MI VIDA DESPUÉS DE...

Capítulo 7

Alice

Una vez finalizada la ceremonia, nos encaminamos, con todos nuestros invitados siguiéndonos, a lugar donde se realizaría el convite. Está de más decir que no perdieron el tiempo en comenzar a tirarnos arroz y serpentinas*.

Liam y yo aprovechamos para pasar mesa por mesa para charlar con nuestros invitados mientras estos terminaban el postre. Entre conversaciones y risas el fotógrafo aprovechaba para hacernos fotos con los invitados y así poder crear nuestro propio álbum lleno de recuerdos de este día.

- ¡Esos novios guapos! - gritó Chris mientras pasaba sus brazos sobre nuestros hombros - Estoy cagado - susurró - ¿Crees que va a salir bien?

- Claro que sí. Confía - lo animé - Ya sabes que te quiere mucho Caitlin y quiere estar contigo - le sonreí

- Además, fue tuya la idea de declararte aquí - le reprochó Liam y debo decir que tiene razón.

- Tenéis razón chicos - dio una palmada al aire - Todo va a salir genial. Os amo muchísimo a los dos, de verdad - aprovecho para darle un sonoro beso en la mejilla a Liam, el cual puso una cara de asombro, imposible no reírme. Chris y yo nos abrazamos y besó mi coronilla, para luego verlo mezclase entre la gente.

- ¿Y conmigo por qué no es así de suave? - se quejó Liam. Reí

- ¿Te pones celoso? - le chinché. Rió y negó con la cabeza.

- Ya pasamos esa época de celos con Chris - y vaya sí es verdad, cuando estaba acabando bachillerato y todavía Liam era mi niñero.

Un golpeteo de un cubierto contra una copa de cristal resonó por toda la sala, haciendo que esta se sumiera en un absoluto silencio. Ambos nos giramos hacia dónde provenía el sonido y me sorprendí al ver a la persona que sostenía la copa.

- Me gustaría proponer un brindis por los novios - alzó su copa - y de paso dedicarles unas palabras.

Ana. Mi hermana pequeña, con tan solo 11 años estaba parada frente a todos con un micro en su mano izquierda y una copa de refresco, o eso espero, en la derecha. Dejó la copa en la mesa y extendió una hoja que prosiguió a leer.

- Sobre el planeta del Principito hubo siempre flores simples que ni ocupaban lugar, ni molestaban a nadie. Aparecían y desaparecían. Pero un día apareció una briznilla que no se parecía a las otras, el tiempo y el cuidado que se tomó antes de hacer su primera aparición despertó en el Principito una expectación enorme. Era conmovedoramente bella, la cuidaba, regaba y abrigaba en las noches frías.

>> Un día el Principito marchó de viaje a otros planetas. En uno de ellos, tras haber pasado por multitud de dificultades, encontró un camino que le condujo hasta un jardín de rosas idénticas a la suya. En ese momento descubrió que su rosa no era única en el universo, sino una rosa más, una rosa ordinaria. Entonces cayó en la cuenta de que con una rosa ordinaria y tres pequeños volcanes (uno quizá extinguido para siempre), no se podía considerar un gran príncipe. Y, tendido en la hierba, lloró.

>> Al rato, se dio cuenta de que esas rosas no eran iguales a la suya y les dijo: "no son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mi rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin".

>> Sé que en algún lugar del mundo existe una rosa única, distinta de todas las demás rosas, una cuya delicadeza hará despertar de su somnolencia a mi alma y mi corazón. Esa rosa existe... rodeada de amapolas multicolores, filtrando todo lo bello a través de sus ojos aperlados, cristalinos y absolutamente hermosos... Tú Liam has hallado tu rosa, la tienes a tu lado, cuídala, porque es tu rosa. Si alguien ama a una flor de la que solo existe más que un ejemplar entre los millones y millones de estrellas, es bastante para que sea feliz cuando mira a las estrellas. Cuida a mi hermana, cuidaos los dos, os quiero mucho.

No podía dejar de llorar. La película del Principito la solía ver con mi hermana, cuando esta era más pequeña y no podía leer la novela. Ambas no enamoramos de la reflexión del Principito sobre su rosa y recuerdo soñar con encontrar a alguien que me viese única. Y vaya si lo había logrado.

Mi hermana pequeña se había acordado de ello y lo había plasmado en su discurso, en nuestro día tan especial. Un discurso por cierto muy maduro para su edad, si es que cada vez me sorprende más.

Liam abrazó a Ana y le dio un par de vueltas en el aire mientras esta reía sin parar. Cuando sus pies tocaron suelo firme no pude evitar lanzarme a sus brazos y llorar de felicidad.

- Te has acordado Ana - limpié mis lágrimas - Ha sido precioso, muchas gracias hermanita - besé su mejilla

- Te prometo que la cuidaré por siempre - dijo Liam - nosotros a ti también te queremos mucho - Ana nos volvió abrazar, pero nos separamos al oír a nuestros padres venir gritando lo bonito que había sido el discurso y lo orgullosos que estaban de todos nosotros.

Era tan feliz, este día estaba siendo mágico y todavía quedaba la guinda del pastel.

Aprovechamos Liam y yo para abrir el baile con un vals que habíamos estado ensayando por semanas, puesto que ninguno de los dos sabía bailar ese tipo de baile. Después seguí bailando con mi padre, madre, Ana y cuñados, hasta que llegó el momento esperado...

El momento de que la novia tire el ramo de flores.

*Serpentina: juguete utilizado en fiestas que consiste en una larga tira de papel enrollada sobre sí misma que, al ser lanzada sujetándola por un extremo, se desenrolla produciendo un efecto visual. 

¡Hola amores!

Maratón 3/3

¿Qué dirá Caitlin? ¿Aceptará o no? 

Os leo en comentarios :)

Comentad y votad para que pueda ver el apoyo a la historia. Sabéis que las lectoras fantasmas no suponen un apoyo para las historias.

Carla ❤️