Capítulo 5

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En ese tren llegaron 586 personas y 47 murieron a manos de los guardias.

Los niños se quedaban en las barracas mientras los adultos trabajan en la elaboración de utensilios. La mayoría contaba con 4 a 12 años, permanecían en silencio y algunas veces jugaban en el campo.

Solo habían pasado unos cuantos días desde la llegada del último tren y Wei Ying ya tenía los ojos encima. Había peleado con un joven que intentaba robarle comida a un hombre algo mayor. Wei Ying no podía quedarse de brazos cruzados al ver que todos actuaban indiferentes ante el suceso, así que se fue a los golpes y los dos fueron castigados con más trabajo y menos comida. Lo que resulta ser una burla, puesto que la comida es solo un plato de sopa y unas migajas de pan. Cómo se supone que tendrían energía si no se alimentan bien, qué insulto.

Con el paso de las semanas, dolía ver al joven que pasó a una delgadez preocupante, su uniforme le quedaba demasiado flojo y tenía que amarrarlo con lo que encontrara, su rostro se veía cansado lleno de ojeras y suciedad, su cabello largo y brilloso quedó atrás para darle paso a una cabeza rapada. Sus pies terminaban cada vez más heridos, al quitarse los zapatos podían verse las ampollas y la sangre en ellos.

Jiang Cheng estaba igual, ya sentía demasiado cansancio físico y mental. Aunque admitían que no era tan malo como los rumores que escuchaban de otros campos.

El comandante de este no era un monstruo sin sentimientos, procuraba que todos se alimentaran y no permitía que los demás trabajadores dañaran a los niños. Aunque sí mandaba en trenes a quienes no podían seguir trabajando.

Todos decían que iban a Auschwitz, directo a las cámaras de gas.

La verdad era que, los que no se consideraron "aptos" para el trabajo eran deportados a campos de exterminio, mientras que varios cientos más fueron ejecutados en las calles del ghetto durante el desalojo. Haciendo que Lan Zhan recurriera de nuevo a no comer como método de castigo.

Cada que enviaba un tren a Auschwitz, Lan Zhan no tocaba su violín durante días, se mantenía en ayuno y de rodillas toda la noche mientras pedía perdón.

Durante las comidas de la mañana y la noche, después de pasar lista, los prisioneros recibían una bebida de sustituto de café y un pequeño trozo de pan, que normalmente estaba rancio y mohoso. Por la tarde, comían una sopa aguada de nabo o repollo. La sopa a veces contenía cáscaras de papa, cebollas, o carne de caballo. Por la noche, recibían una mínima ración de queso, jamón, salchicha o margarina. Por ello, era común que los prisioneros guardaran trozos de pan para comer cuando se sintieran sin energía, incluso algunos lo cambiaban por cigarrillos.

La supervivencia dependía de su habilidad para conseguir más comida sobornando a algún trabajador de la cocina o a un guardia. Los prisioneros que trabajaban en la cocina, en el hospital o en la administración tenían acceso a más comida. Incluso llegaban a buscar comida en los recipientes de basura que se encontraban afuera de las cocinas. A veces encontraban vegetales podridos o cáscaras crudas.

Wei Ying fue asignado como auxiliar de cocina, servía a los demás prisioneros y ayudaba a lavar lo que se usaba. Jiang Cheng se dedicaba a proporcionar los sacos de carbón. El primero hacía lo posible por conseguir alguna sobra, hasta que se hizo cercano a otro trabajador que sabía el funcionamiento del lugar.

En el alojamiento de los prisioneros, Lan WangJi inspeccionaba el dormitorio y pudo notar un pequeño bulto que se movía en la litera superior, todos los niños estaban corriendo en el campo, pero este permanecía oculto sin motivo aparente.

Se acercó cuidadosamente, retiró la manta que lo cubría y no esperaba que aquel chico se asustara tanto con su presencia que comenzara a temblar y a llorar. Intentó calmarlo diciendo que no le haría daño, pero el chico seguía llorando y sin señal de escuchar, solo se metió de nuevo bajo la manta.

Resignándose, Lan Zhan solo sacó medicamento de su bolsillo, lo colocó bajo la primera litera y se despidió. La preocupación lo embargó cuando pensaba en las posibles razones del llanto, quizá el niño fue violentado, era muy probable que alguien lo haya golpeado o insultado. Los soldados alemanes se sentían tan superiores que, si no eras de raza de pura, te veían como algo sin valor y te pisoteaban por no ser como ellos.

Anteriormente, Lan Zhan mantuvo conversaciones con un empresario alemán que solicitaba mano de obra para su fábrica. La cual era perteneciente a una familia judía que fue deportada a uno de los campos. Contrataba prisioneros porque eran más baratos, hizo contactos influyentes dentro y fuera de la Gestapo, haciendo posibles sus sobornos masivos.

Lan Zhan no podía ver a esas personas como mercancía que puede comprarse tan fácilmente, pero si los judíos que trabajaran en la fábrica eran trasladados a un subcampo más cercano a la planta "para ahorrar tiempo para llegar al trabajo", descubrió que podía contrabandear comida y medicinas con menos peligro a esas barracas. Los guardias eran sobornados y nadie tendría que enterarse de sus acciones. Podía mantener a un grupo de personas fuera de Plaszow, lo cual era conveniente. Podría sacar a los niños registrándolos como adultos. 

Amor tras la guerra [WangXian]Место, где живут истории. Откройте их для себя