Extra 1 | Imperfecto

124K 12.7K 24.7K
                                    

N/A: BUENAAS, pasen pasen tomen asiento, nos reencontramos otra vez eh. ¿Qué tal los trata la vida? A mí peor que estropajo viejo, gracias.

[Extra ambientado después del final, pero antes del epílogo]

—Tienes a tu novia enfrente pero solo miras tu libro —protesté.

Axen bajó el libro sobre su pecho y me miró con una ceja enarcada. Le sonreí inocente, aplicando todas mis técnicas de conquista.

Vamos, dementor, cae ante mi ternura. En una batalla entre su libro y yo, el Grinch siempre se quedaba con el libro porque decía que era menos fastidioso. Y claro, como tenía de novia a una insoportable, el libro y yo veníamos en paquete.

—Necesito amor. —Le puse cara de perrito abandonado.

—¿En serio?

—Sí. Mírame. Estoy a punto de morir seca. —Me derrumbé sobre su pecho, dramática—. Cambiaré mis medias de corazones por unos rotos.

Axen escondió su sonrisa de lado y volvió a levantar el libro.

Abrí la boca, ofendida. El libro actuaba como una pequeña pared entre nosotros para que lo dejara de mirar, así que le saqué la lengua. Ese libro me estaba quitando a mi novio. Axen se la pasaba con las narices metidas en él. Leí la portada. Era sobre un romance con un cantante.

Y yo acá enamorada de un lector malhumorado.

—¿Por qué lees libros de romance? —curioseé acariciando el lomo—. Si tu definición de romántico se resume a sonreír cuando quedo en ridículo.

Estaba tumbada sobre su cuerpo en la cama mientras él leía concentrado, así que sentí su cuerpo vibrar cuando soltó una risa ronca.

—¿Por qué te ríes? —protesté apoyando el mentón en su pecho—. A las chicas les gustan los chicos lectores. ¿Sabes lo que pasa cuando lees en la calle? Te quieren comer. Sí, con todo y huesos. Son como tiburones al acecho y tú como un pececito molesto. —Asomé la mitad de mi cara por encima de su libro—. Pero tú eres mi pececito.

Axen tomó mi rostro con una mano y lo apretujó, frunciendo el ceño.

—Deja de ser tan perfecta, Disney. Me desconcentras.

Y volvió a levantar el libro.

—¿Acaso tienes una relación con el libro? —Me hice paso por el hueco de uno de sus brazos hasta quedar con el rostro a centímetros del suyo—. ¿Me haces caso o te desnuco?

Axen cerró el libro y lo colocó sobre su cómoda.

—Eres insoportable —masculló.

—Yo también te amo. —Le sonreí, cerrando los ojos.

Él tomó mi mentón y me dio un beso en los labios, acariciando mi cabello. Dioses, que bendito perfil se maneja. Le recorrí el rostro con la punta de mi dedo. Tenía unas cejas bien pobladas, oscuras como su cabello.

Axen me miró fijamente con una leve sonrisa.

—¿En qué piensas?

—¿Estás bien? —susurré.

Silencio. Él sabía a lo que me refería.

Aún tenía la cicatriz en su abdomen. Axen odiaba tenerla ahí, pero a mí me reconfortaba. Era un recuerdo de lo fuerte que fue. A veces se me daba por acariciarla o trazarla con los dedos y cuando él lo notaba, solo me mirada, callado. Pero sabía que el que yo la amara, también lo hacía sentirse mejor con ella.

Una Conquista ImperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora