Capítulo 534: Los Fritz

345 46 12
                                    

(Perspectiva Príncipe Leonte)

La cena de anoche, en verdad, fue muy agradable... me divertí mucho y conseguí aliviar un poco mi mente... lo que me estaba haciendo mucha falta... aunque, más que cena terminó siendo una fiesta... mi hermana se sobrepasó con las invitaciones.

-Ronquido- (Tania)

También, así fue como terminó... emprendimos viaje mucho más tarde de lo que teníamos programado, por lo que todos acabamos durmiendo en los carruajes.

-Relinchar-

Nos dividimos en dos carruajes... en uno nos encontramos mi hermana, Ema y yo... mientras que en el otro están Yago, Jenna e Yris.

-Luz-

Corro la cortina de la ventana para dejar que el sol nos ilumine un poco.

-Ladrido- (Whitta)

-¿Whitta...?

¿Qué está haciendo con su cuerpo espiritual?

-No te muevas tanto... estoy intentando dormir... (Laira)

-... (Whitta)

Ahora lo entiendo...

-Me duele la cabeza... no debí tomar tanto... (Laira)

Laira la está utilizando de cama móvil... no podía esperar menos de mi guardia... durmiendo cuando se supone que nos tiene que custodiar.

-Suspiro-

De todas maneras, la perdonaré esta vez... realmente, fue una noche bastante movida... así que, entiendo que esté cansada... además...

-... (soldado demonio a)

-... (soldado demonio b)

-... (soldado demonio c)

También nos encontrados acompañados por varios de nuestros soldados... como todavía estamos en nuestro territorio, no hay problema en que nos custodien hasta llegar a la frontera... luego de ese punto, avanzaremos solos.

-... (Whitta)

Solamente espero que Whitta no aterrorice mucho a las personas que nos encontremos en nuestro camino... lo mejor será que, cuando Laira se despierte, haga que se suba a uno de los carruajes para que Whitta regrese a su forma tierna.

-Bostezo- (Ema)

-Que molesta es esa luz... (Ema)

Me giro para ver cómo se despierta Ema... lo cual, creo que fue mi culpa.

-Lo siento... no era mi intención levantarte

-... (Ema)

Ema se cubre los ojos con su mano... no me di cuenta de que la luz daba directo a su rostro.

-No te preocupes... mientras que me permitas mantenerme acostada en tus piernas... te perdonaré (Ema)

Esta sinvergüenza...

-Estás bastante cómoda ¿No es así?

-No lo negaré... en verdad, dormí bastante bien (Ema)

Me siento su almohada personal... pero, en realidad, no me incomoda.

-Puedes permanecer recostada todo el tiempo que quieras... no me molesta

-... (Ema)

Apenas siento su cabeza... es muy liviana.

Me convertí en un príncipe demonio / Volumen 3: TormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora