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─ ¿te crees mejor que todo el mundo, pequeña malcriada? ─ ryu gritaba, mientras jalaba mechones del cabello de wonyoung. riki estaba al lado mío observando la escena, nadie hacía nada por miedo. ─ nunca más le pongas un dedo encima a jungwon, porque el día que lo hagas tendrás que dormir con un ojo abierto, rata necia. ─ me giré para ver a yuna y jungwon saliendo del aula de arte.

─ ¡te voy a acusar!

─ ¡oh anda, hazlo! yo no te tengo miedo, wonyoung. ─ para rematar, tiró tan fuerte de su cabello que la dejó sentada en el suelo.

─ ¡ryujin, basta! ─ wonnie se acercó para levantar a wonyoung y llevarse a ryujin al otro extremo del patio de comidas. riki, yuna y yo los seguimos, donde fuimos a encontrarnos con heeseung y sunoo.

─ shin ryujin, a la oficina del d-

─ si, ya sé. ya voy. ─ hervía de la rabia y se le notaba, aunque estaba un poco más calmada luego de haberle hecho aquello que toda la escuela vio a wonyoung.

─ bueno... ¿podemos hablar de algo que no sea lo que acaba de pasar? por favor. ─ suplicó wonnie y todos asentimos, hubiera sido muy incómodo.

─ yuna.. ¿estás bien? te noto un poco decaída. ─ mencionó sunoo observándola con preocupación y yo me giré para hacer lo mismo. ─ hee tú también.

nadie dijo nada y sunoo dio un sorbo a su leche chocolatada, después haciendo un puchero. no se dijo nada más luego de aquello así que cuando nos tocaba clase yuna, riki y yo nos fuimos al aula. entré al salón pero me di cuenta de que los dos que venían a mi lado aún no lo hacían, simplemente me fui a sentar mientras los esperaba. fue una total sorpresa ver que yuna y riki intercambiaron sus asientos.

me giré para mirarla con cara de indignación y ella solo me sacó la lengua.

─ junko ¿podemos hablar? ─ mis ojos se posaron sobre el rostro del pelinegro y asentí suavemente. ─ en realidad sólo necesito que me escuches...

─ está bien. soy toda oídos, riki.

─ genial.. te gustaría venir a mi casa el fin de semana? voy a estar decorando el jardín y como vi que te gustó tanto, pensé...

─ si, me encantaría. ─ le regalé una sonrisa sincera y me quedé pensando en algo. ─ ¿sabes? me gustó mucho el ramo.

─ ¿qué?

─ te vi hace un rato en mi casillero, gracias.

─ ¿QUÉ?

me limité a solo reír ante su exagerada reacción para luego empezar a tomar apuntes de la clase mientras trataba de ignorar su tierno sonrojo nervioso.

flowers  .  nishimura rikiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora