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Su infierno.

Athenea nunca mentía ni decía incoherencias, siempre fue honesta y directa.

El hecho de haber declarado que el emperador estaba ganándose un lugar en el infierno hecho por ella significa que le haría la vida imposible, que lo haría pagar, y que lo odiaría toda su vida.

La princesa nunca olvida los actos de las personas, o podías ganarte su amor eterno, su respeto, su aprobación o su odio.

"— No olvido, y usted se está ganando pase directo a mi infierno"

Aquella frase retumbaba en la cabeza del emperador, esa oración solo le hacía creer que Athenea lo odiaba, y que quizás jamás volverían a tener esa hermosa relación que tuvieron cuando la joven llegó a Oriente.

La princesa siempre quiso a Sovieshu como a un hermano, lo admiró y amó como a uno.

Aunque nadie lo notara, el corazón de la pelirroja se había resgarrado cuando decidió cortar aquel lazo, pues tuvo que elegir entre el emperador y la emperatriz...

Y Athenea siempre elegiría a Navier sobre cualquier otra persona, porque la mujer de cabellos rubios no solo era su protegida, era su mejor amiga, su cuñada, su hermana, su ancla...

Y eso Sovieshu lo tenía muy claro, sabía que aquella joven pelirroja siempre iba a elegir a la gobernante, pero eso no evitaba sentirse triste, enojado, y decepcionado.

Triste porque estaba perdiendo a la mujer que vió como a una hermana desde que la conoció, triste de que todo lazo se había roto, triste de que nada sería igual, triste de que ella lo tratara como si jamás hubieran sido amigos.

Enojado porque sabía que su lugar de hermano postizo muy probablemente sería sustituido por el Rey Heinrey, y eso lo molestaba de gran manera.

Y Decepcionado por el hecho de saber que él había sido el causante de eso, él prefirió a Rashta, él desconfío de Athenea y Navier, él fue el que destruyó su relación con ambas mujeres.

"—... Y usted se está ganando pase directo a mi infierno" volvió a resonar en su cabeza.

Sovieshu llevó sus manos a la cabeza en un intento de que aquello dejara de repetirse, pero solo causó que los recuerdos junto a la princesa llegarán a su mente.

"Maldita consiencia, solo será un año, en un año haré que Athenea y Navier vuelvan a mi lado, solo un año... Y todo volverá a ser como antes"

• • •

Cuando la emperatriz de Oriente y la princesa de Magique ingresaron a la habitación de la mayor fueron recibidas por Eliza, Laura y Tiana.

— ¡Su alteza! ¡La extrañé mucho! — exclamó la castaña mientras se lanzaba a los brazos de su ama.

Cuando la pelirroja recibió a su amiga aquella frustracion fue desapareciendo.

— Solo me fui por un día — comentó divertida Athenea.

— No importa si usted desaparece por una hora, se le va a extrañar mucho, sin usted todo sería muy aburrido — dijo Laura con total seguridad.

La princesa sonrió halagada, se separó de su dama para después acercarse a la Emperatriz.

— Me las llevaré a Occidente — le susurró la pelirroja a la rubia.

Navier sonrió levemente, no dudaba de ello, ya se imaginaba a Athenea con un montón de maletas y ambas jóvenes damas  en las puertas del palacio Occidental.

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