Capítulo veintinueve

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Richard.

Tres meses después.
06 de octubre, 2023.

Froto mi cuello cuando entro a casa el silencio me recibe haciéndome fruncir el ceño.

Recuerdo que Jenna me dijo que estaría aquí cuando llegara a casa, escucho unas pisadas antes de que una hermosa cachorra (ya no tan cachorra) venga corriendo hacia mí moviendo felizmente su cola.

—Hola mi hermosa cachorra. —le digo acariciándola.

Ladra feliz por los mimos.

—Vamos a buscar a tu mami.

Me encamino a la cocina y la veo vacía al igual que la sala, frotándome nuevamente el cuello subo las escaleras de camino hacia nuestra habitación. Y es cuando abro la puerta que me llevo una grata sorpresa que hace que mi respiración se vuelva acelerada.

Jenna esta en la cama sentada de pierna cruzada y solamente lleva una pequeña pieza de lencería de encaje de color roja. Me sonríe cuando me ve parado en la puerta, se levanta y camina hacia mí de una forma sensual haciendo que lleve mi vista por todo su cuerpo, cuando llega a mi agarra el cuello de mi camisa y me meta a la habitación.

—Llega usted muy cansado, señor Di Blackson. —su voz suena muy provocativa.

Dejo que ella me maneje como quiera me sienta en el borde de la cama y cuando estoy apunto de tocarla se aleja de mí.

—No sé si recuerdas, pero hace un tiempo Max nos interrumpió. Dijiste que te tenía que recompensar así que aquí esta tu pequeño regalito.

Lo único que puedo hacer es tragar duro por sus palabras. Lentamente una sonrisa va formando en su cara, poco a poco va subiendo sus manos por sus piernas hasta llegar al borde de la tanga que tiene puesta y se la va bajando.

—Estos últimos días me he sentido muy sola. —hace un puchero— Me las he tenido que arreglar sola.

Observo como dos de sus dedos se dirigen a su entrada y poco a poco se van perdiendo en ella, cada segundo siento más apretado el pantalón así que comienzo a quitarme los zapatos junto con las medias. La camisa desaparece al igual que el pantalón mientras observo como los dedos de Jenna entran y salen de ella, sus gemidos solo hacen que mi erección crezca más.

—Vamos, Jenna. —le digo viéndola fijamente— Puedes hacerlo más rápido, piensa que son mis dedos o mi polla lo que esta dentro de ti. Piensa en como se siente que una parte de mi este dentro de tu precioso coño haciendo lo que quiera con él o piensa que mi lengua está ahí, dándome un jodido festín con tu sabor.

Mis palabras hacen efecto porque sus dedos se mueven más rápido haciendo que sus gemidos sean más constantes y la presión en mi ingle se vuelve insoportable. Un ultimo gemido sale de ella su pecho sube y baja rápidamente sus dedos salen lentamente de ella y puedo ver cómo están brillosos por sus juegos.

—Ven aquí. —le digo impaciente.

Ella no dice nada y no hace nada por unos segundos, lleva una de sus manos hacia tras y las copas de su sostén se aflojan para después caer al piso y mostrarme una de mis cosas favoritas de ella.

Camina hacia mí se monta en la cama y se arrastra hacia mi regazo, cuando sus piernas están en cada lado de mi regazo mis manos van a su cintura y mis labios van a los suyos.

El beso es rápido, rudo y salvaje mis manos pasan de su cintura a su trasero apretándolo para que suelte un jadeo, aprovecho ese jadeo para meter mi lengua en boca.

Me alejo de su boca y voy dejando besos húmedos por su barbilla, su garganta hasta su cuello en donde muerdo un poco.

—Te necesito tanto. —suspira.

Destinos Cruzados - [BORRADOR] ✔️Where stories live. Discover now