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Ella bailaba en medio de la pista con los ojos cerrados olvidando por un momento donde y con quien estaba. Ella solo quería escapar de su tormento, ella solo quería olvidar su triste realidad, pero por mas que había tratado de hacerlo no lo había logrado durante las últimas semanas donde toda esperanza había muerto. Ella deseó nunca haberla vuelto a ver en hotel junto a esa chica. Su vida después de ese día ha sido un castigo sin fin. Cada noche antes de irse a la cama, la imagen de ellas dos besándose aparecía entre sus pensamientos desgarrándole el alma.

Le dolía saber que Chaeyoung había actuado como si jamás se hubiesen amado de la manera más tierna hasta la manera más salvaje.

Ella hubiese querido gritarle esa noche en aquel callejón que no la abandona de nuevo, que se quedará a su lado, que la amara de nuevo pero no pudo, ella simplemente la dejó ir al no encontrar en su mirada ese brillo especial que solía aparecer cuando sus miradas se encontraban. Ese brillo que solía aparecer únicamente para ella.

12:47 de la madrugada...

El aire fresco elevó levemente su cabello en cuanto bajo del auto. El frío de la madrugada hizo bajar la temperatura de su cuerpo. Temperatura que había subido durante el viaje gracias a los besos salvajes y caricias lujuriosas que se había dado con su acompañante de la noche.

—Ven aquí.—Escuchó en su oído luego de unos brazos rodear su cintura desde atrás. Ella giró su rostro para encontrarse con esos labios que habían estado devorando los suyos desde que dejó aquel club nocturno a unos kilómetros de ahí. En medio de besos apasionados se giró entre los brazos de la chica y así seguirla besando.

El sonido de labios chocando y pequeños jadeos eran lo único que se podían oír en aquel estacionamiento oscuro.

—¿Quieres subir?—Por primera vez en años Mina le hacía esa pregunta a alguien con quien había salido apenas unas cuantas veces.

—Me encantaría...—Murmuró la chica sobre su piel, debajo de su mentón.

La japonesa estaba dispuesta a olvidar a su gran amor, era hora de reiniciar su triste vida amorosa, tal como ella lo llamó. Las últimas semanas habían sido un completo infierno para ella, había probado de todo para sacarla de su cabeza pero nada funcionaba. Chaeyoung parecía estar en cualquier parte, cosa y pensamiento. Era imposible olvidarla. Aún se seguía preguntando cómo Chaeyoung lo hizo con ella.

Esa noche estaba dispuesta acostarse con alguien que apenas había conocido hace unas semanas, ya nada importaba. Ya no había nadie a quien serle fiel pues es lo que había hecho durante años. Hoy le dolía saber que había sido una completa idiota al serle fiel a alguien que hace mucho la había olvidado.

Mina la había amado más de lo normal, Mina se había entregado en cuerpo y alma a ella, y pensó que su amor era infinito. Hoy se sentía estupida por creerlo de esa manera.

Rabia, coraje, dolor, eran algunos de los sentimientos que la habían acompañado las últimas semanas.

Esa noche estaba dispuesta a entregarse a otra piel, a otro cuerpo. Esa noche le iba a demostrar a Chaeyoung que ella también podía olvidarla y que iba a reiniciar su vida. Todo iba perfecto hasta que en un segundo todo su cuerpo se tensó, su piel se erizó, pero no precisamente por el frío de la madrugada, no. Fue al escuchar su nombre ser pronunciado por esa incomparable voz, esa voz que jamás había podido olvidar.

—Mina.—Su nombre había sido pronunciado por segunda vez haciendo que despegue sus labios de los contrarios y se gire de inmediato encontrándose cara a cara con Chaeyoung, si, con la mismísima Chaeyoung ahí de pie frente a la puerta principal de su edificio.

¿Desde cuando ella estaba ahí? Mina no lo sabía. Ella solo sabía que Chaeyoung la observaba detenidamente ahí recostada sobre la pared de concreto.

—Cha-Chaeyoung.—Parpadeó varias veces.

—Hola Mina.—Su voz sonaba apagada, su rostro parece sin vida.
—¿Tienes un minuto?—Preguntó la coreana despegando su espalda de la pared donde había estado recostada por mucho, mucho tiempo, sin que Mina lo supiera.

—Yo... yo...—Mina traga. Siente como la chica que tiene a su espalda frota su mano haciéndose notar.—Lo lamento, ahora no puedo.—Dijo mirando por un segundo a la sexy chica detrás de ella.

—Yo... Yo solo vengo a traerte esto.—De sus bolsillos saca un sobre blanco y se lo extiende a la japonesa que la mira dudosa. Y antes de que Mina pueda preguntar qué es, Chae habla—Es de Nancy, la chica que...—

—Tu novia.—La interrumpió Mina con dolor en su voz.

—Si.—Responde. Le hubiese gustado saber cómo Mina sabía su nombre pero no estaban en condiciones ni momento para ponerse a platicar.—Ella-Ella dejó esto para ti.—Mina al fin toma titubeante el papel.—No estas obligada a leerlo si no quieres. Yo solo quería cumplir con lo que ella pidió de dártelo personalmente.—Explica y Mina no entiende nada solo sostiene el sobré en sus manos.—Bien—Suspira—Solo eso era. Tengan una buena noche.—dijo haciendo una pequeña reverencia ante las dos para después irse sin decir más.

—Chaeyoung espera.—Mina habló sin dudarlo. No iba a quedarse con más dudas, debía hablar con ella seriamente pero...

—¿Subimos?—La voz de su acompañante reteniendo su mano a su espalda escucha. Mina suspira, recuerda que no está sola. Ella se queda mirando la silueta de Chaeyoung perderse entre los autos parqueados en la oscuridad.

—Vamos.—Finalmente dijo la japonesa encaminándose hacia el ascensor con aquel sobre blanco en mano.

Un sobre donde iba a descubrir muchas cosas que jamás imaginó.


N/A
Perdón si hay errores. Cuando edite la historia lo corrijo.

Gracias x leer.

Inolvidable (MiChaeng)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora