🖇 EXTRA I 🖇

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5 años después.

Alec‐

Veo correr a Francesca por el jardín, andaba cortando flores para armarle un ramito a Allison. A un lado mío estaba Sebastian, sentado e ignorando al mundo entero. Era curioso, ninguno de los dos se parecían en nada. Francesca iba creciendo a velocidad humana, mientras que Sebastian ya era un adolescente de 18 años—en apariencia, claro está—.

Francesca era bajita como lo sería una niña de su edad, tenía el cabello castaño caramelo con ondas en todo el largo, piel blanca como la nieve, mejillas rosadas todo el tiempo, unos ojos azules brillantes y llamativos.

Aun me acuerdo cuando le dije que tenia los ojos de su mamá, le tuve que mostrar una foto de ella y Fran estaba tan contenta que me derretía, desde ese entonces empezó a amar sus ojitos. A mi me gustaba que ella se sienta bien siendo ella misma. Francesca era una pequeña copia de su madre.

Por otro lado, Sebastian era igual a mi. Crecía a la velocidad de un híbrido, era alto, de cabellera negra, lacia y alborotada, con una piel blanca característica de cualquier vampiro, casi sin rastro de rubor en las mejillas, con unos ojos rojos escarlata que a su hermana le fascinaban. Él fue la principal causa de que su madre muriera, pero no podía culparlo, no sabía lo que hacía, era solo un bebé con sed de sangre que no sabía de qué se estaba alimentando.

Aun recuerdo cuando volví a Volterra hace cinco años, todo era un caos, Allison tenía dos bebés en brazos, había un horrible olor a sangre y Poe y Freya no estaban por ningún lado, al ver lo ojos rojos de uno de los bebés supe que sucedia. Corrí hasta las habitaciones y me encontré el cuerpo de mi mujer en la cama de Allison, abierto de par en par por el vientre, con mi cuñado llorando y tratando de reanimar el cuerpo sin latidos.

No lo habia dudado mucho cuando me acerque y la mordí, intente convertirla, estuve con su cuerpo en mi habitación durante dos semanas y nada, me sentí muerto por completo, no le veía sentido alguno a la vida, no hasta que los vi bien a ellos. Eran preciosos y eran míos, eran de ella, eran nuestros. Eso fue lo único que me mantuvo a flote, el ver a mi pequeña crecer tan lentamente, y el ver a su hermano cuidarla con miedo de que se lastimara era lo que le daba piola a mi vida.

Una sonrisa curvo mis labios cuando vi a mi princesa darle las flores lilas a su tía, Allison las tomó con una sonrisa en el rostro y Fran se dio media vuelta para correr hacia mi. Se sentó en una de mis piernas y me tendió una flor azul, le fascinaban y a mi me fascinaba que me las diera.

Ti regalo questo fiore, mi ricorda la mamma —su vocesita resonó en mis oídos, y pude escuchar una risa divertida por parte de Sebastian.

E per me non c'è regalo? —preguntó mi copia aniñada a uno de mis costados. Lo único que no teníamos parecido era la voz, su voz era más aspera que la mía.

Francesca rodó los ojos.

Solo se mi dai da mangiare —dijo ella con una sonrisa inocente.

—Preferirei morire piuttosto che fare da babysitter.


Aún así se levantó de su asiento en cuestión de segundos regreso con una charola con frutas y jugo de durazno. Nunca supe en qué momento Fran despertó una obsesión por el jugo de durazno, simplemente vive en ella desde hace tiempo.

Ecco, demone fuori dall'inferno.

¡Papà, Sebastian mi sta combattendo!

Solté un suspiro cansado, siempre era lo mismo, me cabreaban aveces.

Chi continua a disturbare finirà appeso al balcone —dije sin importancia, pero solo eso basto para que ambos se quedarán en silencio, hasta que empezaron a hablar de flores y pintura.

Hasta en eso se parecen a ella.

PRINCIPESSA╰───➤〔Alec Volturi〕Where stories live. Discover now