✙ |Capítulo 5| ✙

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» Ella no era precisamente mala, la cuestión era

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» Ella no era precisamente mala, la cuestión era... Que la maldad era ella. «

El Arca. — 1495.

Como me había sucedido antes, tardé mucho tiempo en poder orientarme, aun así, solo fue cuestión de minutos para lograr saber que me encontraba de nuevo en alguna clase de recuerdo del condenado y muy sexy demonio de ojos negros. No entendía como todo se había ido tan rápido a la mierda... Yo había estado más loca y prendida que nunca, había estado muy dispuesta a todo con él. —No me pregunten por qué, — la cuestión es, que no sé por qué se me ocurrió el morderlo y probar su sangre... ¿Estaba jodida de la cabeza o qué?

Probablemente sí.

En total, justo después de que su amarga sangre tocó mi paladar y mi lengua, y yo me sentí más enferma que nunca, lo supe... Estaba jodida.

Todo se tornó oscuro, me sentí arrastrada a alguna clase de burbuja y después de ahí, me desperté de nuevo inmóvil en el mismo lugar que había visto antes. Sabía en donde estaba, entendía todo a mi alrededor, aun así, seguía sin comprender como era que estaba segura de lo que estaba por suceder en ese momento.

Era como si yo estuviera a punto de ver una película que había visto ciento de veces, y al final, era una película que ya me sabía de memoria.

El aire olía a quemado, sabía que me encontraba en El Arca, el lugar más supremo y denso de la guerra infernal, el lugar que dividía los siete mundos de cada uno de los príncipes infernales, y, aun así, justo en ese momento, cuando estaba mirando fijamente una ladera repleta de cuerpos inertes, entendí algo que había estado en mi mente y justo en ese momento, apenas estaba llegando de nuevo a la conclusión de porque aquel nombre se me hacía tan parecido.

En el infierno existían dos cosas con muchísimo poder, uno era un lugar como tal y la otra, era un ser atrapado en una caja.

Porque sí; El Arca y La Arca no eran lo mismo.

La Arca era la creadora de Aedus y El Arca, era justo ese lugar en donde yo estaba en ese instante, el lugar en donde presentía que se desarrollaría todo.

Mi cuerpo ya no estaba vibrando como antes, a pesar de que en mi mente seguían los recuerdos de lo que Aedus había estado haciéndome posteriormente. Me era totalmente imposible el sentir otra cosa que no fuese curiosidad y terror al enterarme de que sabía más cosas de las que debería.

Estaba en alguna clase de recuerdo, aquello estaba claro, aun así. ¿Por qué sabía lo que estaba a punto de suceder? ¿Por qué estaba tan aterrada de ver lo que pasaría? ¿Qué me estaba pasando? ¿Quién era yo?

Todas esas preguntas continuaron una tras otra como siempre. Si tuviera que describirme de alguna manera, diría que era la clase de mujer que constantemente estaba cuestionándose por todo, era como si siempre estuviera buscando respuesta en una vida que ni si quisiera se interesaba en formularme las preguntas.

OSCURA INVOCACION IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora