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El Omega esperaba pacientemente en la entrada de su edificio la llegada del alfa con Jeonmin.

No lo diría en voz alta pero estaba nervioso.

Muy nervioso a decir verdad y sus uñas, o lo que quedaban de ellas, eran la prueba.

Y esto no se debía al hecho de haber accedido a una responsabilidad tan grande como cuidar a un niño por un fin de semana entero, no claro que no, tiene mucha experiencia cuidando niños y sabe bien que Jeonmin no es alguien que le causaría problemas.

¿Entonces porque tantos nervios? Muy simple.

Min Yoongi.

Ese omega pálido al que tiene la suerte de llamar mejor amigo y no enemigo era la principal razón de su nerviosismo.

¿Que demonios le diría a Yoongi cuando vea a un niño rondar el departamento durante dos dias? Seguramente le daría un ataque.

Puede que suene exagerado pero realmente el palido parecía tener una alergia a los niños, no soportaba tenerlos cerca e incluso hizo un juramento un tanto extraño.

Juro nunca en su vida tener hijos y si llegara el hipotético e improbable día que esto quizás suceda, le regalaría una cabaña en el bosque a Hoseok.

Con que dinero lo hará nadie lo sabe, pero hay que darle el beneficio de la duda a Yoongi. El destino es incierto y nunca se espera lo que nos tiene preparado.

La bocina del auto de Jungkook lo trajo a la realidad de golpe.

El pelinegro bajo del vehículo y saco del maletero un maleta, bastante grande a decir verdad, la cuál dejo a los pies del rubio.

—Gracias de nuevo por esto Jimin.

—De nada, pero... ¿No te parece una maleta muy grande? Jeonmin solo estará aquí dos días—Observo a Jungkook extrañado.

—Yo también se lo dije, pero no me hizo caso—Dijo el niño abrazando al omega.

—No es tan grande...—Miro la maleta replanteándose si debió haber traído la que era aún mas grande que esa—Además, tiene lo necesario para que pasen este fin de semana sin complicaciones.

—Si tu lo dices.—Jimin suspiro resignado.

Jungkook hizo una mueca al observar la hora en su teléfono. Se le estaba haciendo tarde para tomar el vuelo.

—Tengo que irme...

Jungkook abrazo fuertemente a su hijo impregnado su aroma en él.

—Cuidate y hazle caso a Jimin en lo que te diga—Susurro.

—Lo prometo—Dejo un besito en la mejilla de su padre.

—Ten buen viaje Jungkook, no te preocupes, cuidare bien de Jeonmin y te mantendré al tanto de todo—Se despidió también con una hermosa sonrisa que dejó embobado al alfa momentáneamente.

—Gracias Jimin—Se acercó lo suficiente para darle un pequeño abrazo que activo todos los nervios en el Omega.

—D-de nada.

Observaron al alfa subirse a su auto y marcharse.

—Bueno, andando.

Jeonmin tomo la mano del omega y ambos entraron al edificio. Jimin batallo un poco para poder desplazarse con la maleta ya que era bastante pesada pero lograron subir sin mayor problema a su piso.

—Pasa Jeonmin, puedes sentarte en el sofá y ver televisión en lo que yo dejo tu maleta en mi habitación.—En niño asintió felíz.

Jeonmin tampoco admitiría en voz alta que sigue creyendo fielmente que Jimin es su padre y solo se mantiene a raya llamándolo Hyung para no hacerlo sentir incómodo.

Si pudiera se pondría a saltar de alegría en ese momento. Aunque...dándole una mirada a toda la sala se dió cuenta que estaba solo.

—Tal vez si podría...—No se hizo esperar y comenzó a saltar con emoción en el sofá.

Y eso fue lo primero que vio Min Yoongi al entrar a su hogar, un mocoso saltando sobre su costoso y limpio sofá con zapatos claramente sucios aún puestos.

—Que demonios, ¡Hay un parásito en el departamento! ¡Jimin ayuda!—Él grito que pego el palido asustó a Jeonmin provocando que accidentalmente este cayera del sofá.

El rubio llegó corriendo al escuchar el alboroto y se encontró con Yoongi escondido bajo la mesa de la cocina, usando un cucharón para defenderse y a Jeonmin en el piso sosteniendo su mano con muecas.

—¡Jeonmin!—Llego junto al niño y lo reviso preocupado—¿Estás bien? ¿Te lastimaste? ¿Te duele algo?

—M-mi mano duele.— Se quejo sosteniendo su muñeca, el omega la observó y se preocupó al verla un poco roja e hinchada.

—Debemos ir al hospital rápido, creo que es una fractura.— Dijo ayudando a Jeonmin a levantarse y corriendo a buscar abrigos.

—No creo que lo sea, duele bastante pero creo que debería doler más...— Murmuró el pequeño intentado mover la mano pero la instante se quejo.

—No la muevas.— Pidió Jimin reteniendo las ganas de llorar sin saber por qué. La herida, si bien se veía un poco mal, no parecía afectar demasiado al pequeño quien no se quejó demasiado ni había llorado pero por alguna razón él se sentía más preocupado de lo normal.

No se suponía que así sería mi primera noche cuidando de Jeonmin. Pensó.

—Yoongi dame las llaves de tu auto—Demando serio a su mejor amigo que aún seguía escondido debajo de la mesa protegiéndose con un cucharón.

—¡¿Que?! Estás loco si crees que te daré las llaves de mi-

—Min no te estoy preguntando, ¿Dónde estan las llaves de tu auto?— Repitió sin paciencia y el otro omega al ver la seriedad del contrario se quedó mudo por un segundo.

—...En el recibidor.

El rubio tomo las llaves y cargando a Jeonmin salió corriendo del departamento con el omega pelinegro siguiéndolo.

—¡Espera Jimin!

—No tengo tiempo Yoongi.

El omega cruzó la calle hasta dar con el auto del palido. Pero no logro ni entrar en el vehículo cuando Yoongi apareció y tomo lugar en el asiento del conductor.

—Yo conduzco—Jimin solo asintió y subió al asiento trasero con Jeonmin quejándose bajito por el dolor en su muñeca.

—Tranquilo, ya llegaremos al hospital y te aliviarán el dolor—Acaricio las mejillas rechonchas del pequeño con delicadeza.

—E-esta doliendo más que antes—Se acurrucó más contra el omega buscando seguridad.

—Ya te pondrás mejor, solo aguanta un poco más, cariño—Beso con ternura su frente.

Yoongi iba conduciendo lo más rápido que la ley se lo permitía, pero también estaba muy al pendiente de la conversación de su amigo con el pequeño intruso.

Sabía muy bien que ese pequeño polizón era la garrapata de la que Jimin hablaba todo el tiempo.

Conocía cada detalle de todo lo que había pasado Jimin en la casa de los Jeon, pero una cosa era escucharlo y otra completamente diferente es verlo.

Si no fuera porque tiene que conservar su postura su expresión en ese momento sería de completo asombro.

Sabía más que bien el amor que Jimin tenía por los niños pero nunca lo había visto comportarse asi con ninguno ¿Que tenía Jeonmin de especial que los otros niños no?

—Oxigenado ya llegamos—Aviso.

—Espérame aquí, no tardó—Corrio con el pequeño a la recepción del hospital.

A Yoongi le resultaba muy extraña la situación, no solo por este acontecimiento si no por todos los acontecimientos recientes en general.

Había algo muy extraño y no se daría por vencido hasta averiguar qué era.

¡Tu eres mi papá omega! • KOOKMINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora