"La vida es una dimensión oscura que nunca tiene inicio y por tal, jamás tiene final. -Todo es incierto, penumbroso, delirante y hasta cierto punto, maquiavélico-. Nadie, olvide aquello, porque entonces, Blessed Diums. No lo olvidará ni ahora, ni nu...
NOTITAAAA: Se me había olvidado contar por aquí a quienes no me siguen en redes, que el otro año: En noviembre específicamente, ¡Tendremos a los tóxicos en papel, gracias a Cosmo! 🥵⭐🛐
¿Desde qué país me leen? ¿Ansiosas por tener el libro en físico? <3
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«Los verdaderos enemigos siempre inician siendo tus amigos.»
I PARTE.
Supe que había estado inconsciente unos segundos antes de despertar.
Mi cuerpo zumbaba por todas partes con una oscura energía que era propiamente mía, mientras que mi mente se llenaba de las imágenes que Aedus me había mostrado con anterioridad. En ese momento hice todo lo posible para no moverme o comenzar a llorar. —No era como si pudiera— aun así, me costó regular mi respiración a tiempo que era más y más consciente de todo lo que había dicho y hecho.
No es tu culpa, no es tu culpa, no lo es.
Mi subconsciente estaba furiosa y apreté los dientes con fuerza intentando agudizar mis oídos y supe que el torrente macabro de la lluvia seguía cayendo con intensidad bañando todos los sectores de la frívola e inflexible tierra.
Motel.
Yo estaba en el motel con Aedus, él me había llevado ahí para mostrarme sus recuerdos y sentía aún que las imágenes estaban clavadas netamente en mi cabeza devorando mi estabilidad y sembrándome culpa.
Dianett.
Daynna Dianett.
Mi hija.
Yo realmente había tenido una hermosa niña y la había lastimado, eso demostró las imágenes que percibió el asqueroso, sin embargo, dentro de mí existía una fuerte ira que me repetía una y otra vez que yo jamás quise hacer eso, no lo hubiera hecho, no por voluntad propia... Yo había querido a la pequeña, lo hacía, ¿Cómo no podría hacerlo?
Mi pechó se apretó y abrí los ojos lentamente sintiendo mi poder moverse como un latigazo desesperado en las entrañas de mi ser, no tuve que girarme para saber que Aedus me estaba observando desde algún punto, ya que la intensidad de su ser parecía más notoria que antes y podía sentirla por todas partes.
