━━ 𝟢𝟣𝟧: 𝙰𝚂𝙸́ 𝚃𝙴 𝚂𝙴𝙽𝚃𝙸́𝙰𝚂

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𝓔l futuro, parecía uno feliz

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𝓔l futuro, parecía uno feliz. Y fácilmente lo era para todas aquellas personas a las que Hanagaki Takemichi había tratado de salvar.

Salvo para un par de ellas.

Los zapatos de Koko resonaron en cuanto pisó la piedra de aquel camino, metiendo sus manos en la chaqueta del traje que llevaba puesto; no sin antes haber echado hacia atrás su ahora larga melena de color blanco. Levantó la vista hasta el cielo, y torció el gesto en cuanto vio que era una noche sin luna.

Así que, suspiró, volvió a mirar al frente y prosiguió caminando hasta su destino; aquel lugar que visitaba siempre que podía ya que el ser ejecutivo de Bonten ocupaba mucho de su tiempo.

—Eh, Moon.— saludó Koko cuando llegó. —Ayer no pude venir, lo siento. He estado realmente ocupado con todas estas mierdas de Bonten, a veces no puedo ni respirar.— soltó una pequeña risita. —El calor está empezando, y me acuerdo cuando tomábamos el sol juntos en la azotea de la casa que Mikey y tú compartíais. Son buenos recuerdos. Me acuerdo mucho de ti.— apretó los dientes, borrando todo atisbo de sonrisa y dándose cuenta de todo lo que le dolía el corazón. —Joder, Moon, ¿por qué coño te tuvieron que llevar tan lejos? Esto no es lo mismo sin ti. Si tú estuvieras... Bonten no sería así. Mikey sería feliz, créeme.— agachó la mirada. —Aki está bien, como pediste, le cuidamos y le hemos dado un sitio a nuestro lado. Haruchiyo se ha vuelto un poco insoportable, pero también te echa de menos. Y Mikey... A él le sigue doliendo tu muerte.

Koko alzó su mano y acarició el nombre de Kishaba Moon grabado en aquella fría lápida de piedra.

—Muchas veces te consideré como mi propia hermana.— confesó, compungido. —No sé, quería protegerte como si de verdad fuésemos familia. Pero, no he podido. Mikey tampoco pudo... Y él ha cambiado mucho, Moon. Ya no es el mismo chico que conociste, y todos sabemos que no estarías contenta de como estamos haciendo las cosas si tú estuvieras aquí.— se dio media vuelta para marcharse. —Pero, ese es el problema: tú ya no estás.

Haruchiyo se metió una pastilla más en la boca, echó su cabeza hacia atrás y las tragó para después blandir una pistola, ante la atenta mirada de los hermanos Haitani, Ran y Rindo. También estaban presentes Koko, quien había vuelto del cementerio; Mocchi, Kakucho, Takeomi y Aki. Mikey, por su parte, dando la espalda a la escena, comía silenciosamente un taiyaki.

Se acordó de Moon. De que la primera vez que hablaron sin pegarse había sido en un parque cualquiera, en un balancín, y ella estaba triste porque se le había caído su taiyaki a un charco y ya no podría comérselo. Aunque, más tarde, ella añadió que no estaba triste solamente porque se le había estropeado la comida, sino también porque el pez se había terminado ahogando en el agua.

Y Mikey se sentía como aquel pez que Moon describía: ese que trataba de huir del mar pero le habían arrancado las aletas para que no pudiera nadar. Pero, con el ligero cambio de que había sido él mismo quien se había terminado arrancando las últimas esperanzas de sobrevivir a aquel futuro.

𝐌𝐄𝐌𝐎𝐑𝐈𝐄𝐒 ━━ 𝖲𝖺𝗇𝗈 𝖬𝖺𝗇𝗃𝗂𝗋𝗈Donde viven las historias. Descúbrelo ahora