Discursos honestos y reacciones

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Amelia despertó, no había tenido una buena noche de sueño desde que estaba en ese universo. La luz de la ventana dio directo en sus ojos, se sobresaltó recordando el último lugar en el que había estado.

-Tranquila, estas a salvo.- Dijo Ben sonriendo.- Estamos en casa de May.-

-¿Qué pasó?-

-Contuvimos a Electro, está en el laboratorio improvisado. Usaste tu energía y te agotó... - Mojó un pañuelo y lo puso en su frente.- Has dormido por tres días.-

-¿Qué?- intentó levantarse. Ben la detuvo.

-No te levantes así. Está bien, estuvimos checándote y nos turnamos para cuidarte.-

-Gracias Ben.-

-Descuida ¿Cómo te sientes?-

-Mejor, eso creo..-Suspiró.- Tengo sed.-

-Toma aquí ..- Agarró un vaso y se lo entregó.- Con cuidado.-

-Gracias.- Se incorporó y bebió el agua.

-No hay de qué... Ahora, tengo que advertirte.- La miro serio.- Ya todos sabemos de tus poderes.-

-Lo suponía, ya no podía ocultarlo más.-

-Te entiendo, pero... Todos esperan respuestas honestas de tu parte. Están esperando a que despiertes.-

-Agh.. lo lamento tanto Ben, no quise ser una mentirosa..- cubrió su rostro con sus manos.

-Hey, tranquila.- La abrazó.- Sé lo que se siente tener un secreto y no poder contarlo. Tendrías tus razones.. además, ya lo sospechaba.-

-¿Qué quieres decir?-

-Mi sentido no me avisó de algún peligro contigo, pero había ciertas cosas que no me coincidían. Tu forma de reaccionar ante las amenazas y la cara que ponías cuando estábamos cerca de descubrir o decir algo sobre ti.-

-Bueno al menos.. – Respiró profundo.- Vamos abajo.-

-¿Segura? Puedo hacer que esperen más tiempo.-

-No, diles que se reúnan por favor.- Las manos le temblaron.

-Esta bien y no temas. Somos tus amigos, queremos la verdad y no a costa tuya. Ten en mente eso.- Salió de la habitación.

Sin embargo Amelia estaba nerviosa, pocas cosas le asustaban en su vida como la verdad. Tantos años siendo una mentirosa que se sentía cómoda con ellas.

Además, sería como un juicio. Todos ya sabían que tenía poderes, así que solo sería esperar un veredicto de sus amigos.

¿Seguirían siendo sus amigos?

Se levantó de la cama y salió de la habitación de Peter. Mientras bajaba las escaleras, el pánico la inundaba. Y para empeorar la situación, en la sala nadie se veía feliz de verla.

Todos estaban con una expresión seria y severa, excepto Ben que era el único que parecía simpatizar con ella. Incluso la amorosa tía May estaba allí seria.

-Hola..- Esperó respuesta en vano. Una silla estaba enfrente de ellos, tal y como lo pensaba era un juicio. Tomó asiento.- Antes que nada, quiero que sepan que nunca hice nada con la intención de lastimarlos. Escuchen lo que tengo que decir y podrán pensar lo que quieran de mi.- Suspiró.- Desde que tengo uso de razón, mis padres nunca fueron fans mios. Fui la primogénita pero existía ese cariño especial que se supone que deben tener los padres. Entonces.. me dejaban con mi abuelo. Era estupendo, nos entendíamos a la perfección, y fue así como un día descubrieron que tenía los mismos poderes que él y mi padre. – Suspiró.- No fue de una forma elegante, hice explotar algunas cosas en casa.. Mi padre estaba furioso, nunca le había gustado la idea de no ser normal, a mi madre menos. Aunque mi abuelo estaba encantado y me tomó bajo su cuidado. Pasé a vivir con él, me enseñó todo lo que sé... Me enseñó a pelear, a conjurar, todo lo que soy es gracias a él.. Y era el mejor abuelo del mundo, algo severo pero tan gracioso a la vez.. Y bueno..- se removió en la silla.- Ayudó a muchas personas con sus poderes, era un héroe y eso hizo molestar a muchas personas.. El último día de su vida, comíamos en la sala cuando tuvo un presentimiento. Sabía que irían por él.. Me tomó entre sus brazos y me escondió. No quiero entrar mucho en detalles con eso.. yo lo vi todo, mi abuelo sabía que si peleaba podrían encontrarme y me matarían. Sacrificó su vida por la mía.. Pasaron unas horas cuando el grupo de hombres se fueron, salí... y lo vi tirado en un charco de su sangre. Me aferré a su cuerpo y me quedé ahí, ni siquiera sentí el paso del tiempo. Fue cuando mi padre nos encontró, también lloró destrozado al verlo...- contuvo la necesidad de llorar.- Yo estaba cubierta con su sangre y.. nos fuimos a casa. Volví a vivir con mis padres pero era peor, sentía su resentimiento hacia mi y me prohibieron volver a usar mis poderes o mencionarlos. Alguna vez los escuché decir que había sido mi imprudencia la que lo había matado, ya que.. llegué a ser muy obvia al usarlos...- Bajó la mirada, no se atrevía a mirarlos. Era difícil contar la historia de su vida por primera y única vez, ya sin mencionar que ninguno le tenía un poco de compasión. Después de todo, Amelia sentía que lo merecía.- ... Entonces.. fue mi culpa que él muriera.. Y bueno..- Aclaró su garganta.- Sentí tanta culpa y odio por mis poderes, que los dejé de lado. Tenía miedo de ellos.. En fin, cuando nacieron mis hermanas las cosas mejoraron un poco, cambiamos de ciudad y mis padres construyeron la cafetería debajo de nuestro nuevo departamento y fui a una nueva escuela. Empecé a ocuparme de las niñas y mis padres dejaron de verme como un monstruo, ellas no saben de mis poderes, esta prohibido cualquier mención de ellos... Realmente me olvidé de ellos, no quise saber nada más del asunto y no contaba en definitiva que todo esto sucedería... Lamento no haber sido honesta con ninguno de ustedes, no quise lastimar a nadie..- Dijo, terminando de hablar.

Amelia Cooper: Into The SpiderverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora