Capítulo seis

1K 50 4
                                    

Richard.
10 de noviembre, 2018.

Ha pasado casi una semana de la última vez que hablé o vi a Jenna, el último recuerdo es el más amargo. Ver ese maldito anillo en su dedo de nuevo después de ver como quedo cuando salió la noticia de la infidelidad de aquel infeliz es duro, no lo voy a negar.

Estoy sumido en el trabajo cuando la puerta se abre, no me molesto en levantar la vista porque de seguro es Natalie. Una mano se posa en la hoja que estoy llenando y de inmediato la reconozco.

—¿Qué haces aquí? —pregunto sin verla.

—Vine a dejar la carta de renuncia —su voz tiembla.

—Pudiste habérmela mandado con Max —le quitó la mano de la hoja que estaba escribiendo.

Por fin alzó la vista para verla, su ropa no es la misma que usa en todo momento. Esta vez está usando un enorme abrigo de color rosa pálido con unos pantalones flojos. No lleva ni una gota de maquillaje y sus ojos están rojos. Agarro la hoja y ni la veo solo finjo que lo hago porque estoy demasiado cansado y quiero que se vaya de una vez.

—Listo, puedes largarte —le digo fríamente.

Va a decir algo cuando Natalie entra al despacho, cuando se posiciona a la par mía me levanto y por estupidez la agarro de la cintura volviéndola hacia mi y la beso. Es un beso pequeño, pero igual puedo sentir la mirada de Jenna en nosotros.

Cuando me separo puedo ver la sorpresa en el rostro de Natalie, para dejar el silencio atrás agarro los papales que están en sus manos.

—Pasa la reunión de las 2 a las 4, esa hora no puedo —le digo ojeando los documentos.

—Claro, ¿Alguno más? —dice apuntando en la Tablet.

—Nada más, gracias cariño —le digo dándole los papeles firmados.

La observó salir y vuelvo mi vista a Jenna y observo como tiene la vista perdida en la ventana detrás de mí. Ahora que está distraída puedo ver lo pálida que esta, su piel es un poco más blanca de lo normal.

—Hablemos, por favor —dice en un susurro.

—No, tengo muchas cosas que hacer. Mi trabajo me espera así que lárgate de una puta vez que no quiero volver a verte por acá, más bien no quiero volver a verte nunca —sueno rudo—. Espero que seas feliz.

Puedo ver cómo su cuerpo tiembla, sus ojos se cristalizan.

—Adiós, Richard.

—Adiós, Jenna.

La observó salir de mi oficina y las ganas de decirle que no se vaya son inmensas. Cuando la puerta se cierra inmediatamente llamó a Natalie. Espero algunos segundos cuando la veo entrar a la oficina.

—Dígame, señor —dice sentándose al frente de mí.

—Perdona por lo de hace un momento —me recuesto en la silla—. No sabía como reaccionar frente a ella.

Natalie me da una pequeña sonrisa, hace algunos días hablamos respecto al beso que ella misma me dio. Las cosas terminaron bien y días después la pude ver hablando por teléfono y sonrojándose y ella misma me dijo que estaba conociendo a alguien.

—No te preocupes, después de lo que me contaste lo comprendo —dice haciendo una mueca—. ¿Hablaste con ella?

—No tengo nada que hablar con ella, ella misma se esta arruinando la vida yo mismo vi como quedo después de la noticia.

—Pero no sabes por qué volvió con él, puede haber muchas razones. Tienes que escucharla, Richard.

No le respondo en estos momentos estoy tan dolido por ver como ella vuelve a él, ni siquiera se que es este dolor que siento al imaginarla con otro. O tal vez si pero no lo quiero aceptar.

Destinos Cruzados - [BORRADOR] ✔️Where stories live. Discover now