51. 🔱 La corona 🔱

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Harald

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Harald

Desde muy pequeño sabía que mi vida iba a ser muy complicada. Desde muy pequeño me han dado tantas reglas que seguir, me han dicho que hacer, como comportarme, como vestirme, como hablar, como caminar y hasta...a quien amar. 

Nunca había podido elegir por mí mismo lo que a mí me gustara, nunca había sido yo mismo, siempre era una persona diferente, nada parecida a mí yo realmente. La palabra fingir estaba en mi día a día, era la palabra más escuchada en mi vida, no había día en la que no me la mencionaran. Me daban ordenes de que fingir era lo mejor para mí, si fingía iba ser feliz, si fingía iba a encajar, si fingía me iban a amar...y eso hice. Fingí, pero nunca fui feliz. 

Hasta que un día me presentaron a un chico de casi mi misma edad, el era todo lo contrario a mí, él era él mismo, hacia lo que le gustaba, gritaba cuando se le apetecía, jugaba con lo que quería y comía lo que él quería. Me enseñó que con él no tenía que ser perfecto para ser feliz, porque la felicidad no esta en la perfección. Me enseñó a hacer muchas cosas, me dio otro giro hacia la música, era el tema que más le gustaba y el tema que más mencionaba. Me enseñó a ser feliz de una manera especial, a una manera que disfrutaba bastante...ser yo mismo. Ser feliz a mi manera, a la manera que me encantaba. Ver a ese chico reír y tenerlo casi todos los días conmigo me ayudó bastante a encontrarme a mí mismo, aprendí a dejar de fingir y sólo disfrutar de cada cosa que hacía.

Al principio pensaba que la mi felicidad estaba alrededor de él, pero poco a poco me di cuenta que mi verdadera felicidad era él mismo. Ese chico era mi felicidad, mi motivación para seguir adelante en mi trabajo, para esforzarme día tras día. Pensaba que al principio solo era esa simple amistad que sientes cuando una persona es amable contigo, pero, con el paso de tiempo la amistad que sentía se empezó a tornar a una mucho más profunda, me costó mucho en darme cuenta que lo que sentía por eso chico no era solo cariño...sentía amor. Mi emoción aumentó cuando el chico sentía lo mismo que yo y no saben la felicidad que sentía en ese mismo instante. Me di cuenta que siendo yo mismo pude amar, siendo yo mismo pude sonreír, siendo yo mismo pude descubrir lo que en verdad se le llama felicidad.

Hasta que me la arrebataron.

Se llevaron mi felicidad de mi vida y yo terminé por destruirla. Alejaron a la persona que me había enseñado a amar y ser feliz sin tener que fingir.

Y aquí es donde digo que nunca más. No dejaré que me la quiten de nuevo.

-Tardaste demasiado.- se encontraba de espaldas a mí, viendo por la ventana que da hacia la entrada principal.

-Supongo que ya lo sabes.- cerré la puerta.- ¿sabes? Me hubiera encantado presentártelo personalmente pero presiento que ya lo conoces a la perfección.-

-¿A qué juego estas jugando, Harald?.-

-A uno en donde yo voy a ganar.-

-Puedes ganas sin hacer trampa.-

Los dos Príncipes. [Part 1]Where stories live. Discover now