✙ |Capítulo 4| ✙

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Acabo de encontrar la canción perfecta para toda esta trama, y se llama «Horns» de Bryce Fox. —Escúchenla y siempre tengan en mente a un Aedus Perverso y a una Blessed algo 🌚🔥

I PARTE

"Él siempre fue un rey constante y perfectamente malévolo, y aquello... Fue lo que tanto cautivó a la princesa."

Iba a morirme de rabia y vergüenza, estaba muy segura de ello...

¿Por qué dejé que me tocara? ¿Por qué había estado tan ansiosa por su roce? ¿Por qué le había devuelto el condenado beso? ¿Por qué le había rogado?

Todas esas preguntas me molestaron cada una más que la otra, jodidamente había caído tan bajo por culpa de él. —Siempre era su culpa—, aun así, aquello no se iba a quedar así, ni de cerca.

—¿Quién es Braham? —Preguntó de nuevo el demonio, el cual ahora tenía una mirada tan fría como el mismísimo clima del momento.

—Pensé que lo sabías todo, soberano rey del infierno. —Gruñí organizando mi pijama. —Sin embargo, voy a responder tu pregunta. —Le sonreí tentando a mi destino. —Braham es quien va a terminar lo que tú comenzaste, y te quedó muy grande para llegar hasta el final.

Sin esperar más respuesta de Aedus, y sin saber realmente que hacía el rubio en mi casa, caminé hacia la puerta muy segura de abrirla, sin embargo, no llegué muy lejos porque el demonio en un abrir y cerrar de ojos, se interpuso entre la gran puerta y yo.

—¿Qué acabas de decir? —Preguntó casualmente el pelinegro.

Enarqué una ceja.

—¿Debo repetírtelo?

Sus ojos relampaguearon por un segundo, con ese color ámbar que tanto lo caracterizaban.

—Sí, repítemelo.

Lo miré fijamente sin más, en ese momento me encontraba más afectada y enojada de lo que quería y llegaría a admitir, mi cuerpo seguía temblando por el roce de él, y mi alma se sentía manchada, humillada y muy jodidamente degradada. —Como dije antes...—Eso no se quedaría así.

Podía llegar a ser muy vengativa y peleona cuando me lo proponía.

—Dije que Braham va a terminar lo que tú, asquerosa cosa del infierno, no terminaste. —Sonreí. —¿Ahora entendiste?

—¿Y qué va a hacer?

Sonreí.

—Uhm... —Murmuré lentamente. —Él va a darme un buen orgasmo.

Aedus no dijo nada por un momento, y Braham volvió a llamar a la puerta sin rendirse en ningún instante.

Intenté pasar por el lado del demonio para poder abrir la puerta, pero de nuevo no llegué muy lejos, porque el pelinegro tomó mi mano bruscamente y me jaló hacia su cuerpo, haciéndome tropezar contra él.

—Estás pasándote de la raya. —Me advirtió en voz baja, mientras que su aliento rozaba mis labios. —Hay una delgada brecha entre joder conmigo, y querer joderme a mí. —Sonrió perversamente.

—¿Cuál es la diferencia? —Pregunté sin poder evitarlo.

—Si jodes conmigo, habrá placer mutuo. —Susurró con falsa paciencia. —Pero si me jodes solo a mí, habrá dolorosas muertes, Bless.

—¿Vas a matarme?

—No, a ti no. —Levantó una mano y acarició mi cabello. —Asesinaré a todos los que supuestamente te importan. —Sonrió de lado. —Empezando por el mundano que hay ahí afuera.

OSCURA INVOCACION IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora