CAPÍTULO 3: Ven aquí, esclavo.

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— ¿Qué dijiste, Ela? — cuestiona mi madre mientras revisa su teléfono.

— Nada ma... — leo de nuevo el mensaje y de inmediato me llega la ubicación del lugar. — ¿Mamá?

— Dime, cariño.

— ¿Podríamos dejar la tarde de chicas para otro día?

— ¿Y eso porqué? — inquiere dejando su teléfono a un lado y mirándome.

— El presidente del curso del colegio es el encargado de ponerme al corriente y me acaba de citar en la plaza del centro para darme los apuntes. — explico.

— Ya veo, si es por ese motivo, no hay problema. Si quieres te llevamos y luego que tu papá o Luck pasen a buscarte, ¿está bien?

— Sí, gracias ma. — respondo y ella alborota mi cabello.

[...]

— Llegamos. — indica Luck y yo levanto la cabeza para ver por la ventanilla.

A lo lejos diviso al mal educado sentado en una de las bancas de la plaza.

— ¿A qué hora quieres que pasen por ti? — cuestiona mi madre llamando mi atención.

— En una hora más o menos. — respondo tomando mi mochila.

Le doy un beso a mi madre, me despido de Luck con un movimiento de mano y salgo del auto.

Camino hasta donde se encuentra Liam mirando hacia otro lado. Hay mucho sol en la banca en la que está, su piel brilla bajo el sol, su cabello castaño destella y un pequeño lunar se deja ver casi por el cuello de su camisa.

— ¡Hey, esclavo! — lo llamo y él voltea de inmediato.

Me observa con los ojos entrecerrados por el sol que le da en la cara, se queda así por un rato y luego se levanta.

—Toma. — dice mostrando una libreta. — Aquí está todo lo que necesitas.

—Gracias. — respondo tomándola.

—Bueno, adiós. — dice dándose la vuelta.

— ¿Cómo? — cuestiono, pero el comienza a caminar sin detenerse. — ¡Ven aquí, esclavo! — grito y él se detiene.

Algunas personas que van pasando se nos quedan mirando, pero no me importa. Camino hacia donde está y me paro frente a él.

— ¿Cómo está eso de "aquí está todo lo que necesitas y adiós"? Tienes que explicarme, ponerme al corriente.

— Según el profesor de matemáticas eres una niña prodigio, ¿no? Seguro que entenderás por ti misma.

— Soy inteligente, pero no puedo entender algo que no me expliquen, no me puedo autoenseñar.

— Entonces no eres una niña prodigio.

— Jamás dije que lo fuera. Además, tienes que cumplir tu apuesta y mi primer orden para ti es que me expliques todo lo que hay en ésta libreta. — ordeno agitando con la mano la libreta.

— ¿De nuevo con esa tonta apuesta? — cuestiona pasando una de sus manos por su cabello.

— Tú la aceptaste, así que se un machito y cumple. — lo señalo con mi dedo índice y él lo mira con el ceño fruncido.

— ¿Un qué?

— Un macho, un hombre de palabra. — respondo dando un paso hacia él.

Liam suspira y comienza a reír.

— Estás loca, mexicanita. — me insulta entre risas. — Pero mucho...

— Basta, deja de reír... — ordeno, pero él no se detiene. — El loco eres tú riendo de esa manera.

MALDITO DESTINO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora