𝐌𝐚𝐫𝐜𝐚. 𝟑/𝟑

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Nayeon

-Haz silencio, alfa -La miro muy seria. -Solo te ayudaré, amor mío.

Tomo su miembro con mi mano, y comienzo a frotarlo.

-N-no Nayeon... voy a -Intenta decir mientras se viene de nuevo, manchando mi mano.

Siempre pensé que hacer esto era humillante y asqueroso, pero la esencia de Jeongyeon era tan deliciosa y sexual a la vista. Lamí mi mano lentamente mirándola directo a los ojos.

-Dios mío, Nayeon -Dice mientras deja caer su cabeza hacia atrás.

Tomo su miembro y lo lamo, lo saboreo con ganas, por fin puedo hacerlo mientras recuerdo la opinión de Jeongyeon sobre estas cosas. A ella le daba vergüenza venirse mientras yo lo hacía, así que nunca me dejó. Ahora es mi venganza.

Tomo su pene y lo meto en mi boca lo más que puedo. Nunca he hecho esto, pero confío en mi instinto. Muevo mi cabeza con ímpetu mientras Jeongyeon gime sin sentido ni control. De repente siento su mano en mi cabello.

Esta aguafiestas arruinará mi fetiche, así que sostengo su mano, tomo la otra y las mantengo sujetas mientras continúo mi felación. Lo meto tan profundo en mi garganta que me provoco arcadas, empiezo a salivar y solo lo lubrico más.

-¡Nayeon! NAYEON, ¡Muévete! ¡Sácalo!

Ahora sé que está por venirse. Meto su miembro lo más profundo en mi garganta, hasta que lo siento. Lo sacó un poco para saborearlo y confirmar mis sospechas. Y así es, la semilla de mi preciosa alfa es tan dulce, tan dulce que lo lamo todo y lo trago.

-Nayeon, no, espera.

-Basta Jeongyeon, lo he hecho.

-Tu no debes de hacerlo si no quieres, Nay -Dice con respiración pesada.

-Jeongyeon, siempre he querido saber cuál es tu sabor. Y es delicioso.

-Dios, eres tan insolente - dice riéndose.

Jeongyeon se mueve con más facilidad esta vez. Toma mi cara y me besa con ímpetu.

-Quien pensaría cuáles eran tus deseos, omega - me dise sonriendo.

Me toma en brazos y fue al piso de arriba, a la habitación. Una vez ahí, nos recostó sobre la cama, una a un lado de la otra, mirándonos. Yo me sentía orgullosa de mi obra.

-Nayeon, sé que es poco tiempo el que llevas conociéndome, pero yo...

-Quieres marcarme.

-Sí, Nayeon, no lo tolero más. Por favor déjame hacerlo, te lo ruego.

Sentí su ruego en mi interior, en lo más profundo de mi pecho. Di la vuelta subiendo en su cuerpo y la besé.

-Hazlo, Jeongyeon. Estoy lista.

Ella me dio la vuelta, poniéndose sobre mí y comenzó a besar mi cuello. Sus manos recorrían mi cintura mientras su respiración entrecortada me excitaba de nuevo. Bajo su rostro y besó el inicio de mi pecho. La blusa de ceda que utilizaba, la rompió -Me quejaré de eso más tarde-, dejando al aire mis pechos. Los acarició, los beso, y al final los succionó.

Para estas alturas yo estaba mojada de nuevo, así que penetrarme fue fácil. Pero ella no lo quería sólo así. Estuvo dándome estocadas un rato, para después pedirme que me diera la vuelta. Tal vez después de todo lo que le hice, se vengue tomándome en cuatro.

Tomó mi cintura y se metió en mi de nuevo. Sentí mis pechos rebotar con cada golpe, mis rodillas temblaban, así que tuve que recostar mi rostro en la cama, como toda una zorra. Mis piernas se vencieron durante un tiempo, así que Jeongyeon me sostenía completamente de la cadera, como una muñeca inflable.

Yo estaba a punto de venirme, apretando cada vez más el miembro de Jeongyeon, mi canal se hacía estrecho con cada penetración. Así que ella paro un momento para acariciar mis nalgas. amasándolas fuertemente, hasta el punto de separarlas bastante y dejándome expuesta por detrás.

-Ni lo pienses.

-No lo haré... Hoy.

Qué mierda.

Siento a Jeongyeon tocar mi entrada trasera con su dedo.

-Oye! ¡Aªah! Ella me penetró de nuevo.

Mientras su pene estaba en mi coño dándome golpes constantes, ella seguía masajeando mi otra entrada, haciéndolo placentero y prohibido. Hasta que sin avisar, metió su dedo. La fricción de ambos canales siendo invadidos me llevó a otros niveles de placer. Me sentía tan sumisa.

Ella metió y sacó su dedo con la misma brutalidad que su polla, hasta que me vine, en un orgasmo violento. Mientras los golpes del placer me azotaban, Jeongyeon se deslizó por mi espalda, con una mano aún en una entrada, su miembro en otra y su otra mano sosteniendo firme mi cuello.

Lamió desde mi hombro hasta el inicio de mi cuello expuesto con sumisión, y clavó sus colmillos en él. Mezclando todas mis sensaciones. La invasión de el lugar prohibido en mi cuerpo, mi orgasmo y ahora el dolor.

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¿𝑷𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆́ 𝒎𝒆 𝒕𝒆𝒎𝒆𝒔? / ⊱𝟐𝒚𝒆𝒐𝒏⊰Where stories live. Discover now