𝗜𝗻 𝗺𝘆 𝗺𝗶𝗻𝗱 ✓ ⭒ 𝗧𝗲𝗲𝗻 𝗪𝗼𝗹𝗳

𝐗𝐕𝐈𝐈. 𝐈'𝐦 𝐬𝐨𝐫𝐫𝐲 𝐠𝐢𝐫𝐥𝐬, 𝐛𝐮𝐭 𝐡𝐞'𝐬 𝐦𝐢𝐧𝐞

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—Mira Danny, si vuelvo a verte derramar una sola lágrima por ese imbécil te juro que voy a su casa y lo descabezo —le dije y me sonrió antes de abrazarme.

Ambos estábamos en la cola de una discoteca gay, no sé cómo me había dejado convencer, pero después de las mil veces que Danny me había suplicado que viniese con él no pude negarme.

Danny era un tío genial y no merecía estar mal por un idiota como su ex. ¿Como se atreve a dejarlo por otro? ¿No tiene ojos en la cara? Danny es uno de los tíos más atractivos tanto físicamente como internamente. Os juro que si no fuera gay ya me lo habría llevado a la cama.

Tras unos minutos en los que Danny no había parado de decir lo buena amiga que era por haberlo acompañado, nos dejaron entrar. Lydia nos había ayudado a falsificar nuestros DNI y nos dejaron entrar sin problema.

Nada más entrar la música me taladró los oídos. Había muchos chicos bailando sin camiseta y mientras disfrutaba de aquellas vistas vi algo que hizo que me hirviera la sangre. El ex de Danny estaba con su nuevo novio bailando en mitad de la pista y sabía que él también lo había visto.

—Oye, si quieres podemos irnos —le dije—. Podemos buscar otro sitio.

—No, como has dicho, no merece ni una de mis lágrimas. Así que vamos a bailar —dijo tirando de mi hacia la pista de baile.

Danny y yo bailamos durante un buen rato con varias miradas fijas en ambos, lo que me sorprendió. Cuando vi que un chico no paraba de mirar a Danny me alejé de él sin que se diera cuenta y me acerqué al chico.

—Todo tuyo —le dije y me sonrió antes de ir hacia él.

Cuando llegó hasta él escuché como se presentaban y Danny me lanzó un beso antes de ponerse a bailar con el chico.

Yo me fui a la barra y me dieron una bebida alcohólica que me bebí de trago. El camarero me miró algo sorprendido antes de traerme otra.

—Gracias —le dije con mi mejor sonrisa.

—¿Mal día?

—Mal año —le dije y él sonrió.

—¿Ayudaría si invito yo? —me preguntó y le sonreí.

—Puede —le dije pero dejé de sonreír al escuchar la voz de Scott.

—¿Podrías dejar de ligar y ayudarnos, Grace?

—Lo siento, pero tengo que irme —le dije al camarero antes de ir en su dirección.

—¿Se puede saber que narices te pasa? —le pregunté y me quitó la bebida de la mano antes de señalarme a Stiles, rodeado de Drag Queens.

Miré a Scott unos segundos antes de que ambos empezáramos a reírnos a carcajadas.

Me acerqué a Stiles y le agarré la mano con la mirada de las Drag Queen encima.