(Perspectiva Príncipe Aramis)
-¡Estamos en peligro! (Dolores)
-... (Okan)
Se escucha un gran grito de parte de... ¿Dolores...? ¿De dónde...?
-Fuego- (negro)
Pero... ¡¿Qué mierda?!
-¡Cúbranse! (Irina)
-Diamantes- (barrera)
-¡Protejan a todos! (Reina Maciel)
-Viento- (muro de viento)
-¡Cuidado! (Austria)
-Tierra- (muro)
-¡Tenemos que salvarnos! (Eriksen)
-Magnetismo- (pared de metal)
De un segundo a otro, una gran ola de llamas apareció... por lo cual, todos reaccionaron de inmediato para poder protegerse.
-¡Resguárdense de inmediato! (Rey Caspian)
-¡Sí señor! (soldado humano a)
-¡Sí señor! (soldado humano b)
-¡Sí señor! (soldado humano c)
Todos nuestros soldados corren hacia las distintas zonas seguras que se han creado detrás de los usuarios más fuertes.
-Vayamos con la Princesa Irina (Marco)
-Su seguridad es nuestra principal prioridad (Lina)
-Lo entiendo (Rey Caspian)
Hasta el Rey Caspian se vio forzado a resguardase.
-¡Ustedes también hagan lo mismo! (Isak)
-Sí... (soldado bestia y)
-Está bien (soldado bestia h)
-Ahora mismo (soldado bestia e)
Isak les grita a sus hombres para que despierten de su desconcierto.
-Fuego- (negro)
Las llamas se acercan y una gran parte de los soldados están al descubierto.
-Fuego- (negro)
...Espera... ¡Yo también estoy al descubierto!
-¡Hermano! (Felton)
De repente, veo como Felton me sujeta del brazo.
-¡Tenemos que protegernos! (Felton)
Y me arrastra con él...
-¿Qué haces...?
-Intento salvarte (Felton)
-... (Irina)
Estamos corriendo hacia la barrera de diamantes...
-Fuego- (Negro)
No creo que lo logremos a tiempo.
-Yo debería crear un muro de fuego
-¡¿Y qué estás esperando para hacerlo?! (Felton)
¡Mierda! Toda esta situación me hace razonar lento.
-Fuego- (azul)
Activo mi skill y me enciendo en llamas.
-¡Quédate detrás de mí!
YOU ARE READING
Me convertí en un príncipe demonio / Volumen 3: Tormenta
FantasyContinuación de la novela, para leer los primeros capítulos buscar "Me convertí en príncipe demonio / Volumen 1: El Príncipe Demonio" A veces la vida tiene un plan distinto, del que uno podía imaginar, para nosotros. Nunca pensé que podía volverme...