MAMÁ CHŪYA [SOUKOKU]

Primer Video de Dazai

Dazai había tenido la iniciativa de grabar sus videos. Sería el primero de la cuenta que compartirían.

Se levantó muy temprano por la mañana, siendo cauteloso de que Chūya no se despertara. Iba a salir de la habitación cuando oyó los quejidos de Ryūnosuke desde su cuna. Se aproximó a él, y lo levantó en sus brazos, envuelto en su frazada pequeña.

Salió de la habitación con Ryū, y fue a la sala para arrullarlo libremente. Ya era un experto sosteniendo niños.
El bebé azabache se calmaba rápido al estar en brazos de su padre, le brindaba una paz y tranquilidad que no sentía con nadie más.

Dazai caminaba con él por toda la sala, arrullándolo con delicadeza.

— Madrugaste mucho, mi Ryū. ¿Ya tienes hambre? ¿Te gustaría ir con papi a comprar algo?

Ryūnosuke le sonreía, e intentaba alcanzar su rostro con sus bracitos estirados.

— Ohh, ¿me amas, Ryū? Yo también te amo mucho, pequeño. A tí, a Chūya y a tus hermanitos.

Cambió el pañal sucio de Ryū por uno limpio, y lo vistió con una ropa más apta para salir. Aunque hubiera dejado la pijama, traía a Ryū envuelvo en su cobija y nadie notaría.

Se colgaba su nueva cámara de vídeo en uno de sus hombros, al mismo tiempo en que cargaba con una pequeña bolsa con un pañal, un biberón y toallas húmedas en caso de emergencia.

— Nos vamos, Ryū. Volveremos pronto.

•••

En el supermercado, se encontraban en el área de frescos y helados. Había yogur, flan, gelatina, leche, leche saborizada, entre otros productos similares.

Ryūnosuke se encontraba despierto en todo momento, observando desde el portabebé de la carretilla.

Dazai colocó la cámara en un lugar que pudiera grabarlo bien, para comenzar su primera parte del video.

— ¡Hola a todos! Soy, Dazai. Tuve que venir muy temprano al supermercado a comprar leche y Danoninos para mi querido esposo Chūya. Es un chibi de primera y necesita crecer.

Tomó un Yogur Danonino, y lo mostró a la cámara.

— Cuando Chūya era un niño, los Danoninos no estaban a su alcance. Tampoco tuvo posibilidad de consumir lácteos. Así que, le llevaré esto para que crezca mucho. Se pondrá feliz.

•••

Tiempo más tarde...

Dazai ya estaba grabando a cámara oculta. Se acercó al pelirrojo, y le trajo la leche y el Danonino muy amablemente.

— ¿Y esto, Dazai?

Estaba confundido.

— Son para tí, para que crezcas, Chūya.

— ¡Oye! ¡Yo seguiré creciendo con o sin esto!

— No has crecido nada desde los dieciséis, ¿qué te hace pensar que ahora sí creerás y sin tomarte lo que te traje?

Insistía.

— Pues... Desconfío de tí. ¿Estás seguro que no destapaste nada, Dazai? ¿Esto no tiene veneno?

— Lo juro.

Más detalles, al siguiente.

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