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Kuroo fue elegido como el cuidador de niños con enfermedades solo por ese día, así que aprovechó y sacó a kenma a el grande patio.
Kenma se encontraba alejado de todos ellos ya que el mismo dijo que no quería estar con ellos.

Veía como su amigo lo miraba de vez en cuando con una sonrisa que hacía mucho que no la veía, muchos niños corrían alrededor de el, pero algo que le llamó la atención fue un niño alejado de todos los demás, tenía el pelo largo, exactamente como el, estaba viendo las flores rosas con destellos morados, poco después un niño lo abrazó por atrás sacándole una sonrisa sincera al de pelo largó, esos niños le recordaron a él y kuroo de pequeños.

Aún recuerda cómo kuroo lo obligaba a jugar voleibol con la condición de que el también lo obligaría a jugar videojuegos o cosas por el estilo.

El recuerdo le sacó una sonrisa, los niños se tomaron de las manos y fueron hacia donde estaba kuroo jugando, todos parecían estar bien.

Kenma se sorprendió al ver al amigo de kuroo sentarse a su lado en el pasto.

-hola

-hola doctor

-dime bokuto, no hay problema

-esta bien bokuto-san

-ten- el mayor le extendió un paquete algo pequeño el cual el lo tomo formalmente- son unos guantes para que no te lastimes con las ruedas

-oh... Gracias... ¿Porque me los da?

"no quiero ser yo el que le dé los guantes a kenma, no lo soportaría, podría decirle la verdad, no quiero lastimarlo, quiero que sea feliz, porfavor bokuto, ayúdame'' recordó bokuto la última conversación que tuvo con kuroo

-las enfermeras me dijeron que te los diera...

-oh ya veo gracias- resonó los gritos y risas de los niños por todo el patio, ambos pusieron atención a la zona encontrándose con kuroo tirado en el suelo con un montón de niños a su alrededor

-¿Cómo es posible que lo aguantas tanto tiempo?

-bueno, crecí con el así que ya me acostumbré

-es muy raro a veces...

-lo sé...

Bokuto entrecerró sus ojos mirando con sospecha a kenma para después suspirar y levantarse de su lugar.
-eres buen chico kenma, cuídate

-gracias

El mayor sin decir otra cosa se retiró de allí con la cabeza mirando hacía el cielo con su típico rostro lleno de seriedad y tristeza.

-¡Oiga! - le gritó una niña lo que provocó que fuera un saltó- llevó picandole la mano con mi dedo desde hace un buen tiempo y no me hace caso

-perdon yo no te sentí...

-¡no importa!¿Quieres ser mi amigo?- la niña le tendió su pequeña mano y fue allí donde se dió cuenta de el tubo que tenía conectado en su nariz y
que a la vez también estaba conectada a la pequeña mochila de ruedas llena de estampas de hello Kitty, tomó su mano suavemente y pudo ver cómo la niña se estremecía- ¡Estás muy frío!

-¿Enserio? Perdón

La niña soltó su mochila y tomó las manos de kenma dándoles suaves caricias que evidentemente kenma no sentía pero sin embargo le daban ternura.
-¡ya están calientes! ... Umm, ¿Cuál es tu nombre?

-kozume kenma...

-yo soy Kim mina, mi padre es coreano y mi mama japonesa ¿Y los tuyos?

-ambos japoneses

-que bien, ¡Oh! Ten una flor, te ví solo y por eso vine

-gracias- tomo la flor amarilla y la olió notando que tampoco podía oler- huele demasiado bien...

La pequeña solo sonrió, tiempo después kuroo la llamó a lo que ella se tuvo que ir.
Cuando las enfermeras llegaron por los niños, la pequeña mina se despidió de él a lo lejos agitando su mano alegramente.

-veo ya hiciste una nueva amiga- comentó kuroo

-si, eso parece

-me alegro por ambos

-¿Porque?

-tu no tienes muchos amigos y ella no quiere juntarse con los de su edad porque dice que son unos chillones y que no son inteligentes como ella

Kenma soltó una pequeña risa- ¿Que padece?

-cáncer de tiroides... No creó que pueda aguantar una cirugía, aún es muy pequeña

-entonces ella... -kuroo solo asintió, sabía a lo que se refería, sintió de nuevo ese sentimiento de tristeza pero no podía soltar ninguna lágrima por más que el quería- pobre mina

-¿Que tienes allí? - cambio de el tema

-¿Eh? Oh, son unos guantes para que no se lastimen mis manos

-hey, ¿Que te parece si salimos en la noche para que los pruebes?

-¿Adónde?

-aqui al patio o a dónde tú quieras

-mmm puede ser aquí...

-perfecto, vamos a la habitación, yo te llevo

Pasaron las horas, los minutos, los segundos hasta que por fin llegó el tiempo de salir.
Kuroo abrigo a kenma como si tuviera que ir a el polo norte y kenma se puso sus guantes.

Ya afuera kenma comenzó a moverse por todo el patio con rapidez persiguiendo a kuroo, justamente como los niños de la tarde.

Kenma comenzó moverse más fuerte hasta que por poco y cae de frente, kuroo por suerte llegó a tiempo antes de que una tragedia ocurriera.

Sus rostros estaban tan cerca, en un movimiento kuroo podía inclinarse más y juntar sus labios pero kenma volteó a ver hacía arriba contemplando las estrellas.

Kuroo hizo lo mismo pero en vez de mirar al cielo miro los ojos de kenma.

Realmente los extrañaría y se dará a la tarea de nunca olvidar ese brilló especial.

HASTA EL FINAL Where stories live. Discover now