan mientras se sentaba en el sofá frente a ellos junto a su hermana. Yoongi levantó la vista asintiendo, comprendía, él hubiera hecho lo mismo si fueran sus hijas, el tema era si debían hacer lo mismo con su embarazado doncel.
— Pero ellas no están por la labor, no quieren ni oír hablar sobre abandonar la casa ni a la familia, llevan una hora discutiendo en el despacho del jefe, pero la situación está difícil porque esta vez el jefe doncel está del lado de su esposo. — continuó JeongYeon.
— ¿Tae Y Jimin?— preguntó Jungkook lo que Yoongi realmente quería saber.
— No lo sé, no escuchamos nada sobre ellos, más que el tema de sus hermanas, que han traído gente de otros centros para doblar la seguridad. Nuestro hermano ha organizado todo a la velocidad de la luz, incluso cuando casi no se separó de la muchacha.
