25° ENAMORADA DEL CHICO "MALO" ❤

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CAPITULO 25:

Lali:¡Wow!

Fue todo cuanto se me ocurrió decir al abrir la puerta y entrar en el salón. Las cortinas estaban corridas y solo había encendida un lampara de pie que Euge había comprado poco después de mi mudanza. Sobre una mesa, que no sabía muy bien de dónde había salido, llameaban dos velas y alguien había colocado con esmero dos servicios completos, incluso me pareció que las servilletas eran de tela (y estaba segura de que no teníamos porque siempre usábamos de papel). Casi se me saltaron las lágrimas. Me quedé plantada junto a la entrada con las llaves en la mano y el bolso colgado del hombro, sin terminar de procesar qué estaba ocurriendo.

Lali:¿Peter? ¿Euge? –los llamé, temiendo haberme equivocado de casa o que mi amiga hubiera organizado algún tipo de cena romántica a la que yo no estuviera invitada–

Xxx:En la cocina –oí gritar a Peter–

Me encaminé hacia allí sin apartar los ojos de la mesa, como si fuera a cobrar vida y saltar sobre mí empuñando los cubiertos a modo de arma.

Asomé la cabeza y me lo encontré con una espumadera en la mano y el delantal puesto. Aunque parecía imposible, incluso así estaba tremendamente sexy. Había cambiado el jersey que llevaba en la facultad por una camiseta blanca sin mangas que se le pegaba a la piel, resaltando su buena forma, y además vestía los vaqueros negros que tanto me gustaban. Su pelo continuaba despeinado. Me dieron ganas de hundir los dedos en él. No podía creer que hubiera hecho semejante despliegue en tan poco tiempo.

Lali:¿Y todo esto? –pregunté, recelosa–

El olor a comida me recordó el hambre que tenía. Había comido poco y mal en el almuerzo y, salvo la chocolatina de media tarde, no había vuelto a probar bocado desde entonces. Me hizo un gesto para que me acercara y fui hasta él. Echó un vistazo a mi ropa mojada y me apartó un mechón de la cara antes de darme un beso que a mí me supo a poco.

Peter:Tenés el baño listo –dijo, sin pararse a explicarme a qué se debía todo aquello– Pensé que te apetecería

Recé por que la organización de una velada romántica no fuera una forma de amortiguar el golpe y confesarme que, después de todo, sería él el que había decidido dejarme.

Lali:¿Celebramos algo? –insistí, sin disimular mi nerviosismo–

Se le formaron arruguitas en torno a los ojos al sonreír y me empujó hacia el pasillo.

Peter:Dale, andá o cogerás un resfriado

Mis músculos se estremecieron de placer cuando el agua caliente envolvió mi cuerpo. Si aquello era un truco de Peter para suavizar el mazazo que vendría después, estaba funcionando. Había llenado el baño de velitas y la espuma rebosaba hasta caer al suelo. Cerré los ojos y me apoyé en el borde de la bañera, eliminando cualquier pensamiento negativo que amenazara con estropear mi momento de paz. No abandoné mi refugio hasta que el agua comenzó a enfriarse. Me envolví en una toalla y pasé por mi habitación a vestirme. No sabía qué más había planeado Peter, así que estuve un rato dudando frente al armario.

Al final me decanté por un vestido vaporoso de tirantes, agradeciendo que la calefacción central del edificio estuviera siempre demasiado alta, aunque normalmente me quejara de ello. Me recogí el pelo húmedo en un moño y descarté el calzado.

Suspiré al contemplar mi reflejo en el espejo y me dirigí al salón. Peter me esperaba sentado ya a la mesa. Había varios platos: una ensalada con nueces, lo que intuí eran dos solomillos salteados con verduras y vino blanco. Él sabía que lo prefería, aunque el protocolo dictara que la carne se acompañaba de tinto.

ENAMORADA DEL CHICO "MALO" ❤Where stories live. Discover now