10. Nivel 3

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(La máscara que utiliza cierto personaje es la que se encuentra en multimedia)




















Emilio.







































Jamás me lo voy a perdonar.

Nunca me voy a perdonar no haber salvado a Oliver cuando por un milésimo de segundo pude llegar a hacerlo.

Lo único que mi cabeza puede pensar es en el rostro vacío de mi amigo al caer, se veía devastado, roto, decidido, destruido y todo era por mi culpa.

Por no haber hecho nada para salvarlo.

No sé como, pero Joaquín fue el responsable de lograr que yo no cayera también. Me atrajo a él con suma fuerza y nos deslizó a ambos hasta que rodamos juntos por las escaleras. Pero algo que no dejé pasar desapercibido fue que en ningún momento sentí algún golpe por las escaleras o cuando nos estrellamos contra el suelo para detenernos.

Parecía que todo lo recibió él y no se veía lastimado en lo absoluto.

Me había....salvado.

Se suponía que al rodar debíamos haber terminado en una esquina, la esquina que daba a la sala. Ambos debímos acabar golpeados por dicha esquina, pero no, el duro golpe lo había recibido Joaquín y no parecía haberlo sentido. Gracias a eso me sentí lleno de confusión y preocupación, ya que una vez que terminamos en el suelo aquel temblor se detuvo como si hubiéramos presionado algún botón.

Pero eso no era todo, lo malo no era donde terminamos ambos, sino, donde acabé yo.

Estaba encima de él.

Mi cuerpo y el suyo estaban completamente pegados a la par a pesar de que el mío era más grande, parecía que Joaquín tenía más fuerza de la que aparentaba, pero no pensé en eso, la vergüenza invadió mi sistema cuando me di cuenta de que prácticamente estaba sobre su cuerpo.

Sus manos permanecían en mi espalda sujetándome con suma fuerza y cuidado. Pero mantenía sus ojos cerrados, su ceño estaba fruncido mientras respiraba con calma. Era como si supiera que todo estaría bien, su tranquilidad me invade, todo en esta casa se ha detenido y por un segundo me atrevo a pensar que sentiré calma.

Joaquín nos traerá la calma que necesitamos.

Mi rostro estaba acostado en su pecho, podía sentir los latidos de su corazón que al parecer eran lentos, demasiado lentos, pero apacibles.

No me molesta estar en esta posición, pero la vergüenza de que prácticamente no nos conocemos de nada me envuelve. No me gustaría ver a Keisly en esta posición con alguien más, así que por respeto a ella y a nuestra relación lo mejor será poner distancia con este chico, aunque en el fondo no me molesta tenerlo tan cerca que digamos.

No soy tan estúpido como para no notar la extraña fijación que Joaquín tiene en mí, me pone nervioso, me altera los sentidos y no me gusta sentirme así. La forma en la que me toca derrocha insinuación.

Pero no está bien, no se ve bien. Es como si le estuviera siendo infiel a Keisly y yo no soy así.

No hago lo que no me gustaría que me hicieran.

Así que me levanto, me suelto de su dócil agarre y me siento a un lado de él mientras controlo mi tranquilidad. Deslizo mi mirada por la casa dándome cuenta de cómo y dónde están los demás.

El Juego de la Muerte [Emiliaco]Where stories live. Discover now