Capítulo 39.- Perdón

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—𝙿𝚎𝚛𝚍𝚘́𝚗—

Sigo acostada, la noche ya no es oscura, pequeños rayos de sol empiezan a iluminar la copa de los árboles dándome una vista hermosa, sé que cometí errores, sé que no soy la perfecta mujer del mundo

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Sigo acostada, la noche ya no es oscura, pequeños rayos de sol empiezan a iluminar la copa de los árboles dándome una vista hermosa, sé que cometí errores, sé que no soy la perfecta mujer del mundo. Y sé que Dom no quisiera verme en este estado.

Así que me levanto y agarro fuerzas de su mano invisible, recordando las veces que su simple toque hacia que todo mi cuerpo recobrara las energías necesarias. Así que me lo imagino a mi lado, dándome esas fuerzas que necesito.

En mi campo de visión aparece Edward y verlo me dan ganas de llorar más, al parecer lo siente y de la nada tengo sus brazos rodeándome, su olor me embriaga y me recuerdo en esos tiempos en los que él tenía esa capacidad para hacerme olvidar todo, parece que no se le ha ido pues dejo de pensar en la muerte de Dom.

─ Lo siento, Ness. En verdad lo siento ─ el tono de su voz y sus sentimientos son sinceros, lo tomo porque en estos momentos lo necesito

No digo nada mientras sigo en sus brazos.

El anillo de mi mano brilla bajo los rayos del sol y eso me aprieta el pecho, el futuro que soñamos inoportunamente se volvió negro. Escucho su voz diciéndome que estaremos bien, que él estará bien y que ahora solo tengo que preocuparme por el bebé que viene en camino.

Edward se separa de mí y admiro su hermosura, esa que me enfrasco en él hace mucho. Él se ahueca una de mis mejillas en su mano y me da una leve sonrisa que no puedo corresponder.

─ Estarás bien, ahora solo tienes que preocuparte de tu hijo ─ dice bajando sus ojos hacia mi vientre sin poderse creer lo que acaba de decir ─ Prometo que los mantendré a salvo, a ambos

Eso sonó tan mal pero al mismo tiempo tan bien que asiento sin decir nada más y él parece comprenderlo pues sólo me extiende su mano que tomo con cuidado, pero no siento esa energía de antes.

Resignada camino detrás de él que aprieta mi mano intentando darme tranquilidad que funciona de a ratos. Con mi otra mano me toco mi vientre y sonrío levemente al imaginarme a un mini Dom correr por todos los lugares de la casa.

Eso me llena de esperanzas, más porque si el mito es cierto Dominic disfrutará de su hijo en algún punto de la historia.

Ese pensamiento hace que levante mi cabeza observando la casa Cullen enfrente. Jackson y Garrett son los primeros que salen y se fijan en mi mano entrelazada con la de Edward pero no dicen nada y Garrett me toma en sus brazos haciendo que el de cabello cobre se aleje.

─ Dominic está en su ataúd en la cochera. Cuando quieras hacemos el funeral ─ me dice mientras eso me afecta, aunque asiento tomando una exhalación

─ ¿Lo podemos hacer ahorita? ─ murmuro y todos asienten

Jane y Alec salen del bosque y corren a abrazarme. Alec está afectado también, lo puedo ver en su rostro, ellos eran amigos extraños pero al final de cuenta lo eran.

Cᴏᴍᴇ Bᴀᴄᴋ Tᴏ Mᴇ² || Edward Cullen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora