11:

60 12 29
                                    

-estos jóvenes de hoy ya no saben que más hacerse– hablo detrás de ellos un señor de edad avanzada.

Solo habían ido por un helado pero lastimosamente había una larga fila por lo que las críticas de el señor hacía ellos ya llevaba bastante tiempo.
El mayor iba acompañado de otros dos chicos se veían intimidantes pero eso no provocó algún miedo en ambos.

–no le hagas caso– le susurró kenma al oído

–lo que faltaba, aparte de raros son maricas, no me sorprende

Esa fue la gota que derramó el vaso, kuroo se volteo furioso para enfrentar a el mayor.
–¿Porque no habla de uno frente a frente? ¿Tan cobarde es para hablar literalmente con una espalda?

–¡¿Quien te crees para hablarme así?!

–no le importa, usted fue el primero en faltarnos al respeto, además no tiene que preocuparse por ver a los homosexuales porque calculando su edad tal parece que no llega al final de el mes

–¡Tu niño malcriado!

–aparte nos está juzgado sin saber que somos, valla a meterse sus comentarios por otro lado

El adulto con el bastón que llevaba golpeó a kuroo en la cabeza provocando que el alto se quejara e hiciera una mueca de dolor.
Kenma vio cuando el bastón volvió a tocar el suelo así que aprovechó y le dió una patada provocando que el adulto tocará el suelo fuertemente.

Sus acompañantes de el adulto se alteraron e iban directamente hacía kenma pero kuroo fue más rápido que ellos y tomó la mano de kenma para salir rápidamente de ese lugar.

Una pequeña persecución había comenzado, esos eran momentos dónde kenma estaba realmente agradecido de practicar deporte ya que no se había cansado en todo el tiempo que llevaban corriendo.
Los acompañantes de el señor se fueron desvaneciendo y cuando ambos notaron que habían podido huir pararon su andar.

–¡¿Estás bien?!– pregunto preocupado kenma mientras se paraba de puntillas para poder ver la cabeza de kuroo

El alto solo se echó a reír haciendo que kenma se asustara más.
–no te preocupes estoy bien– respondió aún riendo

La cálida luz de el atardecer resaltaba aún más la piel de kuroo, sus ojos entrecerrados por la sonrisa y por obvias razones esa risa rara que le daba a entender que todo estaba bien.
Tal vez fue de las primeras veces que kenma se dió cuenta que estaba condenado, se había dado cuenta que se enamoró de su mejor amigo

–ja...ja– soltó kenma sin fuerzas

–¿Que tienes?

–me... trató...de reír

–que bueno que dijiste tratar porque eso sonó muy raro

–... cállate

–aun enfermó no paras de callarme, esto duele–  soltó haciendo que kenma soltará otro intento de risa– y ¿De qué te reías?

–de...esa vez... cuando... aún... íbamos al ne... nekoma

–necesito algo más específico

–cuando... tiré a e...ese anciano de su ... bastón...

Kuroo soltó una de sus carcajadas al recordar el momento, hace mucho tiempo que no reía en verdad
–¡Ese maldito anciano! – cada vez reía con más intensidad, lágrimas de felicidad salían por sus ojos.

Kenma veía la escena con un intento de sonrisa pero a pesar de eso sus ojos reflejaban cariño y orgullo al poder ver a su amigo después de mucho sonreír como debe ser, nada de falsedad, nada de mentiras.

_________________________

–no... creó poder...

–vamos kenma, tratemos de nuevo

Llevaban casi quince minutos tratando de que kenma comenzará a comer, la falta de control en su mandíbula también comenzaba a crearle problemas para poder masticar bien la comida.

Volvieron a intentarlo pero de nuevo kenma se quedaba con demasiada comida en la boca sin poder ser pasada a su estómago.

–perd... perdón, no puedo...

–esta bien, no pidas perdón... Iré a qué te quiten los alimentos y los pasen a licuados, no tardó– respondió sin siquiera mirarlo a los ojos

Cuando se levantó para irse kenma se lo impidió.
–kuroo... quédate...

–tengo que ir, no quiero que te quedes sin comer

–porfavor...– su amigo no volteaba a verlo para nada– kuroo... y-yo...– sus palabras habían comenzado a sonar tan difíciles de pronunciar pero se esforzó para que en un hilo de voz dijera:– te...amo...

–...¿Que?

–me...gust– tal como un rayo, kuroo dejo la charola con alimentos en la mesa de al lado de la camilla y tan rápido la soltó acunó el rostro de kenma entre sus manos y lo besó.

Se separaban y de nuevo volvían a juntar sus labios, parecía un sueño, de esa clase de sueños que tenía kuroo dónde fantaseaba con besar con cariño a kenma.

Porque evidentemente eso era, un sueño.

Solo que en realidad kenma ese día por la mañana había perdido la total movilidad de su boca, ahora tendrían que usar puro líquido para poder comer.
Kuroo sabiendo eso disfruto de ese sueño, de esa fantasía, dormir mientras soltaba lágrimas silenciosamente ya se había vuelto rutina.

Todo estaba igual.

Todo era lo mismo.

Nada cambio.

Kenma podría morir de anorexia si no se alimentaba bien y kuroo ya no podía hacer nada, de una forma u otra su corazón dejaría de palpitar dentro de poco perdiendo la movilidad absoluta.

Ese día kuroo morirá internamente porque sin kenma no lo puede lograr.

HASTA EL FINAL Where stories live. Discover now