CAPÍTULO XXXVI

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Altea se encontraba caminando por el lugar. Se recargó sobre uno de los árboles que había ahí y suspiró llena de hartazgo, no sabía a qué se debía este juego pero ciertamente se estaba divirtiendo. Miró hacia la copa del árbol encontrándose con una guitarra colgando de una de las ramas más altas.

—¡Lo encontré! ¡Ni-ki! —Al oír el grito de su amada el muchacho no tardó en llegar a donde ella se encontraba.

—¿Qué es? ¿Dónde está?

—Ahí. —La muchacha señaló la copa del árbol donde se encontraba el instrumento—. Voy a subir. —Ella hizo un intento por comenzar a escalar el árbol pero rápidamente fue detenida por su prometido.

—Espera, yo puedo...

—¡Shhh! Yo lo haré. Sólo dame un empujón. —El muchacho hizo caso y la ayudó a subir la primera rama, de ahí en adelante Altea continuó escalando con sumo cuidado para evitar caer y romperse algún hueso.

Cuando estuvo lo suficientemente cerca, tomó la guitarra y se la aventó al chico, quien la atrapó en el aire.

—¡Mucho cuidado al bajar!

—Sí, mamá —se burló Tea.

Descendió con cuidado por el árbol, observando sus pies y asegurándose que las ramas se encontraban lo suficientemente firmes como para resistir su peso, sin embargo, no contaba con que su vestido se atorara en una de estas causando que perdiera el equilibrio. El rubio actuó rápido, soltó la guitarra y corrió hasta la castaña, extendió sus brazos y sostuvo a la chica entre estos.

Altea abrió los ojos, su corazón estaba acelerado y lleno de miedo debido a la caída. Pero el firme cuerpo que la sostenía la hizo volver a la realidad. Abrió los ojos encontrándose con el rostro de Riki.

—¿Te encuentras bien? —Ella asintió, el chico la bajó y la atrajo a su cuerpo—. Carajo, que buen susto me metiste. Te dije que me dejarás a mí hacerlo, con mis poderes habría sido más fácil —susurró sobre su oído mientras acariciaba su espalda y cabellos en un intento por tranquilizarla.

—Estoy bien. No te preocupes. ¿Hay algo en la guitarra?

Se acercaron a esta y la examinaron.

—Hay algo dentro. —Ni-ki intentó sacar el papel que se encontraba en la cavidad del instrumento pero sus manos no eran lo suficientemente pequeñas como para agarrarlo así que la chica lo hizo.

Desdobló la hoja encontrándose con una pieza musical. Escrito detrás del papel había un mensaje.

—"Bailen esta canción para obtener la siguiente pista".

Salieron del lugar tomados de la mano, regresaron al castillo y se dirigieron a la sala de música principal donde se encontraba sentado un lacayo a la espera de los príncipes.

—Buenas noches —saludaron los muchachos.

—Nos pidieron que le diéramos esto. —El hombre asintió, tomó la pieza y sin perder un segundo más comenzó a tocarla.

—¿Me concedería este baile? —el príncipe le ofreció su mano a la bella princesa que tenía ante él. La chica asintió entre risas.

Bailaron al son de la música, disfrutando del momento que compartían. Al terminar, se miraron a los ojos y rieron.

—Lamento interrumpirlos altezas, me pidieron que les diera esto cuando terminaran el baile. —El hombre les entregó una canasta rebosante de comida la cual venía acompañada por una nueva pista.

—"Me encuentro en los potreros. Ven, te llevaré a la villa". Esta no es tan difícil, supongo que se trata de los establos —habló Ni-ki. Ambos le dieron las gracias al músico antes de abandonar el lugar.

Cursed-Blessed {Enhypen}Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin