CAPÍTULO LII

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Fiesta de la Cosecha de la Luz
Parte I

Los días consecutivos se pasaron demasiado rápido, el príncipe Jungwon junto con la ayuda de los príncipes Heeseung, Dabin y Sunoo habían estado planeando la fiesta de la Cosecha de la Luz, la cual se llevaba a cabo durante la primera luna llena del otoño. Ni-ki y Altea habían logrado resolver sus diferencias y pasaban el tiempo que podían juntos. Mina se había desaparecido nuevamente y el resto pasaba el día ocupados intentando dar con algo útil que pudiera ayudar a las princesas.

Por primera vez en mucho tiempo el castillo se encontraba muy activo, pues todo el lugar se estaba preparando para el tan esperado festival.

—¿Están listas para la fiesta? —Sunoo se dejó caer pesadamente sobre el sillón donde las princesas Dabin y Selina se encontraban charlando.

—He estado planeando esto durante el último mes pero la idea de que venga tanta gente al castillo me... ¿enoja? —comentó Dabin.

—Naha, lo que te molesta es el hecho de que vayan a venir tantas jovencitas —soltó Ni-ki entrando a la habitación acompañado con su prometida.

—Pienso lo mismo que Nisko —dijo el de cabello cano mientras le sonreía a su mejor amigo—. Creo que estás celosa porque sabes que el príncipe Heeseung no logrará controlarse y estará coqueteando con cualquiera.

—¡Eso no es cierto! —La heredera de Nostriel se levantó de golpe de su lugar.

—¿Le gusta el príncipe Heeseung? —preguntó Altea con sorpresa.

—No —negó la mayor con firmeza.

—Sí —canturrearon los otros dos chicos al unísono.

Dabin se dejó caer rendida sobre el sillón y bufó. Tea y Ni-ki tomaron asiento en el sillón de enfrente y todos observaron a la princesa con curiosidad.

—¿No les has contado? —preguntó el rubio, la chica miró sus manos apenada mientras jugaba con sus dedos.

—No.

—¿Contarnos qué? —Ahora era Selina quien lucía confundida.

—Que el príncipe Heeseung y la princesa Dabin alguna vez estuvieron comprometidos —soltó Sunoo, causando que la mencionada lo volteara a ver con enojo. Esta revelación hizo que las hermanas la observaran sorprendidas.

—Todavía lo están... —murmuró Ni-ki, ganándose una mala mirada por parte de la mayor.

—No es cierto —soltó la heredera de Nostriel con enfado.

—Dudo que sus padres opinen lo mismo —canturreó el rubio ganándose un pellizco por parte de la de cabellos rosados—. ¡Auch! —El príncipe abrió la boca listo para iniciar una discusión pero su prometida se lo impidió.

—¿Qué pasó con ustedes? ¿Por qué ya no se casaron? —preguntó la castaña ganándose una mala mirada de parte de su hermana debido a su imprudencia.

—Digamos que él fue un tonto —soltó Sunoo.

—Un grandísimo idiota, diría yo —agregó el príncipe de Numbia.

—Ellos tienen razón, Lee fue un estúpido... Él dejó que el odio y la venganza dominaran su corazón, no fue su culpa.

—¿Acaso estás loca? Claro que lo fue y no tiene perdón alguno por lo que hizo —habló el de ojos afilados.

—No estoy entendiendo. ¿De qué me perdí? —dijo Tea. Dabin suspiró.

—En esos tiempos en los que Heeseung y yo estábamos oficialmente comprometidos —recalcó lo anterior observando a Ni-ki— sucedió algo terrible que cambió la vida de todos. Verán, no sé si lo sabían pero hace algún tiempo atrás el príncipe Sunghoon estaba comprometido. —Las hermanas intercambiaron miradas llenas de sorpresa pues ciertamente desconocían esa información—. Su prometida era la princesa Shirin, legítima heredera del reino de Entoria.

Cursed-Blessed {Enhypen}Onde histórias criam vida. Descubra agora