Capítulo catorce: La boca del lobo.

4.1K 263 233
                                    

"Todos los demás ya no me importan, tú eres la única persona a la que no puedo perder."

JORDAN

¿Sabes esa sensación en la que te duermes y no sueñas, sino que terminas despertándote sintiéndote lleno de energía y cómo si hubieses dormido días, pero sólo fueron horas?

Era la primera vez que lo sentía, mientras estaba acurrucado en el pecho de Dorian y él me acariciaba el cabello con delicadeza.

—Dorian... — susurré con voz ronca por apenas despertar —¿Tú acariciaste mi cabello esta mañana a mis espaldas?— pregunté recordando cuando alguien me había despertado de esa forma.

—Si— respondió con voz suave —Pero cuando vi que estabas despertando decidí irme.

Sonreí soltando una risita y me restregué contra él dejando un beso en su pecho. Habíamos dormido muy pocas horas, apenas comenzaba a anochecer, pero estábamos increíble. Al menos yo, y al alzar el rostro y verlo riendo, supe que ambos estábamos igual.

Me sentía pegajoso por el sexo que habíamos tenido hace poco, y también me dolía un poco la cadera, pero eso se hacía mínimo al saber que ambos habíamos hecho el amor, pensé que me dolería mucho, que tal vez no me gustaría como se sentía, pero desde que él me hizo suyo, creo que ya no deseo volver a sentir una mujer en mi vida.

—Te amo, Wallet— dijo besando mi frente, tracé la línea de sus abdominales soltando un suspiro.

Me regañé a mis adentros, hubiésemos podido vivir esto desde hace mucho.

—¿Qué haremos ahora?— pregunté.

—¿Quieres segunda ronda?— rió pícaro —Podríamos...

—Dorian— le interrumpí sintiendo un cosquilleo en mi ingle —Hablo de lo otro, ¿Qué haremos ahora?— repetí, él se relamió los labios y soltó un suspiro. Se puso de medio lado e hice lo mismo, nos miramos, él acarició mi mejilla.

—Bueno, creo que, podríamos irnos a otro estado, tengo dinero guardado de lo que ellos me enviaban todos los años por mi cumpleaños, cosa que nunca gasté, tengo todo—  apretó los labios —Bueno, podríamos comenzar una nueva vida con eso, creo que es una fortuna si empezamos una vida más, no sé, mas sencilla. De igual forma, conseguiríamos un trabajo y el resto es historia.

—Terminaremos el año en pocos meses, podemos graduarnos primero y luego irnos. ¿Cuándo es la supuesta boda?— pregunté con un sentimiento amargo.

—A finales de año— murmuró —Pero no podemos quedarnos más, si nos vamos, debemos hacerlo ya, Britney, la chica que dice ser mi prometida seguirá encima de mi, no podremos tomarnos de las manos, hasta meses y yo no... — lo tomé del rostro al ver que comenzaba a desesperarse.

—Está bien— respondí —Nos iremos después de terminar este viaje, yo también tengo dinero ahorrado. Recuerda, estaremos bien.

—Si, tenemos un día para saber a donde nos iremos— besó mi nariz y seguidamente mi mejilla haciéndome sonreír, pero la puerta fue tocada y ambos nos exaltamos.

—¡Jordan!— exclamó Alex del otro lado de la puerta —¡Ya vámonos a la feria, naranjito!— nombró el apodo que me decía de pequeño por tener el cabello así, blanqueé los ojos.

Dorian se alejó con una sonrisa poniéndose de pie completamente desnudo, le miré descaradamente relamiéndome los labios.

—Naranjito— Se burló murmurando, fruncí el ceño.

InevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora