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Los primeros rayos de sol del día daban directamente en el rostro a un adormecido castaño que batallaba desde hace varios minutos por intentar salir del enredo de extremidades que eran el alfa y omega.

A pesar de su adorable ceño fruncido, Jeonmin estaba más que encantado con el resultado que habían tomado las cosas. Se sentía tan protegido al estar rodeado por la mezcla de olores de sus padres juntos. Galletas y café, una combinación más que perfecta.

Consiguió salir de la cómoda cama unos instantes después, sus padres al sentir el repentino vacío, inconscientemente se acercaron más buscando una fuente de calor que encontraron en los brazos del otro.

—¿Dónde guardo papá la cámara?—Murmuro saliendo de la habitación para caminar hasta el estudio del alfa. Rebuscó en unos cuantos cajones y estantes hasta encontrar dicho objeto.

Regreso en tiempo récord a la habitación, celebrando internamente que sus padres siguieran en la misma posición. Se subió con cuidado a la cama y enfocando en un buen ángulo tomó varias fotografías de la hermosa escena.

Satisfecho, bajo hasta la cocina por algo para desayunar, encontrando un paquete de galletas con chocolate que acompaño con un vaso de leche.

Con cuidado de no tirar nada, fue hasta la sala y prendió la televisión, se distraería un rato hasta que sus padres despertarán.

30 minutos después...

Arriba, un pelinegro a penas iba despertando. Sentía tan cómodo y tranquilo que la sola acción de abrir los ojos fue más jodidamente difícil que nunca.

Su ceño se frunció notablemente al sentir un peso extra que descansaba tranquilamente sobre su pecho.

Sus ojos de expandieron como nunca al ver a Park Jimin durmiendo como si nada sobre él.

Normalmente, si en el pasado se hubiera visto envuelto en una situación así, habría apartado de inmediato al omega pero extrañamente ahora no podía sacarle los ojos de encima al rubio. Detallo de forma minuciosa cada fracción de su rostro, desde sus apetecibles labios rojizos hasta sus hermosas e imperceptibles pequitas.

No iba a mentir, el omega era atractivo y totalmente su tipo. Si no fuera el maestro de su hijo probablemente hubiera intentado algo con él pero en una situación como la de ahora definitivamente no lo haría, no podía relacionarse con Park.

Tan perdido estaba en sus pensamientos que no noto que unos ojos avellanas lo estaban observando.

Cuando Jimin despertó se sintió abrumado, ni que negarlo, no todos los días uno amanece entre los brazos de un alfa como ese. Estaba listo para hacer una escena y reclamarle a jungkook la extraña posición en la que despertaron pero todo pensamiento absurdo se disipo al quedar embobado viendo el rostro del pelinegro.

Era atractivo, muy atractivo.

Con una fuerte y marcada mandíbula, labios delgados ligeramente rojizos, una nariz proporcionada perfecta en su rostro, unos brillantes y oscuros ojos eran cubiertos por largas hebras negras que llegaban hasta su mejilla, dónde una ligera cicatriz se dejaba ver.

Todo un monumento de alfa.

Jeon salio de su trance al sentirse observado, sus ojos chocaron con los del omega y su cuerpo se paralizó.

Por segunda vez, ambos se perdieron en los ojos del contrario, dejándose llevar y sin darse cuenta, emanando feromonas para marcar al contrario.

Algo extraño y de lo que ninguno se ha percatado hasta el momento, aunque tal vez no sean ellos los responsables de esos pequeños detalles. Se quedaron de esa forma unos pocos segundos más hasta que su burbuja se rompió por un niño con mucha energía.

—Papá, el tío Tae llegó y dice que si no bajas, subirá para patear tu horrible trasero—Jeonmin tan inoportuno como siempre.

Se separaron como si la piel del contrario quemara, ambos tan rojos que fácilmente se le podría confundir con tomates.

Jungkook carraspeó para aligerar el incómodo momento.

—Jeonmin te dije que dejaras de repetir lo que el inútil de tu tío dice.

—¿A quien llamas inútil maldito alfa de quinta?—Taehyung entro hechando humo por las orejas pero todo enojo se disipo quedando asombrado al ver a un Omega que no conocía en la cama de su mejor amigo.

—¿Quien es él Jungkook?—Inquirio con un semblante serio.

—Es...—Jungkook no supo que contestar.

¿Quien era el Omega para ellos verdaderamente?

¿El maestro de su hijo?

¿Amigo de la familia?

¿Un desconocido?

—¡Es mi papá Omega!—Explico con entusiasmo Jeonmin corriendo a los brazos del rubio quien gustoso lo recibió pero no pasó desapercibido el gran sonrojó en su rostro.

La mandíbula de Taehyung cayó hasta el piso, no literalmente hablando claramente.
Pero fue tanto el asombro que tuvo que parpadear varias veces para comprobar que lo que estaba viendo era real.

Miro a Jungkook buscando una explicación y este gesticuló un "hablamos luego" sin sonido pero Taehyung no podía esperar, necesitaba saber quién era ese rubio al que su sobrino abrazaba con tanta confianza y llamaba "Papá"

—Jeonmin, traje a Yeontan está correteando en el jardín, ve a jugar con él, tengo que hablar unas cosas de adultos con tu... Tus padres—El niño noto el extraño ambiente que rodeaba a los tres adultos así que sin replicar nada, se marchó dejando solos a los dos alfas y al omega.

—Nosotros tres vamos a hablar seriamente, ya que ninguno de los dos está viendo la gravedad que tiene la situación.

Jungkook arqueo una ceja inquisitivo y Jimin se mantenía extrañamente silencioso.

Esa charla haría que varias cosas cambien.

Para bien o para mal.

¡Tu eres mi papá omega! • KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora