Capítulo 7

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5 meses habían pasado desde la última vez que vio a Wei Ying.

Pensó que podía detener sus sentimientos si dejaba de verlo. ¡Qué equivocado estaba!

Solo logró pensar más en aquel joven, en cómo había estado, si comía bien, si dormía correctamente, si estaba a salvo... si Wei Ying también pensaba en él.

Wei Ying le contó todo sobre su familia, cómo fue que perdió a sus padres y abuelos al iniciar la guerra, que perdió a su otra familia adoptiva, le contó sobre sus gustos, a lo que se dedicaba antes del infierno. Pero él no le había dicho nada, ahora se arrepiente. Pudo tener una conversación con Wei Ying, y solo lo ignoró.

Su mente estaba en caos, deseaba poder regresarlo a Plaszow, aunque no fuese posible. Wei Ying estaba en mejores condiciones, no podía traerlo de vuelta solo para seguir sufriendo.

Mandó una nueva lista de prisioneros. Sin embargo, se vio obligado a retenerlos, pues Schindler estaba siendo investigado por la Gestapo.

Cuando escapó gracias a sus conexiones políticas y económicas, Lan Zhan visitó la planta de trabajo.

Lan Zhan instruyó a los guardias nazis para que no entraran sin su permiso y Schindler pasó todas las noches en su pequeña oficina para poder intervenir en caso de la llegada de la Gestapo. Alimentaron lo mejor que pudieron a sus obreros y cuando los suministros de alimentación escaseaban, gastaron enormes sumas de dinero en la compra de comida en el mercado negro.

Abogados, doctores y artistas eran registrados como obreros metalúrgicos y mecánicos, para que todos sobrevivieran como "elementos esenciales para la industria militar de guerra". En la fábrica no se golpeó a nadie, nadie fue asesinado, nadie fue enviado a los campos de la muerte como el cercano Auschwitz.

Pero para el comandante de Plaszow las cosas se pusieron difíciles.

Un tren acababa de llegar, pero fue informado de que 10.000 judíos húngaros serían enviados a Płaszow, y para hacer espacio a los recién llegados ordenó que todos los niños del campamento fueran llevados al jardín de infantes, para después meterlos a la lista de la fábrica.

Por un error, Lan Zhan los envió en un tren, donde serían trasladados a Auschwitz para ser asesinados.

Al enterarse de su error, Lan WangJi quedó en blanco. Se movió rápidamente hacia el lugar, el no tenía poder en Auschwitz, tenía que detener ese tren o no podría hacer nada.

Los guardias vieron como montó su coche y desapareció.

Su plan era sencillo, sobornar para regresar ese tren a Plaszow.

Lamentablemente, era demasiado tarde.

No había rastro del tren en las estaciones cercanas y, al llegar a Auschwitz, se percató de la gran nube de humo oscuro y maloliente que expulsaba la chimenea.

Volvió devastado a Plaszow, se dirigió hacia la maquinaria y comenzó a herirse una y otra vez, la sangre brotaba en chorros y quienes habían estado trabajando veían como se volvía loco, hasta que los guardias se abalanzaron para contenerlo sin entender qué había ocurrido para que actuara de tal manera.

El médico fue llamado y atendió a Lan Zhan, el brazo izquierdo fue el más afectado, tuvieron que suturar cada herida, dando un total de 33 en ambos brazos.

Pronto, se volverían cicatrices que le recordarían lo que hizo cada que las mirara. Asesinó a niños e inocentes por su error, merecía la muerte.

De ahora en adelante, Lan Zhan no estaría al servicio de Alemania. Esperaría pacientemente para dar su golpe.

El momento perfecto llegó cuando meses después, los nazis se replegaron en el Frente Este, Plaszow y sus campos satélites fueron ordenados a ser cerrados y disueltos. Con desesperación desplegó toda su influencia sobre sus contactos civiles, industriales y militares en Cracovia y Varsovia; puso a más prisioneros en las listas. Con grave riesgo de su vida, usó todos sus poderes de persuasión, sobornó sin inhibiciones, peleó y se mantuvo de pie.

A Schindler se le dio permiso para trasladar toda su fábrica de Plaszow a Brunnlitz, en la ocupada Checoeslovaquia. Pero más aún, algo inaudito y sorprendente, logró llevar también a todos sus trabajadores. De esta forma, evitaron con la mudanza el destino de otros 25 mil hombres, mujeres y niños de Plaszow que fueron enviados a la exterminación en las cámaras de gas de Auschwitz, a sólo 60 kilómetros de Plaszow.

Teniendo a las tropas enemigas tan cerca, los alemanes descuidaron los campos, solo buscaban cerrarlos y eliminar las evidencias de los crímenes ahí cometidos.

Aprovechando esa oportunidad, Lan Zhan ordenó a los guardias incinerar todos los cadáveres, mantuvo ocupadas a las guardianas tomando lista y transportó a las personas restantes que supuestamente mandaba a Auschwitz, llevándolas a la planta de Brunnlitz. Donde trabajarían produciendo material para el ejército alemán. También se creó un hospital secreto en el interior de la fábrica con equipo médico comprado en el mercado negro. En todo el tiempo, ninguna de las piezas producidas funcionó ni pasó las pruebas militares. Aún así se logró que la Gestapo enviara a 100 judíos belgas, holandeses y húngaros a la planta, para "fortalecer la producción bélica".

Amor tras la guerra [WangXian]Where stories live. Discover now