Amelia Cooper: Into The Spiderverse

Luces de ciudad y pasteles.

-¡Esto es una locura! Peter nos vamos a enfermar.-

-¿Y qué? ¡Sé espontánea!- Bromeó el castaño mientras caminaban sin rumbo en el centro de la ciudad.- Pensé que eras divertida.-

-¡Lo soy!- Fingió estar ofendida.

-Yo veo a una persona aburrida que se ha quejado todo el camino.-

-¿Aburrida?-

-Sip, eso dije.- sonrió.- La ciudad no está dormida. Las luces siguen encendidas, la gente camina y lo maravilloso de aquí es que nunca para. La noche no detiene a nadie en este universo.. ¡Saben divertirse!-

-Oh muchacho hoy has insinuado que soy aburrida y que no se divertirme. No sabes lo equivocado que estás..-

-¿Ah si?.. –

-Si ¡Yo soy el alma de la fiesta! Pregúntale a MJ, la mejor en fiestas.-

-Nah, no lo creo. Veo a una aguafiestas, aburrida que no sabe divertirse.-

-Vas a lamentar esto..- miró por todos lados y divisó a unos hombres bailando en la calle con su bocina.- Esperaré tu disculpa..-

-¿Eh?- Amelia corrió hacia los hombres.

- ¡Mira y aprende Parker!-

-¿Qué?- La pelirroja sin pena comenzó a bailar junto a ellos llamando la atención de los transeúntes. Estaba tonteando, divirtiéndose. Incluso uno de los muchachos se puso espalda con espalda con ella y bailaron.- ¡Wow!-

Había algo hipnótico en verla danzando de un lado a otro y su sonrisa era la más brillante de todas.

-¡Ven!-

-¡¿Qué?! No no, bailar no es lo mío..-

-¿Quién es el aburrido ahora?-

-Oh.. ahora tu lo lamentarás..- Peter sacudió sus hombros y se unió al baile. Era realmente torpe y bailaba con los pasos que cualquier adulto mayor usaría. Y eso era lo que más le daba gracia a la pelirroja. Era un círculo vicioso, mientras más lo veía bailar más reía y eso lo motivaba a seguir bailando.

Se tomaron de las manos y siguieron con los pasos de baile, iban sin ritmo y las personas aplaudían a su alrededor y daban dinero a los hombres.

Peter la tomó de la cintura y ella de sus hombros, como una pareja de ancianos se movían. Sus movimientos eran dignos de cualquier dúo de baile de los cincuenta.- ¡Te odio por esto!-

-¡No lo haces!- Ambos soltaron una carcajada. Cuando la música acabó todos aplaudieron, después de agradecer los dos continuaron caminando.-¡No puedo creer que me hicieras hacer eso!-

-¿Yo? Te dije aburrida ¡Y prácticamente saltaste a bailar! Por un momento pensé que robarías la radio de esos pobres chicos.-

-Ya no me puedes decir aburrida.-

-Tienes un punto.. Ahora iremos a otra cosa extrema.- Peter se detuvo en un puesto de perros calientes.- Los mejores de la ciudad.-

-¿Tu idea de diversión es comer?-

-Dah.- sonrió.- Pero no es cualquier comida. Son especiales, les pone una salsa picante.. ¡Y vaya que arde! Los comía cuando debía vigilar y estaba muy dormido para hacerlo.. y si que despiertan.-

-¡hagámoslo!-

-Hoy rayas entre la diversión y la demencia Amelia.- Ambos rieron.- Disculpe señor, quiero dos con la salsa especial cuatro.-El señor de la comida sacó dos hot dogs y les puso su salsa. Peter sacó monedas de su abrigo y los pagó.- Espero que no te hayas encariñado de tus papilas gustativas.-