CAPÍTULO 11: La fiesta (Parte 1).

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Los días han pasado y el día de la fiesta ha llegado. Todos mueren de ganas de ir, pero yo no.

Y no es porque sea una antisocial a la cual no le gusta salir, bueno, un poco hay de eso. La verdad es que una fiesta no es fiesta si no están conmigo Fedra y Tony, mis mejores amigos a los cuales extraño con toda el alma.

Últimamente los he extrañado muchísimo. Más al estar rodeada por gente con personalidades y gustos muy diferentes a los míos. No me imagino invitando a Bella y a Gianni a ver conmigo una comedia en español o el fútbol.

Y aunque me caen bien, pasar el tiempo con ellas me puede resultar un tanto aburrido y soso. Incluso me divierto más con el idiota de Liam y con Marcus.

Hablando de ese par... aún no he podido investigar que relación hay entre el director Smith y Camila. Tampoco se el porqué de la reacción de pánico de mi madre al ver al director.

Estos días mis padres han estado debatiendo entre cambiarme de escuela y no hacerlo. No entiendo el porqué del debate, y honestamente no me quiero cambiar. La competencia está a la vuelta de la esquina y con tres semanas en esta escuela siento haberme acoplado muy bien.

Para mí cambiarme no es la mejor opción. Sin embargo, no me atrevo a desafiar a mis padres.

— ¡Tierra llamando a Ela! — dicen Fedra y Tony al unísono.

Había olvidado que estaba en video llamada con ellos y me he sumido en mis pensamientos.

— Ah, sí... ¿en qué estábamos?

— Eligiendo la ropa para tu fiesta, querida. — dice Fedra con los brazos cruzados.

— Sí, por supuesto... entonces... ¿llevo vestido, falda o pantalón?

— ¿Qué tal el clima por allá? — cuestiona Tony.

La conversación sigue por un par de horas más. Al final el atuendo es elegido por todos, aportando así cada quien una prenda para el outfit perfecto. Un estilo muy monocromático y perfecto para llamar la atención, pero sin querer ser el centro de ésta todo el tiempo.

[...]

NARRA LIAM:

Lanzo de nuevo la pelota contra la pared y escucho a Bella bufar de nuevo.

— ¿Puedes dejar de hacer eso? — cuestiona.

Está sentada frente al espejo, se está maquillando para la fiesta. Lleva una coleta alta y un vestido coral que hace resaltar su piel Morena.

— ¿Y bien? ¿Cómo me veo? — cuestiona levantándose y poniéndose frente a mí.

— Te ves bien. — respondo mirando el collar que mi madre eligió para que le regalara cuando cumplimos nuestro segundo aniversario.

— No bonita, hermosa, elegante o sexi... solo... ¿solo bien? — dice evidentemente molesta.

La miro por un momento y noto que ahí están esos gestos que antes me parecían divertidos cuando se enojaba. Bella arruga su nariz, frunce el ceño y sus ojos se ven más grandes de lo normal, después de unos segundos comienza a apretar los puños a su costado y luego me pega. Dónde sea, solo me da un pequeño golpe.

— Solías alardear de lo hermosa que era tu novia, ¿acaso ya no te parezco hermosa?

Sus ojos se cristalizan y yo me levanto para de inmediato abrazarla.

— No llores... — digo acariciando su cabeza. — Te vez preciosa.

La halago hipócritamente. Es lo que he estado haciendo estos años, sin embargo, ya no quiero hacerlo.

MALDITO DESTINO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora