Capítulo 14.

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Louis se sentía jodidamente cansado y con ganas de dormir más, sabía que su vida iba a cambiar. Empezando por decirle adiós a las desveladas, aunque realmente, jamás le gusto demasiado. Ahora su vida daría otro giro; un trabajo y un departamento que mantener, no sería fácil pero lo conseguiría. 

Esa mañana había sido igual que las demás. Todos enfermamente apurados. Bobby se despidió y salió junto a Niall rumbo a la escuela, Maura en cambio, termino de alistarse y cuando todos estuvieron listos subieron al auto de Maura. Harry iba dormido en el camino y aun llevaba su pijama puesta, Louis prefirió que las clases comenzaran un poco más tarde y para que Harry estuviera despierto captando todo, debía estar bien descansado. 

Llegaron a la Cafetería y Maura le dio indicaciones a Louis que dejara a Harry en el sofá café que había en su oficina y Louis asintió llevando al pequeño allá. Lynette y Lilith ya se estaban preparando para otro día de trabajo, Lynette se fue hasta la cocina para empezar a preparar una cantidad considerable de toda clase de pastelillos, mientras Lilith organizaba lo que sería su espacio. Tony, uno de los meseros ya había llegado comenzaron a acomodar las sillas y limpiarlas. 

A Maura le gustaba cuando trabajaban en equipo, eso hablaba muy bien de ellos. Louis había vuelto de su oficina informándole que Harry no tendría intenciones de levantarse en algunas horas, provocando la risa cantarina de la mujer. Maura sabía que quien le ayudaría primero a Harry sería Liam, se habían puesto de acuerdo para que después del Colegio llegara y ayudara a Harry unas horas con algunas materias y él había aceptado sin ningún problema. 

El castaño fue directo al que sería su puesto en las próximas horas, saludando a todo el mundo que iba llegando y al final topándose con la pelirroja pecosa que había causado un espectáculo ayer. La chica le sonrió tímidamente, sin decir nada, así era mejor y Louis en el fondo se lo agradeció. 

Todo había quedado listo y los clientes ya llegaban. Los primeros siempre eran los mismos: Personas que realmente necesitaban amigos e iban a una Cafetería a contarles sus vidas a los empleados y no era algo que les molestara, al contrario, les gustaba la confianza que los clientes les tenían. Y la persona que más confianza se llevaba era Lilith por su manera tan amable y cortes de tratar a las personas, regalándoles sonrisas reales. 

A las 10:50 a.m. Harry dio acto de presencia frente a Louis, con los rizos revueltos, las mejillas sonrosadas y con su mano derecha tallándose un ojo se veía más que precioso ante los ojos de Louis y lo único que quería era comérselo. 

—Buenos días, Lou. —Hablo el menor con la voz levemente rasposa. 

—Buenos días, Hazz, ¿Quieres algo de desayunar? —El menor negó e hizo una mueca en señal de desagrado. — ¿Te sientes mal? —El rizado volvió a negar y luego sonrió. Dándole la vuelta a la barra para poder entrar por una pequeña puertecita hasta llegar a Louis para darle un abrazo. 

—Uhm… Lou, ¿me quedaré en pijama en una Cafetería pública? —Louis rió ante el comentario del niño y rio, apuntándole a una gran mochila negra que se encontraba tirada en el suelo, informándole que ahí había ropa para él. Harry le agradeció y volvió a la oficina de Maura para cambiarse. 

Y después de casi media hora el rizado salió. Louis supuso que se tardaría tanto intentando arreglar sus rizos salvajes, pero Harry aun no entendía que tenían vida propia y no eran fácil de tratar. 

Harry tomo asiento en una de las mesas desocupadas y más cercanas para mirar todo lo que hacía Louis. Él lo admiraba, era algo así como su héroe y le encantaba estar con él; le gustaba la forma en la que Louis lo hacía sentir bien, protegido y querido. Harry sabía que él aun era joven, era un niño, pero le gustaba imaginarse una vida al lado de Louis, donde caminan tomados de las manos sin que nadie les juzgara. 

Las horas habían pasado volando. Harry se había vuelto a quedar dormido en aquella mesa, pero Louis prefirió dejarlo ahí. 

La campanilla había sonado, dando por enterado a todos que algún nuevo cliente había llegado. Louis dirigió su vista a la puerta encontrándose con un pequeño castaño, aun con su uniforme escolar y su mochila negra en sus hombros. El niño se acerco a la barra y contemplando a Louis en su trabajo, lo saludo y el mayor le indicó que Harry estaba dormido. 

—Yo me encargo. —El menor sonrió maliciosamente y se acerco a la mesa donde el rizado dormía plácidamente. Liam acomodó su mochila en uno de los asientos sobrantes y saco una campanilla pequeño de color dorada, se acerco sigilosamente al menor y comenzó a sonarla; todas las miradas cayeron en el niño con la campanilla y con una disculpa todos volvieron a lo que hacían. Había conseguido despertar a Harry. 

— ¡Mucho gusto! Mi nombre es el profesor Liam Payne y vengo a enseñarte todo lo necesario para presentar tu examen. —El castaño le tendió la mano en forma de saludo y confundido Harry la tomo. 

—Ya te conozco Liam, gracias. 

—Profesor Payne, por favor. Empezaremos con matemáticas, la materia temida por todos pero, yo te enseñare a amarla tanto como a la comida. —Soltó una risilla. Se acomodo en la silla que quedaba frente a Harry y comenzó a sacar lo necesario: hojas blancas, un libro, plumas, lápices, etc. 

Las clases habían ayudado a Harry bastante, las estaba entendiendo muy bien y comprendió que algún día Liam sería un perfecto profesor. A Liam no se le olvidaba ni un solo punto, todo tenía perfectamente calculado a la hora de enseñar; intentaba explicarle lo más importante y darle pequeños tips que le ayudarían no solo hoy, sino más grande también. Le había escrito varios ejercicios en las hojas blancas y se dio cuenta de que Harry era muy inteligente, los terminaba rápidamente y casi no tenia errores. 

Liam se sentía como un padre orgulloso viendo como su hijo se graduaba de Harvard. Realmente pensaba que a Harry le iría bastante bien en su examen y con suerte, lo pasaría con diez. 

Niall se había incluido al club. Él se encargaba de ayudarle a Liam, sí era su ayudante. Lo único que el castaño esperaba era que Zayn llegara, sabía que el moreno era flojo pero cuando se lo proponía podía ser incluso más inteligente que él –En realidad no, pero hacía su esfuerzo-. 

Sus ojos se iluminaron cuando diviso la figura de Zayn Malik acercándose a la cafetería a paso jodidamente lento y en ese momento Liam quería golpearlo. Una vez que el moreno entró se centró en conversar un rato con Louis y ver qué tal le estaba yendo, después se les unió a los otros cuatro amigos. 

A Zayn se le daba muy bien el inglés y de esa materia se encargaba él. También era muy bueno explicando, pero cuando no podía Liam se metía e intentaba ayudarle en todo lo que podía. 

Las horas habían vuelto a pasar y la madre de Liam ya había llegado por él para llevarlo a casa. El castaño se despidió de todos, terminando por felicitar y Harry y avisándole que mañana volvería para seguir viendo las fracciones y responder sus dudas en cuanto a otras materias. Les deseó buena tarde y salió. 

Zayn había decidió ayudar un poco más a Harry y lo consiguió. El rizado cada vez entendía las cosas mejor y más rápidas y el moreno se sintió grande. Por otro lado, Niall se había cansado y había ido a comer algo, pastelillos, galletas, malteadas, comía poco de todo, al final, la cuenta iba para su madre. 

Zayn y Harry habían terminado con dolor de cabeza y decidieron que la clase se quedaría hasta ahí y Liam podría encargarse de lo demás. Todos se habían reunido para comer algo y entre broma y broma hicieron un desastre en su mesa. 

Una vez que el turno de Louis había terminado todos se sintieron libres. Habían llegado a la casa de los Horan. Harry y Niall se enfocaron en comer chucherías mientras que Zayn y Louis se quedaban afuera, sin hablar solo haciéndose compañía. 

Louis sentía una conexión muy especial con Zayn, una que no había sentido nunca antes. Bueno sí, años atrás había tenido un viejo amigo, su nombre era Jack Douglas, el pobre chico era un ladrón y termino muerto en una de las calles más desoladas de Londres. Louis no supo de su muerte rápidamente, al contrario, el se entero tres semanas después; le dolió mucho pero ya se imaginaba que algo así le pasaría a su amigo. 

Y por el lado de Zayn, el chico malo, el cerrado y callado, nunca lo había sentido con nadie. Era nuevo. Le asustaba relacionarse tanto con alguien, sentir la necesidad de estar acompañado de esa persona siempre le sonaba enfermizo. Jamás tuvo muchos amigos en el Colegio, de hecho, aun no entiende como su amistad con Niall y Liam ha durado tanto. Quizá por la cercanía de sus madres o simplemente porque el Universo los quiere juntos. 

Nunca se sintió solo. Pero siempre sintió que algo le faltaba. 

No deseaba que ese “algo” fuese Louis, sin embargo, ese “algo” ya era Louis.

We are not real brothers.Where stories live. Discover now