🖇 Chapter Twenty-six 🖇

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Absolutamente todo mi entorno daba vueltas. Podía ver a Allison a lo lejos correr por toda la habitación, tomaba telas, y un montón de cosas que no podía reconocer, estaba en un transe horrible.

Una punzada horrible recorrió todas mis costillas izquierdas, el ruido de algo rompiéndose hizo que soltara un grito desgarrador. Mi garganta ardía, las cuerda vocales me dolían, el aire me faltaba, y perdía la conciencia de a momentos. Lo único que podía pensar era que quería que esa dolorosa tortura terminara de una vez.

Odiaba al mundo entero en estos momentos, quería arrancarme la mitad del cuerpo, que dejara de doler, solo que pare aquello. Pero no podía, no podía hacer nada porque no podía ni moverme del dolor, lo único que llegaba a hacer era gritar y llorar a horrores. El rostro lo tenía bañado en lágrimas de desesperación y en sudor. Poe cada cinco minutos me pasaba una toalla por la cara para limpiarme, pero no bastaba, nada era suficiente.

—¿Dónde mierda esta tu hermana?

Escuché la voz de Allison tan lejana que no parecía que estaba justo a un lado mío.

—No lo sé, Allison, no lo sé —dijo Poe con desesperación.

—¡¿Por qué mierda no hay nadie cuando se los necesitan?! —gritó y el golpe de algo cayendo fue lo único que escuché antes de sentir un pitido en mis oídos.

¿Por qué me pasa esto a mi?

Más lágrimas cayeron por mis mejillas, sentía que algo se movía con fuerza dentro mío queriendo salir, pero no podía hablar, no podía decirles, no sabía como.

Solo quiero estar con papá, viendo a su lado los partidos de béisbol o fútbol americano, me daba igual, quería comer pizza y hamburguesas con él, ver lo feliz que es. Siento que ya no voy a poder hacerlo nunca más, siento que eso va a quedar solo en la memoria suya, porque siento que me estoy muriendo.

—¿Qué hacemos Poe? —preguntó Allison caminando de un lado a otro.

—No lo sé, no sé que hacer —el murmullo de Poe se escucho tan lejano y doloroso.

Sentí un peso en mi mano y agua cayendo sobre ella.

—Lo siento tanto, no sé que hacer —la voz ahogada de Allison me dio indicios de que estaba llorando.

Créeme que ni yo sé que hacer.

Quise decirle, para que no se preocupara, quise mirarlos y decirles que saquen a lo que sea que estaba adentro mío, pero no me salía la voz, no se escuchaba simplemente y el dolor era cada vez más insoportable. Me estaba desgarrando por dentro.

La espalda se me arqueo, y me puse medio de costado cuando el ruido de las vértebras romperse se escucho, el grito de Allison no ayudó mucho, lo único que hacía era desesperar más. Una fuerte patada me hizo llorar aún más fuerte. La cabeza me dolía, el cuerpo me dolía, la vida me dolía en sí, todo era dolor puro y horrible.

Moví los labios tratando de hablar, la voz no me salía, pero igual lo intentaba, tenía que decirles que lo saquen, como sea, necesitaba que me lo arrancaran de ser necesario.

El llanto de Allison se escuchaba claro, estaba hecha un ovillo contra la pared y el asiento de su habitación. El único que estaba intentando hacer algo apesar de la desesperación era Poe. Pero no podía culpar a Allison, yo actué de la misma forma con Chelsea. Como pude giré el rostro hacia Poe, lo miré con los ojos llenos de lagrimas, veía borroso.

—¿Qué sucede? —dijo con preocupación.

Movi los libros tratando de hablar.

—Quitámelo —dije en un susurro desesperado.

Hasta a mi me sorprendió cuando escuché mi voz, aspera, seca, casi inexistente.

Poe me miró y se levantó rápidamente.

—Dime que tienes esas navajitas raras tuyas —le dijo.

—¿Cuáles... de qué hablas? —dijo con la voz entrecortada.

—¡Las putas navajas que usas para quitarte los bellos del rostro, Allison! —le gritó con desesperación.

Ella tardó en reaccionar, pero en cuestión de segundos se levantó y fue hasta el baño, sacó un bolsito y se lo dio a Poe. Él rebusco entré todas las cosas y sacó algo rosado con una cuchilla de unos cuatro centímetros finita.

—Esto te va a doler —me dijo.

Más de lo que ya me duele lo dudo mucho.

—¡Espera!

El grito de Allison fue de horror.

—Si no quieres ver puedes irte —le dijo Poe con tono mordaz.

Ella trago saliva, pero se fue, lo agradecí internamente, pero el ardorr de algo abriéndome de lado a lado me hizo gritar de dolor. Mis gritos ya eran roncos, secos, dolorosos. Me dolía, mierda, si que dolía. Sentí que perdía la conciencia cuando de la nada el dolor cesó. Llore nuevamente, pero de alegría porque había parado, ya no dolía.

Ya no duele.

El llanto de un bebé hizo que abriera los ojos con pesadez, era muy bonito, era precioso con sus ojos rojos. Eran iguales a los de Alec. Pero mi cara fue de confusión cuando Poe sacó a otro bebé, él me miró en shock y yo estaba igual.

Son dos, ¿por qué son dos?

—Un niño y una niña —dijo estupefacto.

Forme una sonrisa cansada y miré al rubio.

—Él se llamara Sebastian, y ella... ella será Francesca —dije muy débil, sentía a la perfección como las energías se me iban.

—Son preciosos —dijo Poe con una sonrisa.

—Dicelo a Alec, por favor —supliqué con la garganta en llamas.

Él frunció el ceño.

—Se lo dirás tu, Freya —dijo mientras envolvía a los bebés en dos sábanas.

Yo negué débilmente. Ya hasta ese mínimo gesto me pesaba.

—No... ambos sabemos que no se va a poder —susurré con dolor.

Poe me miró con sus ojos claros y rojos, estaban irritados por llorar. Él negó y soltó varias lágrimas más.

—No, Freya, no —dijo con desesperación, abrió la puerta y le dio a Allison mis bebés.

—Sí, Poe, Alec podrá cuidar bien de ellos —murmure sin fuerzas casi.

—Frey, resiste. Alec estará por llegar y te convertirá, vas a estar bien.

—No —le corte—, ambos sabemos que no podré, dile a Alec que lo amo de mi parte —susurré sintiendo que el aire me faltaba.

Mis pulmones dejaron de funcionar, mi corazón se atasco, y lo último que vi antes de irme por completo fueron los ojitos llorosos de Poe, ese azul perdió el brillo y quedó opaco, al igual que los míos.

Fin.

PRINCIPESSA╰───➤〔Alec Volturi〕Where stories live. Discover now