Capítulo 19.

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3 Años después.


Harry había iniciado la escuela y a lo que parecía, le iba de maravilla y demostraba ser un niño bastante inteligente, haciendo que Louis se enorgullezca de él. Al rizado le encantaba llegar a la Cafetería y encontrarse con Louis para contarle todo lo que había pasado en la escuela, desde las grandes cosas hasta las más pequeñas. Al mayor le fascinaba escuchar las infinidades de cosas que el menor le contaba, mientras que Niall estaba a su lado corrigiéndole o ayudándole a terminar su historia nueva del día. 

El ojiazul se había acercado más a Zayn, volviéndose aun más cercanos, tanto, que Louis podría llamar a Zayn “mejor amigo” sin problema alguno. Y eso al moreno le dolía en el fondo. El moreno se había acostumbrado a ver a Louis prácticamente todos los días; Zayn se encargaba de irlo a visitar a la Cafetería porque sabía que ya no vivía más en la casa de los Horan y por falta de vehículo familiar y de ganas de caminar no iba a visitar a su mejor amigo. 

Louis y Harry por fin Vivian juntos, volviendo a Louis un muchacho mucho más responsable de lo que ya era. Maura se encargaba de recordarles que tenían toda su ayuda y apoco para lo que quisiesen y eso era algo que Louis agradecía de todo corazón. De vez en cuando, Maura bromeaba con Harry pidiéndole que ahora la llame “mamá”, Harry solo reía pero de sus labios jamás había salido aquella palabra que Maura deseaba escuchar. 

Bobby estaba muy concentrado en su trabajo pero siempre dejaba un espacio libre para su familia. Él, siempre se encargaba de ir y revisar que todo estuviese bien con el estudio de Harry, cerciorándose de que nada estuviese fuera de lugar y asegurándose que ambos chicos estuvieran bien y satisfechos con su Colegio. 

A Louis le estaba yendo muy bien en su trabajo. Lynette estaba volviéndose también una amiga cercana a él y agradecía mucho la amabilidad que la chica tenía. Por otro lado, Lilith había vuelto a atacar, intentando acercársele con gestos amables y portándose cortes con él. Al final, sus verdaderas intenciones salieron a la luz el día que la pelirroja invito al castaño a salir al cine, claro que como amigos pero él, la rechazo y ella prácticamente lloró. 

Al castaño le dolía ser cruel con ella, pero por más que se esforzaba la chica no entendía que él jamás podría tener ojos para ella. Admiraba la manera en la que Lilith no se daba por vencida pero ahora, ya comenzaba a cansarle la idea de que ella estuviese detrás de él. Louis se esforzaba en rechazarla lo más delicado posible, pero ella era simplemente imposible de tratar.

Maura se daba cuenta de los constantes acosos por parte de Lilith y como buena jefa tuvo la necesidad de despedirla. Al principio pudo aguantarla, pero una cosa es rogarle una cita y otra muy diferente robarle pequeñas pertenencias y sacarle fotografías mientras Louis estaba ocupado o distraído. Esa había sido la gota que derramó el vaso, Maura se harto y de buena manera le pidió que saliera del establecimiento y no volviera porque ahí ya no tenía trabajo. 

Y Zayn estuvo el día que pasó eso. Se sentía bien saber que ahora su única competencia era un pequeño de cabello rizado. Se sintió liberado de la pelirroja, por fin dejaría de verle la cara de inocente mosca muerte que se cargaba la pobre.

Harry por su parte también se sintió libre, sin saber que seguía teniendo un rival. Zayn no se atrevería a arrebatarle a Louis de las manos, pero él lo quería y deseaba estar con él, sin contar que la diferencia de edad no era mucha. Ese era el único punto que Zayn podía tener y quizá también el haber logrado la confianza máxima de Louis. 

El ojiazul nunca se atrevió a contarle a su amigo copetudo sobre aquello que pasó con Harry el último día que estuvieron viviendo en la casa Horan. No estaba listo para las burlas y sermones que seguramente le haría su amigo, no quería ser molestado por él. Louis se dio a la tarea de olvidar aquel suceso. 

Y para su suerte, Harry no volvió a verse así de jodidamente sexy y deseable frente a él. Alcanzaba a mirarlo desnudo de vez en cuando y era cuando salía de la ducha, pero lograba controlar sus ganas de lanzarse encima del menor. Sintiéndose lo suficientemente grande para controlar sus deseos. 

Intentaba ver a Harry como a un niño y de vez en cuando lo lograba. Harry aun seguía besándolo y aunque a veces terminaban en la cama y Louis arriba de Harry, las cosas nunca se ponían mejores. 

Harry deseaba crecer y ser tocado por Louis. De vez en cuando se encerraba en su recamara y se masturbaba él solo, imaginándose a Louis diciéndole cosas al oído y haciéndolo gemir. Louis nunca se enteraba de eso y eso era mejor porque aquellos límites que Louis marco podría haberse ido a la mierda con el simple hecho de saber que Harry a su temprana edad se masturbaba. 

Louis ya tenía sus 21 años y era todo un hombre. Maura no podía sentirse más orgullosa de él, porque Louis Tomlinson luchaba por lo que quería. Cada vez se volvía más independiente y agradecía mucho eso porque sabía que así podría dejar de ser una carga más para los señores Horan. 

Jessica Calder era la dueña del departamento que habían rentado y además se había vuelto en algo así como una segunda madre para Louis, ¿Y para Harry? No, el rizado de trece años se mantenía al margen de la mujer de cabellos castaños. No tenía nada en contra de ella, aceptaba que era una gran mujer y que tenía buenas intenciones de ayudarlos, pero el jamás podría verla como a una madre cuando a su verdadera hija estaba acosando a Louis. Su Louis.

La mujer de grandes ojos color Avella tenía una linda hija de veinte años. Eleanor Jane Calder. La chica tímida que rara vez se veía por aquellos rumbos. Lo único que Harry sabía de ella era que, era adicta al café de Starbucks y que tenía una obsesión por Louis. Eleanor nunca pasaba de darles las buenas tardes a Louis y eso, era porque Louis la saludaba por pura cortesía. Eleanor terminaba completamente sonrojada y casi atragantándose con la cantidad de café que se metía. El rizado se burlaba en su cara, pero la chica jamás entendió que esa risa que salía de los dulces y rosados labios del menor era por su actitud cerca de Louis. 

Para el mayor, la chica era una más; le parecía guapa, porque Eleanor lo era. Tenía una belleza natural que nadie podía negar, incluso, Bobby de vez en cuando intentaba animarlo para que invitara a salir a la castaña pero por claras y obvias razones Louis siempre se negó. Podría tratar a Eleanor pero solo como a una buena amiga, incluso como a una hermana. 

Eleanor era la nueva Lilith en castaña. La chica tenía muchísimos rasgos de su madre, más que de su padre. 

Harry no dejaría que ella se le acercara a Louis, ni loco dejaría que una chica que intenta tener una carrera como modelo sea la causante de que Louis lo cambiara.

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Era viernes y ya faltaba tan sólo dos horas para que el turno de Louis acabara. Se sentía cansado y agobiado, un intenso dolor de cabeza lo había atacado desde hace casi ya media hora. Su nuevo compañero, Billy el ahora cajero de la caja uno le había dicho que él lo cubría y que se fuera temprano, pero Louis se negó a dejar el trabajo antes. 

Harry había notado a Louis cansado desde hace horas pero decidió no decir nada porque sabía mejor que nadie que con un Louis cansado no se podía tratar. Estuvo haciendo la tarea junto a Niall, haciendo bromas de vez en cuando y riéndose de la gente que pasaba por el establecimiento. 

En la ultima hora Niall ya se había comido cuatro pastelillos, seis galletas, dos malteadas y un café sin azúcar. Y el último lo acompaño con un comentario “Sin azúcar para mantener la dieta” y una estruendosa carcajada salió de los labios del menor llamando la atención de toda la gente que se encontraba ahí. Niall lo acompaño con una risa un poco más discreta. 

Niall sonreía cuando Harry sonreía. 

Al rubio le gustaba Harry. Mucho. 

Le asustaba el hecho de darse cuenta que no sentía ninguna atracción por las niñas de su clase. Había niñas muy bonitas, como Ashley una chica de cabellos largos y rubios, tenía unos enormes ojos azules y una sonrisa deslumbrante pero él no sentía nada por ella. Tampoco por Giselle, la castaña de ojos color verde/azulado y de sonrisa torcida y fingida. Ni de ninguna otra chica más grande que él. Ninguna de las porristas le llamaba la atención, ni tampoco las niñas más inteligentes. Simplemente él se iba más por los chicos. 

Al rubio le gustaba admirar a los chicos. De cabeza a los pies. Ojos, cabello, piel, sonrisa y bueno… entrepierna y es última fue la gota que derramo el vaso. ¿Qué niño de trece años se fijaba en la jodida entrepierna de otros niños? Incluso juró que tuvo un pequeño enamoramiento con su profesor de matemáticas: Robert Dawson, un hombre de 28 años y bastante simpático, además… abiertamente homosexual. 

Pero nadie hacía que el irlandés se olvidara realmente de Harry. Intento comentárselo a Liam, el castaño de cejas pobladas era el más sabio e inteligente, siempre sabía que decir y estuvo a un grado de decírselo pero el pánico y el miedo al rechazo lo detuvo, haciéndole cambiar de tema rápidamente. 

—Harry… —Comenzó el rubio mientras sus mejillas se teñían de un color carmesí típico de él. El rizado sonrió mientras dirigía su vista hacia su amigo que estaba sentado frente él; el irlandés jugaba nerviosamente con sus dedos y miraba su libro de geografía sin prestar atención alguna. 

— ¿No entiendes algo de la tarea, Niall? Recuerda que entre los dos nos ayudamos. —Habló el rizado tomando la barbilla del rubio y levantándola para poder mirarlo a los ojos. Niall se ruborizo mucho más y se sintió estúpido. 

—No, digo sí, si entiendo todo. —Dijo torpemente. —Es otra cosa. No tiene nada que ver con la tarea. 

—Escúpelo. —Alentó el rizado. 

—Bien, lo que pasa es que… —El rubio no pudo terminar porque un Louis molesto se acerco a ellos apurándolos a alistarse para irse. 

Niall se sintió derrotado y le comento que se lo contaría después. Quiso hacerse a la idea de que aun no era el momento adecuado para contárselo a alguien, tal vez estaba yendo demasiado rápido. Sin decir ya ninguna palabra, guardo sus cosas en su mochila y se acerco a la entrada, seguido de su rizado amigo. Louis se encontraba afuera esperando a los chicos y una vez que ambos salieron el castaño mayor comenzó a caminar para alejarse de su trabajo lo antes posible. 

Harry lo miro preocupado y con el seño fruncido. Niall comenzó a hablarle de cosas sin sentido a Harry, pero él ni siquiera prestaba atención alguna, lo único que quería saber era porque Louis estaba así; entendía su dolor de cabeza y que hoy tuvo muchísimo trabajo, pero no era la primera vez que esto le pasaba y nunca había reaccionado así. Se veía serio y enojado, ni siquiera miraba a Harry de vez en cuando. 

Una vez que llegaron a la casa de Niall, Louis decidió irse a su departamento. El mayor le advirtió a Harry que no pensara en irse con él porque no aceptaría, debía quedarse a acompañar a Niall; el volvería en un rato más para llevarlo a casa, Harry completamente indignado acepto. 

— ¿No sabes que le pasa? —Pregunto el rubio bastante curioso. Acompañado de una bolsa de frituras y una bebida de cola. Harry negó y se lanzo al sillón para ver algo de televisión. — ¿Recuerdas cuando vimos aquella película porno gay? —Harry abrió los ojos y soltó una risilla traviesa. 

—Sí, lo recuerdo. Fue… entretenido, ¿verdad? —Harry volteo a mirar a su amigo que se acomodaba en el sillón. El rojo se apodero de su rostro y calmadamente asintió. 

— ¿Cuál crees que haya sido el nombre de esa película? 

— ¿Para qué quieres saberlo? —El rizado alzó una ceja y el rubio se encogió de hombros. 

—No lo sé. Podríamos buscar la película en internet y verla online… ¿O quieres ver la película de Garfield? —El ojiverde miro la televisión y negó levantándose del sofá. 

— ¿Qué esperas? Vamos. Igual, si no encontramos esa podremos encontrar cualquier otra. —El rubio asintió y se levanto. Ambos chicos subieron las escaleras y se encerraron en la habitación del rubio con la esperanza de encontrar esa o una mejor película de porno gay. 

We are not real brothers.Where stories live. Discover now